EEUU consideró que Panamá no necesitaba un ejército, pues para eso estaba el suyo, y decidió ordenar su desmantelamiento, cosa que ocurrió en el primer aniversario del Tratado nefasto, el 18 de noviembre de 1904.
El discurso que irritó al gobierno de Panamá
El 2 de noviembre de 2009, Día de los Difuntos, pronuncié un discurso como Orador Oficial ante el Mausoleo a los Soldados de la Independencia, designado por unanimidad del Consejo Municipal de Panamá, cuya actuación fue decisiva para asegurar nuestra separación de Colombia en 1903 (Alainet, Julio Yao, «El Discurso que irritó al gobierno panameño», 19 de noviembre de 2009).
A raíz de mi discurso — que fue violenta e infructuosamente interrumpido por el entonces vicepresidente y canciller y luego presidente de Panamá, Juan Carlos Varela — tanto el presidente Ricardo Martinelli como su ministro de Seguridad, José Raúl Molino, y su ministra de Educación, Lucy Molinar, desataron ataques que intentaron hacerme trizas para molerme como papilla entre un molino y un molinar.
La ministra Molinar me llamó “mentiroso” y me acusó de tergiversar la Historia. Pero fue ella quien eliminó la cátedra de Historia de las Relaciones entre Panamá y EUA, a petición de Jesse Helms del Senado de EUA (no confundir con Jesse James quien, contrario al primero, era un pistolero con ética). Paradójicamente, fui yo quien elaboró dicha cátedra de Historia, que estuvo vigente durante 33 años (1973-2006), por solicitud de mi jefe, el canciller Juan Antonio Tack (era su Asesor Personal) y del general Omar Torrijos.
El ministro Mulino, exudando un anticomunismo primitivo, anacrónico, demodé y de mal gusto, de la Guerra Fría, me acusó de ser un “izquierdista despistado”. El vicepresidente y canciller, Varela, me acusó de distorsionar la Historia y torcer el significado de las nuevas bases aeronavales que recién anunciaban ese día. El presidente Martinelli fue más lejos: “El profesor Yao sabe tanto de Historia como yo de astronáutica”. Le riposté al mandatario, acusado de saqueo multimillonario al país, que si ello fuera cierto, él no estaría en el planeta Tierra (lo cual era normal en él) sino en el lado oscuro de Marte.
Me sentía consagrado porque era la primera vez en la Historia que todo un gobierno (el Ejecutivo) atacara a un Orador Oficial designado unánimemente por el Consejo Municipal de Panamá. El vicepresidente Varela le reclamó a Jair Martínez, presidente del Consejo Municipal, por mi designación, acusándolo falsamente de conspiración del Partido Revolucionario Democrático (PRD), entonces en oposición.
Ambos frente a mí, no vi a un vicepresidente de la República dirigirse con respeto al presidente del Consejo Municipal, sino a un racista blanco regañando a un negro por haber honrado como Orador Oficial a un panameño de descendencia china.
El Día de la Independencia (3 de Noviembre) asaltan mi casa
Pero el gobierno de Cambo Democrático fue más lejos: al día siguiente, 3 de noviembre, fecha de nuestra independencia, enviaron a varios de sus esbirros y matones para asaltar mi residencia y destruir tres puertas de hierro con el fin de amedrentarme y robar mis computadoras, documentos y dinero, agrediendo cobardemente a mi hijo menor y a mi esposa.
Yo me encontraba ausente en la ciudad de Colón en el Atlántico, visitando al Dr. Walid Sayed, Directivo de la Coordinadora Palestina para Latinoamérica y el Caribe (COPLAC), quien me comunicó que un emisario de la cancillería recién le había comunicado esa mañana la intención del gobierno nacional de designarme embajador en Indonesia. Pregunta obligada: ¿Cómo se enteraron de mi visita sorpresiva a Colón?
