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Un atlas reúne las culturas de los 522 pueblos originarios de América latina y el Caribe

Fuentes: Telam

Los 522 pueblos originarios (PPII) que habitan en 21 países de Latinoamérica y el Caribe cuentan ahora con el primer Atlas Sociolingüístico que pretende «maravillar al lector con la desbordante presencia indígena y de sus lenguas» en cada país y también servir de herramienta para el diseño de políticas, planes y programas. La obra, coordinada […]

Los 522 pueblos originarios (PPII) que habitan en 21 países de Latinoamérica y el Caribe cuentan ahora con el primer Atlas Sociolingüístico que pretende «maravillar al lector con la desbordante presencia indígena y de sus lenguas» en cada país y también servir de herramienta para el diseño de políticas, planes y programas.

La obra, coordinada por la sociolingüista austríaca y con 22 años de residencia en Bolivia, Inge Sichra, a la que contribuyeron 34 especialistas que desarrollaron un trabajo de recopilación durante dos años, consta de dos tomos y un DVD con información de 522 pueblos que hablan 420 lenguas.

«Pese a una mayor atención de los estados, organismos de cooperación y sociedades, aún hay un profundo desconocimiento sobre similitudes y diferencias que caracterizan al mundo indígena», señala en la presentación del trabajo Bernt Aasen, Director Regional de UNICEF para América latina y el Caribe al justificar la necesidad del trabajo.

El atlas analiza la información con referencias socio-políticas e históricas mientras que el DVD contiene datos demográficos procedentes de censos nacionales, listas de pueblos y lenguas y el marco legal en cada uno de los países.

Sichra precisa en el prólogo que los 34 especialistas trabajaron con la consigna de «privilegiar la sencillez y claridad» en los textos antes que la «erudición y problematización en tratados analíticos» porque el objetivo es que el tema «no debe ser sólo de especialistas» sino que debe involucrar a toda la sociedad.

Estructurado en áreas geoculturales más que por países, el atlas recorre la presencia de los pueblos nativos con una concepción «descentralizadora», que rechaza el hábito eurocentrista de privilegiar el norte del sur y, así, la presentación avanza desde la Patagonia y la Isla de Pascua hacia Meso América, según explica Sichra.

En Atlas muestra que en la Patagonia y la Isla de Pascua habitan nueve pueblos en dos países, Chile y Argentina; en el Chaco ampliado hay 25 pueblos entre Argentina, Paraguay, Bolivia con mención en Uruguay y en la Amazonía, mientras hay 247 comunidades en Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y Guyana Francesa.

Cada capítulo tiene en la introducción un mapa de las familias lingüísticas y lenguas vigentes y otro georreferencial con la ubicación de los pueblos originarios.

Sichra puntualiza que al tratarse de pueblos «hasta hace pocos años invisibilizados, negados o asimilados, que al cobrar notoriedad se volvieron sujetos de derecho que demandan autodeterminación y participación social y política, la realidad es por demás dinámica y se resiste a ser registrada en cifras».

Al presentar el Atlas UNICEF adelantó que el trabajo, surgido tras la Declaración de los Derechos de los PPII por la ONU en el 2007, será actualizado cada dos años, con la incorporación de datos y novedades de una realidad tan compleja y poco conocida.

Otra perspectiva que presenta el trabajo es que hay 107 pueblos transfronterizos; que casi un quinto del total dejó de hablar su lengua y que, contabilizados, unos 44 pueblos utilizan como única lengua el castellano mientras que 55 usan únicamente el portugués.

Así, también está considerada la «enorme variedad» de nombres de los pueblos originarios, producto de denominaciones endógenas o exógenas por lo que a modo de ejemplo se publica un cuadro con las 18 posibilidades de un mismo grupo cultural en Guyana Francesa, Colombia, Venezuela, Perú, Honduras y Costa Rica.

Lo mismo ocurre con las lenguas, como la que usan los wichí en la Argentina, que en Bolivia se llama «weenhajek», «cofán» en Colombia, «iokono» en Guyana y «taurepang» en Brasil.

Los lingüistas no eluden el tema de las distintas formas de escribir nombres indígenas, un asunto, dice Sichra, con discusiones históricas y contemporáneas con adhesiones y rechazos en un asunto altamente «simbólico».

Fuente: http://tercerainformacion.es/spip.php?article17486