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Terrorismo y libertad de expresión: solidaridad y crítica

Fuentes: Rebelión

«Mahoma desbordado por los integristas» y en palabras de Alá: «Es duro ser amado por imbéciles». Toda mi solidaridad y la de mi organización (Fundación Hijos del Maíz), y mi/nuestro apoyo a la defensa de la libertad de expresión, siempre que sea respetuosa y no atente contra otras libertades. La portada corresponde al semanario satírico […]

«Mahoma desbordado por los integristas» y en palabras de Alá: «Es duro ser amado por imbéciles». Toda mi solidaridad y la de mi organización (Fundación Hijos del Maíz), y mi/nuestro apoyo a la defensa de la libertad de expresión, siempre que sea respetuosa y no atente contra otras libertades.

La portada corresponde al semanario satírico francés Charlie Hebdo, que fue homenajeada por nuestra querida revista Mongolia.

Vaya desde el principio y en todo momento toda nuestra solidaridad y apoyo, todas nuestras condolencias a los/as familiares y amigos/as del equipo de Charlie.

Ahora bien, no olvidemos quién contribuye significativamente a la existencia, fortalecimiento, crecimiento y armamento de estos fanáticos islámicos como Al Qaeda o Estado Islámico de Siria e Irak. No podemos analizar o interpretar este terrible acontecimiento sin tener en cuenta todo el contexto mundial.

Es una estupidez hablar de que esto es consecuencia de la «islamización de occidente», como se dice en muchos medios, si no tenemos en cuenta la «occidentalización» por la fuerza armada del mundo islámico, de los países que lo integran, y la utilización de la religión por parte de la OTAN y los intereses de Occidente sobre los recursos naturales (petróleo, gas, etc.) en esas zonas, que no olvidemos, tiene varias guerras extremadamente cruentas en África, Oriente Medio y Asia, todas ellas en territorios islámicos.

Debemos luchar contra el terrorismo desde sus causas, y entre ellas están las actuaciones de quienes dicen representar (política, económica y militarmente) nuestra cultura o nuestra civilización. Si pensamos que este es un choque inevitable de civilizaciones, estaremos cometiendo un grave error. Nuestro sistema económico y nuestro modelo de desarrollo, que nosotros consideramos el modo de vida occidental, valores incluidos (West Way of Life), exige permanentemente crecimiento y expansion, conquista de nuevos espacios para la obtención de recursos y mercados… Ese es el verdadero choque…

Todo esto es mucho más complejo que reducir el horrible asunto del terrorismo, y este acto terrorista en concreto a un ataque contra la libertad de expresión (que también, obviamente).

Por último, aclarar que no es lo mismo la libertad de expresión (insisto, respetuosa y que no viole otras libertades y derechos) como eje de la democracia, que la libertad de prensa o de empresa. Eso son «otros cien pesos».

La libertad de expresión es fundamental como pilar de la democracia, insisto, siempre que se ejerza con responsabilidad y honestidad. Sacralizar la libertad de expresión por encima de todos los derechos, colocarlo como fuente de los demás derechos, es un error. La expresión, su derecho, no debería violar otras libertades y derechos, y por desgracia a menudo choca con derechos, como (paradójicamente) el propio derecho de la población a recibir una información veraz y objetiva.

Obviamente todo esto no justifica, nada justifica la barbaridad del terrorismo, como el que vivimos ayer contra Charlie Hebdo. De alguna forma tratamos de analizar, acertada o equivocadamente, con los elementos que tenemos a mano, esta situación.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.