Con motivo del tratado que crea o recrea la Coordinadora Regional de Operaciones Aeronavales (CROAN), y del debate sobre su posible violación del Tratado de Neutralidad y de la soberanía, estimo pertinente reproducir extractos de aquel discurso que preanuncian o profetizan la remilitarización secreta, solapada y sistemática a que ha estado sometida Panamá desde la invasión de 1989.
Los caminos de la Patria
Iniciaba mi discurso con un relato de cacería en los años cincuenta del pasado siglo cuando debía atravesar una selva desconocida durante toda la noche hasta el amanecer, sin armas, salvo una linterna y un cuchillo, a través de una región sin caminos donde un temible tigre sembraba el terror entre el ganado y los muy raros campesinos que allí recién se aventuraban.
Para no perderme en la densa jungla, un amigo (Colá Castro, de Las Guabas de Los Santos) me aconsejó seguir siempre el camino junto al río, de tal forma que, de no escuchar el sonido de su corriente, era porque ya estaba perdido y debía regresar al punto de partida. “Y cuídate del gato,” refiriéndose al tigre, culpable de matar a 40 reses, tras el cual se había integrado una partida fallida de 20 cazadores. Decía mi discurso así:
“Los caminos de la patria deben ser como los ríos: cuando ya no escuchamos su música y no sabemos a dónde nos llevan nuestros pasos, necesitamos regresar a nuestro lugar de partida, a nuestros orígenes, siguiendo las aguas cantarinas que nos reclaman.”
‘Al conmemorar el Día de los Difuntos y abocarnos mañana a la fecha de nuestra separación de Colombia, es necesario reconocer que demasiados panameños ya no escuchamos el río de la patria; que nos hemos perdido en la maraña y no tenemos ni la menor idea de a dónde llevan nuestros pasos; que carecemos de memoria histórica y por eso navegamos a la deriva.”
Según EUA, Panamá no necesita un ejército
“El gobierno de Estados Unidos consideró que Panamá no necesitaba un ejército, pues para eso estaba el suyo, y decidió ordenar su desmantelamiento, cosa que ocurrió en el primer aniversario del Tratado nefasto, el 18 de noviembre de 1904. Los Soldados de la Independencia (en cuyo nombre hoy hablamos) fueron disueltos bajo amenaza de invasión”.
Neoliberalismo, invasión y remilitarización por EUA
“El efecto combinado de la invasión y el Consenso de Washington ha sido el de eliminar la noción de que el Estado requiere de soberanía y de que el Canal debe ser protegido y defendido constitucionalmente por panameños. Por tal motivo, se produce la inserción jurídica y no exclusivamente material, de las fuerzas armadas de Estados Unidos en territorio nacional, que se plasma en acuerdos entre el Servicio de Guardacostas de EUA y el Servicio Marítimo Nacional de Panamá en 1991; en acuerdos secretos entre la inteligencia militar de Estados Unidos y el gobierno nacional panameño”.
“Conforme a los acuerdos, las fuerzas armadas, terrestres, aéreas y navales, de Estados Unidos, pueden surcar el territorio nacional libremente. Conforme a esos acuerdos, Estados Unidos puede invitar para que entren a nuestro territorio otros Estados con el propósito de que éstos cooperen con Panamá en la guerra contra el terrorismo, el narcotráfico y otros delitos internacionales” ¿No es esto lo que persigue la CROAN?
“Las Maniobras Panamax han sido siempre comandadas por un Almirante del Comando Sur, pero nuestra Constitución Nacional atribuye exclusivamente a panameños la defensa de su territorio y prohíbe a nuestros funcionarios civiles o militares recibir órdenes de militares extranjeros”.
