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Italia en peligro

Técnica de un golpe de Estado

Fuentes: Unitá

Traducido por Gorka Larrabeiti

Eluana le importa un comino. Lo que le importa es afirmar el principio de que a una sentencia en firme se le puede dar la vuelta por decreto, ley ordinaria, o ley constitucional. Nada le importan la vida o la muerte. Lo que le importa es complacer al Vaticano con un decreto impopular que nada le costará, pues sabe bien que el Presidente de la República no lo firmará, y por tanto no tendrá que pagar ningún precio de impopularidad. Nada le importan las cuestiones éticas. Lo que le importa es cubrir el golpe de mano contra la justicia y la civilización: los médicos transformados en inspectores delatores contra los enfermos clandestinos; las rondas ilegales legalizadas; las interceptaciones legales prohibidas, los abogados convertidos en dueños y señores de los procesos judiciales, que prorrogarán durante años convocando a miles de testigos inútiles para procurar a sus clientes ricos la prescripción anhelada; el ministerio fiscal degradado a «abogado de la acusación», como en los estados policiales, donde la policía, brazo armado del gobierno, hace lo que le parece sin controles de la magistratura independiente. La guinda: queda abolida la apelación del ministerio fiscal contra la absolución o la prescripción en primer grado, pero no la del condenado (¿no has ganado? Prueba otra vez, a ver si tienes más suerte), siempre según el lema: «paridad entre defensa y acusación». Todas ellas leyes inconstitucionales que, después del no del Presidente de la República contra Eluana, tienen muchas más posibilidades de pasar. Desapercibidas, por añadidura. Hablar de golpe de Estado es puro eufemismo. Además, ¿qué es eso de un golpe de Estado? Si la Constitución no lo prevé, se cambia y listo.

Fuente: http://www.unita.it/rubriche/Travaglio