
El Ártico se derrite aceleradamente
El Ártico se derrite aceleradamente
Lluvias extremas e inundaciones como las que causaron en abril más de 400 muertes en varias zonas del país africano son el doble de probables por el cambio climático, según un nuevo estudio rápido de atribución.
Estamos en Semana Santa, los musulmanes están en su Ramadán, las Naciones Unidas se encuentran embarcadas en una campaña de alerta al conjunto del planeta, planteando que es “Ahora, o nunca”. Eso dicen, al menos, los 278 científicos de 195 países del planeta reunidos en torno al Sexto Informe del Panel de Expertos de la ONU contra el Cambio Climático.
La inacción climática pone en grave peligro a muchas especies, entre ellas la humana, especialmente a las personas más vulnerables.
Centenas de científicos se movilizaron en diversas ciudades de mundo entre el 4 y el 9 de abril en defensa del clima. Un grito desesperado desde la ciencia contra el calentamiento global y las promesas incumplidas del poder político y económico.
La crisis climática se ha convertido en un nuevo mercado financiero donde se especula con la extinción de las especies y las catástrofes climáticas. Las corporaciones han conseguido que los mecanismos de mitigación sean rentables, flexibles y voluntarios.
La gente a menudo siente que el cambio climático es difícil de comprender y asimilar. He oído que es «demasiado técnico, demasiado intangible o demasiado complicado» para que nos importe. Como madre latinoamericana de dos hijos, confieso que, para mí, entender el cambio climático es cada vez más sencillo. Me basta con tratar de imaginar el mundo en el que vivirán mis hijos en 2050 si no hacemos nada ahora, e inmediatamente comprendo la necesidad urgente de una acción climática global decisiva y transformadora.
El grupo de especialistas y sus informes son lo mejor con lo que cuenta la ciencia del clima, pero son muchos los problemas que deben abordar: autores dudosos, ausencia de paridad y falta de diversidad.
Hoy podemos volver a conjugar la defensa de la vida en clave de participación social, a través de la consulta popular para proteger de la minería a los bosques, ríos y biodiversidad del Noroccidente de Quito.