Bases aeronavales de Panamá, a la disposición de EUA
“Pero Panamá se inserta en un espacio geopolítico más amplio. Colombia publicará la próxima semana los acuerdos firmados con Estados Unidos para poner a su disposición siete de sus bases militares. Según lo dicho por el General Freddy Padilla de León, Ministro de Defensa encargado de Colombia: ‘Se trata de profundizar unas relaciones que han venido siendo exitosas con el acceso a bases militares colombianas. No son bases norteamericanas, son colombianas, pero brindamos la posibilidad de que accedan a nuestras instalaciones’.” (sic).
“El anuncio hecho ayer, 1 de noviembre, de que ‘la Policía Nacional, el Servicio Nacional de Frontera y el Servicio Nacional Aeronaval firmaron un acuerdo interinstitucional para el establecimiento de bases aeronavales y de policía panameñas en el litoral Pacífico y Atlántico del país, no nos sorprenden porque serán bases aeronavales y de policía panameñas que podrán ponerse a disposición de Estados Unidos por la sencilla razón de que el Tratado Salas-Becker de 2002 se adelantó y hace siete años dispuso que los puertos y aeropuertos de Panamá podrán ser usados generosamente por las fuerzas armadas de Estados Unidos.”
“Es por ello que las bases puestas a la disposición de Estados Unidos profundizan la militarización de un amplio espacio territorial que separa a ese país de Sudamérica, mismo que constituye una plataforma desde la cual será posible lanzar operaciones sobre toda la región”.
“Con estas reflexiones culmino mi intervención, con la esperanza de que los tambores de guerra no obnubilen nuestra visión y nos hagan perder el rumbo, y que cuando ya no sepamos si vamos en la dirección correcta, escuchemos el gran río de la patria, la música de la patria, el gran río que nos hace sentir orgullosos de nuestro pasado y que sin duda nos llevará de las tinieblas a la oscuridad, y de la oscuridad a la luz.”
Panamá y el Plan Maestro (Master’s Stroke) contra Venezuela
Ahora bien, el Jefe del Comando Sur en esa época, Kurt Tidd, propuso el 18 de febrero de 2018, el Plan denominado “Master’s Stroke” o Golpe Maestro para derrocar al gobierno de Venezuela con la ayuda de países aliados como Colombia, Argentina, Brasil, Guyana y Panamá (Stella Calloni, “El Golpe Maestro’ de Estados Unidos contra Venezuela — Documento del Comando Sur — Red Voltaire, 20 mayo de 2018).
En relación con Panamá, el Plan Maestro contempla:
“Organizar el aprovisionamiento, el relevo de tropas y el apoyo médico y logístico de Panamá. Hacer un buen uso de las instalaciones de vigilancia electrónica e inteligencia de señales; los hospitales y sus dotaciones desplegadas en Darién, los aeródromos equipados para el Plan Colombia, así como los campos de aterrizaje de las antiguas bases militares de Howard y Albrook, y la perteneciente a ‘Río Hato’. Adicionalmente, el Centro Regional Humanitario de las Naciones Unidas, diseñado para situaciones de catástrofes y emergencia humanitaria, que tiene un campo de aterrizaje aéreo y sus propios almacenes. (Bayano Digital, 15 de abril de 2019).
Al expresidente Ricardo Martinelli; al expresidente, ex vicepresidente y excanciller, Juan Carlos Varela; al exministro de Seguridad, José Raúl Mulino, y a la exministra de Educación, Lucy Molinar, les pregunto: ¿Quién tergiversa y distorsiona la Historia? ¿Ustedes o yo?
Al ex canciller, ex vicepresidente y expresidente Varela, le pregunto: ¿Quién entiende mejor el correcto significado de las bases aeronavales o de la CROAN? ¿Usted o yo? Al exministro Mulino, le pregunto: ¿quién es el despistado? ¿Usted o yo? A la ministra Molinar le pregunto: ¿Quién miente? ¿Usted o yo? Al expresidente Martinelli, le pregunto: ¿Ya bajó usted al planeta Tierra, o aún sigue en Marte?
Julio Yao: Analista internacional, exasesor de Política Exterior y exagente de Panamá ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
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