Manolis Glezos es un luchador incansable de largo recorrido, diputado por la Coalición de Izquierda radical (Syriza) y famoso por la acción que marcó el inicio de la resistencia en 1941, al arrancar de la Acrópolis de Atenas la bandera nazi que habían colocado las fuerzas de ocupación alemanas. Glezos señala que, aunque la coalición […]
Manolis Glezos es un luchador incansable de largo recorrido, diputado por la Coalición de Izquierda radical (Syriza) y famoso por la acción que marcó el inicio de la resistencia en 1941, al arrancar de la Acrópolis de Atenas la bandera nazi que habían colocado las fuerzas de ocupación alemanas.
Glezos señala que, aunque la coalición de izquierda no venció en las elecciones legislativas, supuso una victoria porque por primera vez nace una izquierda que «no quiere conducir al pueblo, sino caminar junto a él». Asegura que quiere que Grecia permanezca en las instituciones europeas, pero con otro modelo, la Europa de los pueblos y no de las multinacionales.
A punto de cumplir 90 años, usted sigue siendo un destacado militante de izquierda ¿Cómo valora los resultados electorales obtenidos por Syriza el pasado 17 de junio?
Creo que nuestra derrota se ha debido principalmente a tres razones: la primera, conocida por todos, la fuerte presión que hemos recibido desde los medios de comunicación y desde los dirigentes europeos que han hecho todo lo que ha estado en su mano para atemorizar al pueblo ante una victoria de Syriza. Otra razón es que en Grecia no existe el voto por correo, y una gran parte de la población está empadronada en sus lugares de nacimiento, por lo que deben ir a votar allí. Esta segunda convocatoria electoral, en poco más de un mes, ha significado para mucha de nuestra gente no poder votar al carecer de dinero para el viaje. De ahí la alta abstención. Y en tercer lugar, muchos dirigentes de Syriza no han tenido un mensaje homogéneo o no han sabido explicarlo bien, sobre todo en lo económico, y ello ha sido aprovechado por la prensa para confundir al pueblo, presentando mensajes fragmentados o aparentemente contradictorios.
Pero así y todo, estas elecciones han supuesto para Syriza una victoria. Por primera vez nace la nueva izquierda, que no tiene nada que ver con las corrientes ideológicas del siglo XX. La nueva izquierda no quiere conducir al pueblo sino caminar junto a él, buscando entre todos las soluciones que se necesitan y llegar unidos al poder.
¿Cuánto tardará en estallar la ira social contra las políticas del nuevo gobierno de coalición, liderado por el partido conservador Nueva Democracia?
Es difícil poner una fecha. Como por primera vez se produce un avance de la izquierda tan importante, pienso que los poderes internacionales no se lo va a poner fácil al movimiento popular y tratará de frenarlo mediante concesiones al nuevo gobierno. Seguramente veremos más ayuda de la que cabría esperar, para tratar con ello de apartar a la izquierda. Pero esto va a suponer estar encadenados a la deuda por más de una década.
Quizá no se rebajen pensiones y salarios para evitar las protestas, pero se hipotecará el futuro de nuestro pueblo.
¿Cuál será la actitud de Syriza en esta nueva etapa?
Estamos dispuestos a luchar, desde el Parlamento y desde la calle. Desvelaremos lo que realmente pase en Grecia. Nos concentraremos en recuperar la soberanía del Estado griego. No necesitamos ni salvadores, ni prestamistas ni mercados. No estamos hablando de aislarnos, nuestra política está con la Unión Europea.
Su posición sobre la UE se presenta en ocasiones ambigua ¿podría aclarar si están a favor de continuar o no en las instituciones europeas?
Somos un país europeo y queremos pertenecer a sus instituciones, pero a la vez trabajar por otro modelo. Lucharemos por la Europa de los pueblos y no de las multinacionales. Nos dicen que tenemos que salir de la UE si no estamos de acuerdo con esas políticas, pero tampoco estamos a favor de las políticas de Grecia y no nos salimos de ella. Queremos estar, y que estén, todos los países. Como ocurre con la ONU, donde nadie se plantea su salida aunque no comparta las reglas de funcionamiento.
El problema no es el euro o el dracma. Lo importante no es salir de una moneda sino salir del capitalismo. Yo estuve en muchas cárceles, mejores y peores, en algunas daban café y en otras no. Muchos presos querían ir a las mejores prisiones, pero yo siempre tuve claro que quería ir afuera. De donde hay que salir es de la esclavitud del capital.
Ahora que Syriza ha crecido tanto y ocupa el puesto de principal partido de la oposición ¿no se corre el riesgo de aburguesarse y acabar como el Pasok, que en sus inicios tenía un programa verdaderamente de izquierda?
No, eso no ocurrirá con Syriza. Nuestra coalición está constituida por fuerzas con una amplia ideología, desde grupos anarquistas a sectores de izquierda del Pasok, pasando por troskistas y maoistas. Syriza está llamada a regenerar la izquierda, lo cual es una novedad. No se trata, como ya dije, de dirigir al pueblo sino de caminar junto a él. Esto es lo que nos diferencia. No es una política improvisada, detrás de esta concepción hay muchísimos debates, que aún continúan, hasta llegar al poder con el pueblo.
Pondré un ejemplo. Durante esta última campaña electoral se convocaron infinidad de asambleas donde la gente realizó aportaciones y sugerencias, dándose un fructífero intercambio de ideas. Con todo ello se confeccionó el programa que tuvo en cuenta el 80% de las decisiones adoptadas en las distintas reuniones. Preferimos convocarlas en pueblos y barrios, tratando de que no hacerlas demasiado grandes, para que de ese modo fueran resolutivas.
Usted ya llevó a cabo a finales de los 80 una experiencia de democracia directa en su pueblo. ¿Cómo finalizó aquel proyecto?
Mi pueblo, Apiranthos, se encuentra en la isla de Naxos y tiene una población de 1.100 habitantes. Con mi victoria en las elecciones locales decidimos crear una constitución local que estableciera las bases de un sistema participativo, con el que la asamblea de ciudadanos tenía el control total sobre los asuntos de la localidad. Llegamos a contar con 5 museos, 3 bibliotecas, 2 universidades, 2 escuelas universitarias y una estación meteorológica. El proyecto se fue al traste cuando desde el gobierno central se unificaron las entidades locales y los pequeños ayuntamientos desaparecieron. Ahora todos los pueblos de Naxos funcionan bajo un único gobierno que actualmente ostenta Nueva Democracia.
Fuente: http://www.gara.net/paperezkoa/20120625/348699/es/Tenemos-que-salir-esclavitud-capital