“Para la próxima reforma universitaria hay que eliminar reloj marcador y perseguidora, es con docentes no contra ellos” (Rutilia Calderón, exdocente y Rectora)
La privatización de la educación pública es parte de la reforma del Estado en el marco del modelo neoliberal. No solo se trata de reducir el monto de recursos que por ley corresponde a las universidades y demás centros educativos, aumentar el costo de la matrícula para los alumnos (as) sin importar su situación socioeconómica y de sus familias, sino también restringir la entrada a los centros de educación superior descalificándolos por su mala formación de base. También se trata de desvalorizar el pensamiento crítico al interior de las universidades, eliminando toda referencia y estudio de los pensadores marxistas, neomarxistas e incluso keynesianos en las ciencias sociales (economía y sociología especialmente).[1]
Hay también una especie de agrandamiento de lo administrativo sobre lo académico, donde se aumentan los controles de personal para los profesores, no se reconocen sus méritos y derechos adquiridos. En Latinoamérica hay excepciones, donde se coloca en el centro de la reforma universitaria a la academia y docentes, más allá de una eficiencia administrativa que, a todas luces, no contribuye al logro de objetivos de excelencia académica de la universidad, más bien es el factor causal que lo impide. Los docentes pierden motivación por investigar y hacer extensión universitaria, ya que están más preocupados por no marcar tarde la entrada a clases y perder parte de su salario por deducciones.
Las universidades de mayor ranking a nivel latinoamericano no incorporan esta práctica carcelaria de control permanente de los docentes y tramitología, sino que se lo dejan a los alumnos que, al final, son los que realizan la evaluación. En el caso de docentes faltistas, los reportes de evaluación los denuncian, y aquellos con debilidades en la enseñanza también. Los docentes mal evaluados no han ganado el derecho de seguir impartiendo la clase, necesitando un periodo de capacitación y ejercicio de valores éticos.
Lo anterior no significa que dentro del Sistema de Evaluación del Desempeño Docente (SEDD) se incorpore además de la evaluación de los alumnos la evaluación de los jefes de departamento o carrera y la autoevaluación de los propios docentes.
En el caso de Honduras, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) ha quedado fuera de las mejores universidades del mundo, sustituida por una universidad privada, la Universidad Tecnológica Centroamericana (UNITEC). Esta evaluación corresponde a un periodo previo (cuatro o cinco años antes) a la toma de posesión de las nuevas autoridades universitarias con Odir Fernández a la cabeza, por lo que se espera que en la próxima evaluación los resultados sean favorables.
Curiosamente, las nuevas autoridades universitarias decidieron sustituir la Prueba de Aptitud Académica (PAA) para ingresar a la UNAH y considerada el terror de los alumnos de colegios públicos, por la Prueba Hondureña Universitaria de Medición Académica (PHUMA), más flexible que la anterior.
En teoría la vigencia de esta prueba facilita que más alumnos ingresen a la UNAH en carreras que mostraban una tendencia a la expulsión como medicina e ingenierías. El Congreso de la República, especialmente su vicepresidente del Partido Libertad y Refundación (LIBRE), abogado Rasel Tome, se manifestó por la eliminación total de la PAA, al considerarla un instrumento de exclusión social, que fue catalogado por sus colegas diputados de oposición como una posición “populista y demagoga”.
Para el Rector, Odir Fernández Flores, “la prueba ha sido diseñada y desarrollada por el Centro de Experimentación e Investigación Aplicada en Psicometría y Evaluación (CEI-TEST), adscrito a la Facultad de Ciencias Sociales (FCCSS), a partir del análisis de la curricula nacional y la aplicación de una serie de entrevistas en todo el territorio nacional. Ellos han preparado todas las preguntas no solo mediante un mecanismo técnico, sino también de consulta y socialización; han viajado a todo el país, han conocido la curricula nacional y eso ha servido de fundamento para crear la nueva prueba”[2].
Implica su aceptación como prueba válida por los evaluadores que construyen el ranking Internacional.
