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Washington pretende desestabilizar al gobierno de Macedonia

Fuentes: Rebelión

De acuerdo con la versión oficial occidental, decenas de miles de manifestantes salieron a las calles de la capital, Skopje, para exigir la renuncia del primer ministro macedonio Nikola Gruevski porque la oposición y su líder Zoran Zaev han acusado al gobierno de corrupción y escuchas telefónicas a 20.000 personas, incluidos políticos, periodistas y líderes […]

De acuerdo con la versión oficial occidental, decenas de miles de manifestantes salieron a las calles de la capital, Skopje, para exigir la renuncia del primer ministro macedonio Nikola Gruevski porque la oposición y su líder Zoran Zaev han acusado al gobierno de corrupción y escuchas telefónicas a 20.000 personas, incluidos políticos, periodistas y líderes religiosos. Mientras tanto, los medios de comunicación occidentales, han declarado que el primer ministro Nikola Gruevski es un líder autoritario, aumentando la presión internacional a gran escala contra el gobierno legal de Macedonia.

Al gobierno se le acusa de corrupción, al igual que al gobierno de Ucrania hace un año en las protestas del Maidán. El Departamento de Estado de EEUU expresa su preocupación por la crisis política macedonia que el propio Washington ha orquestado, con la intención de derrocar a gobiernos independientes. Ahora la misma suerte acaecida en Kiev puede estar reservada a Armenia, Azerbaiyán, Kirguistán o Macedonia.

El gobierno de Skopje se negó a participar en las sanciones contra Rusia y apoya el gasoducto que suministrará gas natural ruso a Europa a través de Turquía hasta la frontera griega. Washington teme que el flujo de energía de Moscú, sobre la que no tendría ningún control, disminuya su influencia sobre los estados vasallos europeos que podrían aliarse con Rusia.

Alexei Miller, de Gazprom, anunció que Rusia garantizará 47 mil millones de metros cúbicos de gas al año a Grecia a través de la Turkish Stream, abasteciendo al mercado europeo. El gasoducto irá de Grecia a la UE, a través de Macedonia en el camino hacia Serbia, tal como estaba previsto en el South Stream y desde allí hacia Hungría y Austria. Pero hay un gran obstáculo para que la estrategia se desarrolle, ya que EE.UU. está tratando de transformar su Revolución de Color en Macedonia en una guerra no convencional para neutralizar dicha ruta geoestratégica.

Si el gobierno de Obama pudiese controlar Macedonia, Washington podría convencer a Grecia de alinearse con su gasoducto que abastecería a Europa desde Azerbaiyán, lo que reduciría la influencia de Rusia en el viejo continente. Atenas está siendo saqueada por la Unión Europea y el FMI y está siendo empujada a los brazos de Moscú por la austeridad paralizante que la UE impone al pueblo griego.

Según Thierry Meyssan, EUUU quiere impedir la creación del gaseoducto a través de diferentes acciones[1]:

En Turquía, apoyando al CHP contra Erdogan para lograr que éste pierda las elecciones.

En Grecia, el director del Buró de Recursos Energéticos de Estados Unidos, Amos Hochstein, presionó a Tsipras a renunciar al acuerdo con Gazprom.

En Macedonia, colocando a títeres occidentales.

En Serbia, está reactivando el proyecto de secesión de Voivodina, territorio donde transcurriría la conexión del gasoducto con Hungría.

El voto regular en cada país, es importante para Europa si un partido o candidato subraya su compromiso con los valores euro-atlánticos, exhaltándose sus medidas democráticas. Pero los europeos se alarman cada vez que un líder fuerte y pragmático es elegido y se involucra en las políticas multipolares, como Gruevski. Cuando se produce, en opinión de Bruselas, una ‘crisis de seguridad democrática», la UE provoca una revolución de color. En declaraciones en una visita a Serbia el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo que los acontecimientos en Macedonia fueron desarrollados en el contexto de la negativa del gobierno a unirse a la política de sanciones contra Rusia y el apoyo vigoroso de Skopje al proyecto de gasoducto Turkish Stream.

Verusevski, quien ocupó altos cargos en los servicios de seguridad, está acusado junto con el líder Zoran Zaev, de tratar de chantajear al Gobierno para llevar a su partido al gobierno, así como de cooperar con los organismos de inteligencia extranjeros. Siendo gobernador de la región de Strumitsa, Zoran Zaev fue acusado de haber favorecido la construcción de un centro comercial y fue arrestado por corrupción, pero fue indultado por el presidente de la República y de su partido, Branko Crvenkovski.

La policía confiscó los ordenadores de Verusevski y otros dispositivos electrónicos, cuando fue detenido a mediados de enero y desde entonces, varias filtraciones de la investigación revelaron detalles acerca de la correspondencia de Zaev con Gjorgji Lazarevski, otro ex alto funcionario. Varios medios de comunicación informaron sobre los mensajes intercambiados de Verusevski con Lazarevski, en la que los dos piensan repetir lo acontencido en Ucrania, como un escenario de disturbios políticos que pudieran desarrollarse en Macedonia.

Existe el temor de que las tensiones interétnicas vuelvan a aparecer como consecuencia de la situación política. Macedonia experimentó una insurgencia armada de rebeldes albaneses en 2001, que terminó con la mediación internacional y un acuerdo político. Esa insurgencia fue precedida por un escándalo de escuchas telefónicas en 2000 cuando el entonces líder de la oposición Branko Crvenkovski culpó al entonces líder VMRO’-DPMNE y al primer ministro Ljubco Georgievski de las escuchas telefónicas en masa, presentando transcripciones de las conversaciones que había recibido información privilegiada de los servicios secretos.

Nota

[1] http://www.voltairenet.org/article187583.html

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.