La influencia del machismo y sus violencias en las sociedades actuales.
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El autor nos muestra como el modelo machista de resolución de conflictos en lugar de resolverlo lo agrava.
Decir que los hombres de este país (España) estamos discriminados no es solamente un ejercicio de machismo y de resentimiento, sino también de ignorancia.
Respuesta al artículo del pasado domingo 10-9-17, El País Semanal que publicó Javier Marías titulado «Feminismo antifeminista»
Se critica y condena más el autoritarismo, la agresividad, la histeria y la infidelidad de las mujeres que las de los varones, admite el sociólogo Joaquín Linne. Y repasa la educación que lo volvió machista y los eventos que le provocaron un cambio. «¿Por qué a los varones nos irrita expresar emociones de afecto y vulnerabilidad? ¿Por qué cuando digo que soy feminista casi todos mis pares-supuestamente progresistas- me miran con cara de traidor y me acusan de «estar siendo hablado por otros discursos»?»
Sobre los elementos claves que fundamentan la masculinidad hegemónica en la sociedad actual de la que se sustenta el machismo de antes y el de ahora.
Hemos pasado del «Yes we can» al «Yes we Trump» como el que pasa la hoja de un libro o cambia de canal o emisora de radio. La misma sociedad que creía en sí misma para alcanzar el futuro, al final ha creado un ídolo de 14 quilates al que adorar para liberarse así de la culpa y la responsabilidad, aunque sea pagando la debida penitencia.
El autor nos hace ver como el machismo con tal de mantener su poder y sus privilegios a través de una masculinidad hegemónica es capaz de etiquetar al hombre que asesina por su machismo a la mujer como: un hombre malo, loco, drogadicto y borracho, para que así no se cuestione lo esencial de la motivación de esos acto que es su masculinidad hegemónica y sus privilegios machistas.
Sobre la consolidación del modelo de Masculinidad Hegemónica tras la victoria de Donald Trump en EEUU.
El autor nos hace un análisis sobre la figura de Trump como modelo de esa masculinidad hegemónica que quiere seguir dominando en la relaciones de género, imponiendo su violencia y desigualdad de un género sobre el otro, del hombre sobre la mujer, y destaca que si no existiera una masculinidad cómplice que desde el silencio legitima la hegemónica que representa Trump, el patriarcado y la desigualdad de género tendrían los días contados.