I. Los resultados El pasado domingo 4 de marzo se realizaron elecciones legislativas y municipales en el país mesoamericano. Con el 87,35 % de las actas electorales escrutadas para la Asamblea Legislativa y el 78,98 % para los municipios, se puede confirmar el triunfo de los partidos políticos de derecha: ARENA, Partido Concertación Nacional y […]
I. Los resultados
El pasado domingo 4 de marzo se realizaron elecciones legislativas y municipales en el país mesoamericano. Con el 87,35 % de las actas electorales escrutadas para la Asamblea Legislativa y el 78,98 % para los municipios, se puede confirmar el triunfo de los partidos políticos de derecha: ARENA, Partido Concertación Nacional y Partido Demócrata Cristiano. Tendrán la mayoría de los 84 diputados nacionales y la mayoría de las autoridades en los 262 municipios[1].
La polarización del país, el desanimo y el descontento del electorado, constituyeron el clima electoral para concretar este resultado. Se estima que la abstención rondó entre el 67 % y el 70 %, 18 % más que en las elecciones legislativas y municipales del 2015. De los 5.186.042 ciudadanos convocados a votar en territorio salvadoreño (no hubo centros de votación en el exterior), sólo cerca de dos millones acudieron a las urnas[2]. La situación económica, los mensajes de intimidación desde Estados Unidos (amenazando con deportaciones masivas de migrantes salvadoreños) y los ataques constantes al Gobierno del FMLN, parecen ser los principales factores de la abstención y de los resultados.
Gráfico 1. Resultados Asamblea Legislativa
Fuente: www.laprensagrafica.com[3]
En el Gráfico 1 se presenta la proyección de la nueva composición de la Asamblea Legislativa. Se estima que el partido derechista Alianza Republicana Nacionalista-ARENA tendrá 38 diputados (tres más que los obtenidos en 2015), el gobernante Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional-FMLN pasa de tener treinta y un diputados a veintidós, el Partido Concertación Nacional tendrá diez diputados (cuatro más que los obtenidos en 2015), el Partido Demócrata Cristiano tres diputados (dos más que en el 2015), el partido GANA tendrá nueve diputados (dos menos que en 2015), y el partido Cambio Democrático-CD obtendría un diputado.
En las municipalidades la tendencia es similar, cerca del 50 % de los votos válidos fueron depositados por el partido derechista ARENA, con una distancia considerable sobre el FMLN, que aparece como segundo en la mayoría de municipios. En los municipios capitales de los catorce departamentos, con los datos electorales escrutados a la fecha, ARENA ha conseguido diez alcaldías incluyendo San Salvador, gobernada desde el 2015 por el exmilitante del FMLN Nayib Bukele, expulsado de dicha formación en el mes de octubre de 2017[4].
Cuadro 1. Resultados por capitales de departamento
Fuente: Elaboración propia, con datos del Tribunal Supremo Electoral[5]
Como se observa en el Cuadro 1, el partido derechista ARENA es el que obtiene más alcaldías de municipios que son capitales de departamento (las diez ya mencionadas), seguido del FMLN con una alcaldía (San Miguel) y una votación nacional que lo ubica como segunda fuerza (aún mantiene la posibilidad de ganar en Zacatecoluca, donde la distancia con ARENA es de veintinueve votos), el Partido GANA obtiene la victoria en San Vicente (Morazán) y el Partido Concertación Nacional gana dos alcaldías, en Cojutepeque (Custaclan) y Auchapan.
II. Análisis de la elección
Los resultados electorales indican que el presidente Salvador Sánchez Cerén tendrá que gobernar su último año con una Asamblea Legislativa totalmente en contra. Hasta el momento, ha gobernado con el apoyo de veintiocho diputados del FMLN, con quienes venía trabajando en leyes económicas y sociales, apoyado en algunos casos por el partido GANA, y/o por el Partido Social de Participación; sin embargo, no contaba con margen de maniobra para introducir debates legislativos que contuvieran cambios sustantivos en la política económica. Estuvo bloqueado desde el 2015 por la mayoría legislativa de ARENA y del Partido de Concertación Nacional, apoyados por parte del poder judicial – en especial de los magistrados de la Sala Constitucional de la Corte Suprema, aliados o miembros de ARENA-.
Con estos resultados, el escenario para El Salvador es de parálisis de las iniciativas legislativas de Gobierno, con un feroz ataque de ARENA que tiene como objetivo conseguir un clima de mayor desanimo entre el electorado de opinión y fortalecer a los votos tradicionales de derechas como estrategia para conseguir la presidencia en marzo de 2019. El resultado también denota un desgaste del FMLN en el Gobierno, al no tener apoyo en el poder legislativo y en el poder judicial para realizar cambios en la vieja estructura económica y social, aunque haya conseguido importantes y positivos resultados en la distribución del ingreso y la disminución de la inseguridad con el combate a las bandas criminales conocidas como «maras».
Con una abstención cercana al 70 %, ganó el tradicionalismo, que tiene una votación fidelizada después de décadas del manejo clientelar de la estructura estatal. Una situación apoyada desde los medios de comunicación que alentaron el desanimo. La opinión pública no cree en las formaciones políticas, aunque el electorado en minoría termina reproduciendo el viejo esquema político formado por ARENA durante la guerra y, desde 1992, en la transición del acuerdo de paz.
Una situación condimentada con el duro mensaje del Gobierno de los Estados Unidos, que viene amedrentando a la población salvadoreña (y a toda la población latinoamericana migrante) con la amenaza de expulsar a los cientos de miles de migrantes -que se estiman en más de dos millones[6]-. Una amenaza canalizada por ARENA al identificarse como el partido de derechas pronorteamericano, opuesto al proyecto del FMLN que resulta contrario a la política de Donald Trump.
Estas condiciones dejan servido un escenario favorable para ARENA en las elecciones presidenciales de marzo del 2019. Si las elecciones fueran hoy claramente el perdedor sería el FMLN. Sin embargo, estas elecciones no dejan a ARENA como el gran elector: en las votaciones legislativas y municipales del 2015 obtuvieron una votación similar a la del pasado domingo 4 de marzo, y la abstención aumentó en un 18 %, lo cual es el dato más importante de estas elecciones. El descredito y el desanimo recaen por igual para todos los partidos, pero resienten más al FMLN por estar en la gestión de Gobierno.
Para las elecciones del 2019 también surge un factor adicional: el joven de 36 años Najib Bukele, alcalde saliente de San Salvador y exintegrante del FMLN, ha creado un movimiento llamado «Nuevas Ideas» con el cual pretende llegar a la presidencia. Para estas elecciones llamó a la abstención y a rechazar la partidocracia[7]. Emerge como alternativa, aunque ARENA es dueña del aparato tradicional electoral y el FMLN tiene la posibilidad de repuntar en éste último año de mandato, teniendo en cuenta su capacidad organizativa en el movimiento social y las correcciones de la estrategia electoral que emergerán de los resultados legislativos y municipales.
Notas:
[1] http://elecciones2018.tse.gob.
[2] https://es.aleteia.org/2018/
[5] http://elecciones2018.tse.gob.
Javier Calderón Castillo (@javiercc2) es investigador del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG)
Fuente: http://www.celag.org/triunfa-la-abstencion-salvador/
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