Ya lo cantaba Gardel en un tango, ″todo, todo se olvida”. La unánime condena internacional a los ataques de Israel contra el secretario general de Naciones Unidas, el portugués Antonio Guterres y a la presencia de los cascos azules en Líbano, retrotrae a otro escenario y mismas acciones pero eso sí, con el cómplice silencio de muchos que ahora claman.