Cuando faltan pocos meses para las elecciones al Parlamento Europeo, Dublín se ha convertido durante algunos días en protagonista de dos eventos muy relacionados con estos próximos comicios: la ratificación del candidato del Partido Popular Europeo -y favorito de Ángela Merkel-, el luxemburgués Jean-Claude Junker, y la presencia del líder del partido griego Syriza, Alexis […]
Cuando faltan pocos meses para las elecciones al Parlamento Europeo, Dublín se ha convertido durante algunos días en protagonista de dos eventos muy relacionados con estos próximos comicios: la ratificación del candidato del Partido Popular Europeo -y favorito de Ángela Merkel-, el luxemburgués Jean-Claude Junker, y la presencia del líder del partido griego Syriza, Alexis Tsipras, que se encargó de cerrar las jornadas celebradas en la Dublín City University: Cuestionando el papel de la Troika. Transformando Europa. Ambos optan a la presidencia al Parlamento Europeo.
Tsipras habló en representación de la coalición de izquierdas «European Left Party» que, según sus palabras, aspira a obtener 65 escaños en el Parlamento Europeo. Para ello, plantea cuatro propuestas como ejes de su programa: reorganización democrática, abandono de las políticas de austeridad, transformación ecológica en los procesos productivos y la revisión de las políticas de inmigración surgidas del Tratado de Dublín.
Para el líder de Syriza, «la situación en Grecia es cada vez es más penosa». Según datos de la Comisión Europea, la pobreza en Grecia está fuera de control: el 36% de la población está amenazada por la pobreza y la exclusión social. Este dato se incrementó en un 5% durante el período 2008-2012. Por otra parte, 6 de cada 10 habitantes no acuden al médico: de 11 millones de personas, 3 millones no tienen seguro médico, de ahí que el 40% de la población ahorre en comida para poder comprar medicinas. Además, de acuerdo con el informe del año 2012 del Instituto de Empleo de la Federación de Trabajadores, el paro, que ha alcanzado niveles equivalentes al del año 1961, ronda el 30% y se espera que aumente este año. Grecia ha perdido más del 25% de sus ingresos nacionales.
«Una crisis de la Eurozona»
Para Tsipras, la crisis de la deuda «es una crisis de la Eurozona, no es la suma de las deudas europeas, no es una crisis griega o irlandesa, es una crisis europea». El líder griego afirmó que por culpa de la mala gestión que se ha hecho desde Europa de la crisis, en algunos países, la deuda privada ha pasado a ser pública. En Grecia, el nivel de deuda ha llegado al 176% del PIB y se espera que para el 2015 se sitúe en el 205%: «Esta es la situación: ¿qué país puede pagar eso?»
Ante esta situación, el líder griego invitó a los países europeos a organizar una conferencia por la deuda donde también esté sentado el Banco Central Europeo. En esta reunión, la prioridad sería la cancelación de una parte significativa del valor nominal de las mayores deudas de la Eurozona. Para el líder de Syriza, «la condonación de la deuda no debe de ser vista como un regalo de los países acreedores a los deudores, sino como una solución beneficiosa para todos«. Además, para Alexis Tsipras, «este argumento que proponemos es una solución realista y viable, nos remitimos al Acuerdo de Londres de 1953 que condonó más de un 60% de la deuda de Alemania después de la II Guerra Mundial«.
Si en esa futura conferencia sobre la deuda esta primera propuesta fuera rechazada, Tsipras afirmó: «Argumentaríamos lo que es una realidad: la Eurozona es una cadena que se compone de 16 o 17 eslabones y Grecia es un peligro sistemático para ella, es decir, es un eslabón que se puede romper y la cadena desaparecería». El líder griego augura que «será una negociación muy dura, no va a ser fácil», y prevé que «hará falta un movimiento de solidaridad para que sea exitosa la negociación».
El líder griego calificó el congreso del Partido Popular Europeo como «la conferencia de la austeridad y el miedo», contraponiéndolo a un mensaje de «esperanza y cambio en las elecciones europeas», ya que, según sus propias palabras, «en mayo no votaremos por un partido u otro, ni por la balanza económica o la deuda de los países, sino que votaremos por nuestras vidas«. Para él, «es el momento de echar a la Troika porque con sus políticas destruye la cohesión social, asfixia a la democracia y extiende la crisis humanitaria«.
Aunque se muestra optimista, Tsipras solicita el apoyo de los movimientos sociales antes y después de las elecciones, porque si se producen los resultados esperados en el Parlamento Europeo, «será un gran avance en el frente de batalla de esta guerra, puede ser el principio de la victoria».