Iniciamos el 2023 circunscritos a una serie de procesos políticos y socioeconómicos que representan grandes retos para el devenir inmediato, tanto a nivel local como internacional, y que requieren de nuestra atención:
1. La carestía se agudiza, producto de la desregularización de la economía capitalista, esto genera una creciente especulación que influye de manera directa en el costo de los productos de la canasta básica, mismos que por sus precios se vuelven inaccesibles para millones de seres humanos que viven con salarios mínimos. La inflación no es controlada por los gobiernos debido a que esto significaría para ellos el involucramiento directo en la distribución de la riqueza, obligándolos a implementar medidas de control a favor de la sociedad, algo que va contra la lógica de acumulación sistémica. La pauperización y la pobreza se agudizan más y a un ritmo mucho mayor del acostumbrado.
2. La guerra entre Rusia y Ucrania cumplirá ya su primer año, sus efectos económicos son reales a nivel global, aunque también ha sido utilizados como pretexto para justificar la carestía y la inflación. Esta guerra, como ya hemos dicho antes, no es otra cosa que una manifestación del reacomodo del interés de los monopolios, su carácter imperialista –de ambas partes- es visible cuando analizamos las medidas y represalias tomadas por la comunidad internacional, quedando claro que las económicas sobresalen ante cualquier otra, siendo referentes a la producción y a los mercados internacionales donde compiten las potencias del mundo. Además, los millones invertidos por los Estados Unidos en apoyo a Ucrania no son más que el cuidado de sus propios intereses, pues imaginemos qué hubiera pasado si esas cantidades de dinero se utilizaran contra la pandemia de Covid-19, ¿por qué no se invirtió así contra el coronavirus en el mundo?
3. La pandemia de Covid-19 aún no ha finalizado, si bien en países como México y otros de América y Europa ha disminuido sus efectos, ¿qué acontece en zonas de África y Asia, e incluso, de Centroamérica como Haití?, ¿por qué no se informa sobre estas regiones del mundo? Es claro que la pandemia mayor, la desinformación basada en intereses privados sigue rigiendo la lógica de los grandes consorcios de comunicación, algo que para estar ya avanzando en la tercera década del siglo XXI es muy preocupante. De igual forma, es importante no olvidar que sigue pendiente atender de forma profunda los sistemas de salud, educación y las condiciones de trabajo de millones de seres humanos, mismos que se vieron evidenciados durante los días más duros de la pandemia.
4. En nuestra América, se ha observado la participación de grupos y sectores neofascistas en procesos de desestabilización política como aconteció a fines de 2022 en Perú, donde mediante un golpe parlamentario se derrocó al presidente Pedro Castillo y se impuso a su ex coladora Dina Boluarte, quien ahora reprime brutalmente al pueblo peruano que se manifiesta contra esa imposición. Los rasgos clasistas, racistas y neofascistas pudieron observarse durante todo el acontecer previo a la caída del ahora ex presidente. En Brasil, partidarios del derrotado Jair Bolsonaro, realizan actos de desestabilización contra el nuevo gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, algo muy parecido a lo que acontece en México, donde las fracciones políticas se enfrentan por el poder sin importar las condiciones reales de vida de millones de seres humanos. Tanto el Gobierno de la 4T como sus adversarios sistémicos, hacen gala de sus mañas olvidando la búsqueda real del bienestar social. (Continuará).
5. De un tiempo para acá, hemos hecho hincapié en el resurgimiento de las formas neofascistas de la derecha, en especial, de sus representantes en nuestra América. El intento de asalto a tres sedes del poder en Brasilia por partidarios de Jair Bolsonaro –quien se auto exilio en Estados Unidos- el pasado domingo 8, cuyas formas guardan evidente similitud a lo acontecido en Estados Unidos cuando partidarios de Donald Trump provocaron de igual forma destrozos y atropellos a la “democracia” que dicen defender asaltando el Capitolio en Washington, siendo esto una muestra abierta de que la movilización de grupos ideologizados por la exacerbación extremista ultraconservadora, va tomando el molde conocido del fascismo, ya que una de sus expresiones es justamente la participación pública de sus partidarios con acciones violentas que pretenden imponer sus intereses. No se deben cerrar los ojos ante lo evidente y poner la vista hacia otro lado, el avance del neofascismo es un reto para la izquierda, pero también para los propios grupos liberales y progresistas, que dicen buscar el bienestar social.
6. La degradación del capitalismo se expresa a través de esas manifestaciones neofascistas, pues el fascismo es un resultado del sistema y no algo ajeno, al igual que el imperialismo, son expresiones del desarrollo y de la agudización de las contradicciones naturales del sistema, esto lo explicó en reiteradas ocasiones Antonio Gramsci en sus Cuadernos de la Cárcel, cuyos tomos revelan en su mayoría análisis profundos y directos del fascismo que vivió en Italia, país donde por cierto, en las elecciones de septiembre pasado (2022) ganó Giorgia Meloni, representante del neofascismo. Un error tradicional es considerar las muestras a favor de esa expresión política como actos de “delirio” individual, por ejemplo, cuando Jair Bolsonaro durante su campaña y posteriormente durante su gobierno realizó actos y expresó ideas con esa orientación, algunos sectores equivocadamente los señalaron con hechos aislados y juzgaron únicamente al personaje y no a la enfermedad, que en este caso sería el resurgimiento abiertamente del fascismo con formas “modernas” y adaptadas a los contextos específicos, pero eso no debemos olvidar que no hay fascismo sin capitalismo.
