El 78,5 por ciento de los votantes del plebiscito dieron el visto bueno a la reforma presentada por el Consejo Federal para obstaculizar el procedimiento de solicitud y obtención del estatuto de refugiado. El resurgir de las propuestas de derecha.
n medio del rechazo al asentamiento de extranjeros en Europa, los suizos refrendaron por amplia mayoría el endurecimiento de la ley del asilo y se pronunciaron claramente en contra de la iniciativa que proponía que la elección del Consejo Federal (gobierno colegiado) se hiciera por sufragio directo de los ciudadanos en lugar de por el Parlamento. A pesar de que la participación en la jornada de ayer fue bastante pobre, dado que sólo el 39 por ciento de los electores con derecho a voto lo ejerció, la respuesta de los ciudadanos a los dos referéndum fue contundente. El 78,5 por ciento de los votantes dieron el visto bueno a la reforma presentada por el Consejo Federal para obstaculizar el procedimiento de solicitud y obtención del estatuto de refugiado.
Con respecto a la modificación de la elección del ejecutivo helvético, el 76,3 por ciento de los votantes rechazaron dicha pretensión. El apoyo no fue sólo numérico, sino también geográfico, dado que en ambos casos, los 26 cantones (provincias) votaron en el mismo sentido mayoritario que el resto del país. En septiembre, el Consejo Federal endureció la ley de asilo, una reforma que fue posteriormente aprobada por el Parlamento el 28 de ese mes y entró en vigencia al día siguiente.
Al considerar que esta ley es injusta e inhumana, el partido de los Verdes y varias ONG convocaron este referéndum para anular dicha modificación. Precisamente, al conocer los resultados la co-presidenta de los Verdes, Adéle Thorens, mostró su decepción por el amplio aval dado por los ciudadanos a la reforma del gobierno.
Por su parte, la Organización Suiza de Ayuda a los Refugiados (OSAR) consideró que el resultado debe interpretarse como una campaña de difamación de varios años practicada por la derecha política y que da una falsa imagen de la realidad. Una visión que comparte en parte el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), que se lamentó de que en los debates en torno del asilo se ponga el acento en los aspectos negativos y no se haga suficiente énfasis en la necesidad de protección de los refugiados.
La reforma habilita al gobierno a que acelere los trámites y reduzca el tiempo de recurso de 30 a 10 días. También niega la posibilidad de que el rechazo a ejercer el servicio militar obligatorio sirva como excusa para solicitar asilo, pero sobre todo modifica lo que hasta ahora era una excepción suiza en Europa: el poder presentar una solicitud en las embajadas en el Exterior.
Además, la modificación establece la creación de centros de acogida especiales para aquellos solicitantes de asilo que presenten un comportamiento «no adecuado». Todas las iniciativas presentadas en los últimos 30 años para obstaculizar la entrada y estadía de extranjeros en la Confederación Helvética han sido aprobadas sin mayores dificultades.
Con el aval ciudadano otorgado ayer, la nueva normativa se mantendrá por ahora y entrará a formar parte del derecho ordinario antes del 28 de septiembre de 2015.
La iniciativa para modificar la forma de elección del Consejo Federal la presentó la UDC, el partido ultraderechista y mayoritario en el Parlamento, que ve cómo el apoyo que obtiene en las urnas no se traduce en el número de puestos que obtiene en el gobierno colegiado.
El rechazo a esta propuesta fue especialmente claro en la Suiza de habla francesa, donde obtuvo récords de más del 80 por ciento en varios de los cantones. Quienes critican la medida alegaron que la reforma desestabilizaría a las instituciones y que además llevaría a la Confederación Helvética a un sistema como el que se implementa en Estados Unidos, donde aquellos que tienen más recursos financieros alcanzan el poder gracias a una mayor inversión en la campaña electoral.
La UDC argumentó, no obstante, que la reforma permitirá subsanar lo que dieron en llamar el «déficit democrático» de un país que ejerce la democracia directa, con sorprendente y efectiva asiduidad. Este partido no buscó el apoyo explícito de la izquierda, que históricamente ha sido favorable al escrutinio popular, aunque en esta ocasión no se expresó en ese sentido al no querer alinearse con la ultraderecha.
De hecho, los socialistas junto a los católicos conservadores presentaron sendos referendos en la misma línea en 1900 y en 1942, aunque en ambos casos no obtuvieron el apoyo popular. Ayer, una vez más, los electores decidieron optar por mantener el statu quo, dado que ya están contentos con un sistema que hace poco ágil la toma de decisiones, pero que permite que todas las políticas aplicadas cuenten con un amplio consenso.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-221962-2013-06-10.html