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Panamá

Una victoria popular: Ley de Duelo Nacional el 20 de Diciembre

Fuentes: Rebelión

Después de 33 años de lucha, de exigencias, de movilizaciones, de espera, finalmente se ha hecho algo de justicia a las víctimas de la invasión norteamericana contra Panamá del 20 de Diciembre de 1989, con la promulgación de la Ley de Duelo Nacional.

Tres décadas ignominiosas han transcurrido para que los gobiernos de todos los partidos oligárquicos y la élite empresarial pasaran de la mentira de negar a los caídos, del insulto culpabilizándolos de” norieguistas” y “batalloneros”, de aceptar los hechos a regañadientes rebajándolos con el “no fueron tantos”, hasta finalmente reconocer que los muertos de la invasión del 89 eran seres humanos, que eran panameños y panameñas, que merecen justicia y reconocimiento.  

Pasaron tres gobiernos autodenominados “torrijistas” del PRD, siempre pretendiendo apropiarse de la lucha generacional por la soberanía que sostuvo el pueblo panameño, cuyos dirigentes cuando eran en “oposición” reconocían la justeza de la demanda del Día de Duelo Nacional, y hasta participaban algunos de la Marcha Negra, pero cuando eran gobierno miraban para otro lado en clara abyección ante el imperialismo yanqui y la burguesía vendepatria. Desde el Toro Balladares que dijo que el “nacionalismo es bullshit”; pasando por Martín Torrijos que vetó una ley al respecto; a tres años del gobierno de Cortizo en que el “duelo nacional” era solo de boca y en los hechos no había nada.  

Que finalmente el Día de Duelo Nacional sea una realidad es una victoria popular, es una victoria del conjunto del pueblo panameño y sus organizaciones sindicales y populares quienes se movilizaron desde el propio día de los hechos hasta el presente sosteniendo la bandera de “Ni olvido, ni perdón”, “los mártires no se olvidan”, “fuera, fuera, fuera el asesino, que el 20 de Diciembre a esta tierra vino”, etc.  

Organizaciones populares que se atrevieron a salir a las calles cuando aún El Chorrillo humeaba, que levantaron la bandera de lucha contra la ocupación aún en presencia de las tropas yanquis que patrullaban las ciudades. Esta victoria es del Comité de Familiares de los Caídos, del Comité de Refugiados de El Chorrillo (fundado por el maestro Olivardía en el hangar de Albrook donde las tropas yanquis los metieron), de los Batallones de la Dignidad (recordamos al compañero Rolando Sterling), del comité Pro Rescate de la Soberanía, de los sindicatos del CONATO y de lo que hoy es la CONUSI, de las organizaciones de izquierda (Partido del Pueblo, PST, PRT, MLN-29), etc.  

Es esa lucha denodada y persistente la que hoy obligó a los diputados de la Asamblea Nacional a aprobar la ley y al presidente Cortizo a sancionarla. Esta ley no ha sido ningún regalo de ningún partido político, esta ley el pueblo panameño la conquistó luchando.  

Otro tanto podríamos decir de la Comisión 20 de Diciembre, que fue una conquista arrancada al gobierno de Varela, y que debe rendir un informe a fines de este año, el cual esperamos que sea veraz y permita conocer cuántas personas murieron en la invasión de 1989. Esperamos con expectación dicho informe, aunque preocupa que, de los 5 comisionados originales, sólo queda 1, ya que se han retirado por diversos motivos.  

En este marzo primaveral, que los familiares de los caídos, que los combatientes, que los luchadores, que la militancia de las organizaciones populares, que el pueblo panameño se regocije por haber conquistado el Duelo Nacional para el 20 de Diciembre. Que sufran los empresarios inhumanos que solo aman los dólares que les producen las fiestas de fin de año. Ahora, si quieren explotar a sus trabajadores ese día, deberán pagarles tiempo y medio.  

Al imperialismo yanqui, sus políticos, sus medios de comunicación y sus títeres en todo el mundo, que este año 2022 se la pasan hablando de la invasión rusa a Ucrania y supuestamente lamentándose por las víctimas, el pueblo panameño les dice: ¡HIPÓCRITAS!  

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.