7. En Perú, la usurpación del poder por parte de la ultraderecha y la imposición de Dina Boluarte –un títere que ahora buscarán desechar a través de procesos legales-, ha mostrado la beligerancia de los sectores conservadores y la oligarquía que utiliza a las fuerzas armadas para reprimir el malestar social que tiene al país andino paralizado en muchas zonas, la protesta y el repudio a la usurpación se va extendiendo por amplias regiones, demandándose el fin del gobierno de facto, elecciones inmediatas y un proceso constituyente para la construcción de un Estado pluricultural, siendo esta última demanda, la que más incomoda a los sectores neofascistas caracterizados por su racismo, clasismo y rechazo al bienestar social. Los peruanos requieren de la solidaridad internacionalista de quienes aspiramos a un mundo mejor.
8. En México, la situación se complejiza, si bien el forcejeo político no alcanza los niveles comentados en otras naciones, sí es posible observar la pérdida de formas tradicionales de oposición y gobierno, llegando a situaciones que deben servir de alerta ante la proximidad del proceso electoral de 2024.
9. En Venezuela, después de varios años, por fin la oposición al gobierno bolivariano de Nicolás Maduro ha aceptado la derrota total de su estrategia desestabilizadora, que los llevó en enero de 2019, a impulsar con apoyo del imperialismo estadunidense un intento de gobierno paralelo (“presidencia interina”) con la figura títere de Juan Guaidó, quien a través de diversas acciones buscó a toda costa generar un ambiente propicio para la intervención militar de los Estados Unidos, pero su suerte se tropezó con la articulación social bolivariana que no cayó en el juego y mantuvo el proceso de reformas que se inició bajo la tutela de Hugo Chávez. Aunque para el día de hoy, se debe reconocer que dicho proceso bolivariano pareciera estar estancándose ante las contradicciones propias de todo proyecto social, pero también frente a las limitantes estructuras del capitalismo, al que no se deciden superar.
10. Justamente en el 2019, la derecha neofascista ejecutó el Golpe de Estado contra Evo Morales en Bolivia, siendo ese un año activo en las agresiones a la voluntad popular. Hoy, en este país andino, se realiza un proceso legal contra el ex presidente Comité Cívico Pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, una agrupación y un personaje que participaron y “justificaron” abiertamente la violación a la democracia popular y orquestaron junto al gobierno golpista de Jeanine Áñez, una serie de masacres contra trabajadores y sectores populares que protestaron ante la usurpación del poder. Algo que ahora acontece en Perú, mientras se desarrolla la resistencia del pueblo. A raíz del proceso legal contra Camacho, los sectores neofascistas de Bolivia han orquestado una serie de actos que atentan contra la democracia y la justicia. La rabia de la ultraderecha se torna cada vez más violenta en el mundo.
11. En Chile, el reto es el mismo, consumar un proceso constituyente que de pie a la promulgación de una nueva Carta Magna que derribe los resabios legales aún vigentes de la dictadura de Augusto Pinochet, al mismo tiempo en que se destruyen las barreras sociales y económicas que perviven de esa misma época. Sin embargo, el gobierno de Gabriel Boric ha demostrado dar pasos en falso y ciertas ambigüedades a la hora de establecer la justicia, por ejemplo, aún continúan en la cárcel un gran número de presos políticos encarcelados tras las protestas sociales que iniciaron en el octubre rojo chileno de 2019 contra el neoliberalismo.
12. La reciente Cumbre de Líderes de América del Norte celebrada entre los presidentes de México, Canadá y Estados Unidos, dejó entrever que, si bien el mandatario mexicano reivindica en el discurso la autodeterminación y una cierta postura latinoamericanista, también replantea la integración de la América toda, contradiciendo el postulado nuestroamericano que evocara José Martí como una respuesta al avance del imperialismo en la región. El T-MEC es justamente un acuerdo entre monopolios, cuya ganancia queda en manos de quienes oprimen a los respectivos pueblos, siendo México un país con presencia en la acumulación de capital en su fase imperialista.
13. La obstinada política imperialista de los Estados Unidos continua sobre nuestra América, el bloqueo genocida contra Cuba ha cumplido un año más, al igual que la Revolución en la isla. La esperanza para nuestros pueblos sigue siendo el ejemplo libertador y la unidad proclamada por Simón Bolívar y José Martí. Por ello, ante los procesos mencionados, la única salida es la praxis del pueblo por su libertad.
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