La deuda soberana griega aumentó 1,3 por ciento durante los primeros tres meses del año, situándose casi al mismo nivel que en marzo de 2010, a tenor de las cifras ofrecidas ayer por el Ministerio de Finanzas. El importe total alcanzó los 309,4 mil millones de euros, lo que supone un aumento de 3,8 mil […]
La deuda soberana griega aumentó 1,3 por ciento durante los primeros tres meses del año, situándose casi al mismo nivel que en marzo de 2010, a tenor de las cifras ofrecidas ayer por el Ministerio de Finanzas. El importe total alcanzó los 309,4 mil millones de euros, lo que supone un aumento de 3,8 mil millones con respecto a diciembre de 2012 y 29 mil millones más que 12 meses atrás.
Tres años de duros recortes, drásticas medidas de austeridad, cancelaciones parciales de la deuda y recompra de bonos a cargo del Estado, no sirvieron para alejarse de los 310 mil millones que en mayo de 2010 justificaron la intervención de los acreedores internacionales en las cuentas griegas.
Pese a ser cantidades similares, el paso del tiempo y la profundización de la crisis agravaron la actual situación, según explica el economista Kostas Sarris en el diario Eleftherotipia, pues al «saqueo de los presupuestos del Estado y los recortes de gastos salvajes» hay que sumar «una caída de más del 25 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB)» desde 2008.
De ese modo, uno de los logros que hoy airea el gobierno, la reducción del déficit primario gracias a la brutal contracción del gasto público, solo sirvió para alimentar la exigente amortización de los diferentes préstamos concedidos y el pago de los bonos emitidos.
Paradójicamente, lo que hace tres años era una situación insostenible hoy es una historia de éxito, en palabras del primer ministro, Antonis Samarás, pues el gobierno está empeñado en hacer ver a los ciudadanos que la recesión va quedando atrás y que lo peor de la crisis ya pasó.
El total de préstamos otorgados por la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), desde 2010 hasta ahora, supera los 205 mil millones de euros, a los que hay que sumar algo más de 100 mil en bonos, títulos a corto plazo y otros préstamos.
Bruselas considera que la deuda griega llegará al 175 por ciento del PIB en 2013 y 2014, para comenzar a disminuir al 160 por ciento en 2016, lo que significa que la economía y la sociedad griega seguirán durante muchos años cautivas del pago de una deuda y unas políticas de austeridad que están acabando con el país.