Tradicionalmente y en función de los objetivos que persigue la educación superior en Honduras y la UNAH, la diversificación académica y profundización del conocimiento con maestrías y doctorados debidamente acreditados y validados por pares internacionales (otras universidades de la región o fuera de esta), y lograr un mayor número de egresados y titulados a todos los niveles, es una de las metas institucionales de corto plazo, acompañada de más investigación, publicaciones y patentes.
Uno de los problemas es que después del Covid-19 ha sido más evidente la acumulación de egresados sin títulos, especialmente de maestrías y doctorados. El problema de fondo es la ausencia de enfoques conceptuales y metodológicos que puedan sustentar a la vez varios proyectos de investigación relacionados, y no esperar a que cada alumno defina su propio marco conceptual. La experiencia en la Universidad de Caracamas (Escuela Nacional de Agricultura) con egresados de la maestría en economía y planificación (proyecto piloto), demuestra que este enfoque es válido y permite que más alumnos concluyan sus proyectos de investigación en el menor tiempo posible.
En el caso de investigación y publicaciones, el sistema carcelario desmotiva a los profesores, especialmente aquellos contratos por hora sin reconocimiento de derechos aunque tengan más de 10 años de laborar en la UNAH, a participar de proyectos de investigación y elaborar ensayos cortos para las revistas vigentes. Se necesita un mayor involucramiento de la planta de docentes-sin excepción- de cada carrera en la generación de publicaciones, para lo cual hay que asignar más recursos.
La UNAH ha venido enfrentando un problema de fondo, y es que desde 2014 para acá el presupuesto asignado ha sido menor del 6% que manda el artículo 161 de la Constitución de la República, excluyendo préstamos y donaciones. Hay rezagos en la entrega de los fondos, lo cual provoca retrasos en el cumplimiento de las metas físicas (construcciones y equipamientos) y en el pago de los docentes. Pero también hay evidencia de menores niveles de ejecución del gasto programado, lo que demuestra problemas de eficiencia administrativa y técnica.
Para 2025 se aprobaron 7.753,4 millones de lempiras, de los cuales el 80,4% corresponden a fondos del tesoro nacional, un 4,5% fondos propios y el resto (15,1%) créditos externos. Hay una fuerte presión entre bastidores, incluyendo Organismos Internacionales, para que la UNAH ajuste sus cobros de matrícula de ingreso y demás servicios, pero existe el compromiso de la presidenta Xiomara Castro que ello no sucederá, por lo menos en su gobierno.
La UNAH está teniendo una mayor proyección a la comunidad, ofreciendo servicios de asesoría, investigación, asistencia técnica y capacitación que permiten un aumento de los fondos propios. A ello debe sumarse la eliminación de carreras que muestran caídas pronunciadas en la matrícula, y la generalización de docencia virtual a todos los niveles (incluyendo maestrías y diplomados), que puede aumentar dichos fondos.
Por el lado del Gobierno central, existe la preocupación de lo cuantioso de los recursos que la UNAH tendrá que erogar por el pago de demanda de empleados y docentes, al violarse el Estatuto de Docente y no reconocerse derechos adquiridos. Los costos de seguir con prácticas violatorias de estos derechos son mucho mayores que cumplir las normas, o sea reconocer los derechos y promover las escalas con base a méritos.
La UNAH ya cuenta con un Plan Estratégico de Mediano Plazo 2024-2027 donde se enfatizan intervenciones en las áreas de desarrollo académico con el incremento cada año de mayor numero de egresados, la investigación científica y vinculación con la sociedad. Igualmente, está trabajando en un Plan de Desarrollo de Largo Plazo que debería ser presentado a los candidatos a la presidencia de la República para su valorización, tal como lo han hecho otros actores como el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP).
Uno de los principios fundamentales del Plan es la participación e inclusión, donde los docentes sin excepción pueden aportar, sobre todo en la construcción de los modelos alternativos al neoliberalismo.
Notas:
[1]En la facultad de ciencias económicas de la UNAH, se decidió eliminar todo lo que tiene relación con la economía política marxista y el pensamiento crítico.
[2]Ver Declaraciones del Rector Odir Fernández en HTH.TV, 2 de diciembre de 2024.
Javier Suazo, economista hondureño especializado en políticas económicas y estudios doctorales en economía, catedrático de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNAH.
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