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Perú

15 de Mayo: Javier Heraud, combatiente revolucionario

Fuentes: Rebelión

Hace 51 años fue asesinado el revolucionario Javier Heraud. Javier murió para vivir. Poema Especial Se trata de ahora de escribir algo original, nuevo, sorprendente. Mañana salgo de viaje. (Iré a México como peruano, turista que recorre las antiguas ruinas) y luego a Bolivia, riéndome de perros policías y canes presurosos. Entraré junto con 30 […]

Hace 51 años fue asesinado el revolucionario Javier Heraud. Javier murió para vivir.

Poema Especial

Se trata de ahora de escribir

algo original, nuevo, sorprendente.

Mañana salgo de viaje.

(Iré a México como peruano,

turista que recorre las antiguas ruinas)

y luego a Bolivia,

riéndome de perros policías

y canes presurosos.

Entraré junto con 30 compañeros

furtivamente a mi patria.

Armados con palabras y fusiles,

Armados con ansias nuevas

de un Perú más joven,

sembraremos en la sierra de los Andes,

» semillas subversivas».

I

Pero esto tiene un origen más lejano.

Fue en Abril (cruel y blando abril)

cuando una mañana apareció

el Comandante.

Era el bravo Fidel en carne y hueso

que nos proponía levantarnos en armas

y cambiar de curso la Historia del Perú.

40 aceptamos.

Subimos al Turquino

2,200 metros de alto y durante

6 meses aprendimos la guerra de guerrillas.

El final lo conocerán todos.

(Me aburro y no termino este poema)

Pero voy al combate y a la guerra

por amor a mi patria, a mi Perú,

por amor a mi suelo, a mis paisajes,

por amor a los pobres de mi tierra,

por amor a mi madre, a sus cariños,

por amor a mi padre, a sus durezas,

por amor a hermanos y amigos,

por amor a la vida y a la muerte,

por amor a las cosas de los días,

por amor a los días de otoño,

por amor a los fríos del invierno.

No sé que pasará conmigo y mis

hermanos en la lucha,

pero supe vivir y morir como

hombre digno,

queriendo respetar y salvar al que

todo lo sufre,

queriendo abrir nuevos soles salvadores.

El final de la historia lo dirán

mis compañeros,

arriba, abajo, encima de la historia,

y contarán a mis hijos

historias verdaderas,

y para siempre vivirá la esperanza.

Javier Heraud

La Habana, noviembre 1962

La izquierda peruana debe aprender de la abnegación y del carácter revolucionario de Javier. La izquierda peruana debe tomar lecciones del combate de Javier. La izquierda peruana debe luchar para volver a ganar la confianza de los pueblos peruanos como hasta ahora lo tiene Javier. ¿Cómo hacer? A continuación algunas ideas al respecto.

1. La izquierda debería construir un proyecto en el cual los pueblos peruanos determinen su propio destino, que los levanta del yugo de explotación y opresión y que los convierte en objeto y sujeto de sus propios desarrollos. Este proyecto debe fundarse en base del estudio de la realidad peruana que tiene como punto de partida el socialismo científico.

2. El análisis de la realidad peruana debería ser articulado con el programa máximo del cambio revolucionaria. Este programa debería tomar en cuenta las siguientes consideraciones:

a. Un cambio revolucionario de la sociedad debería implicar la transferencia de los medios de producción en manos de los pueblos a través de un proceso de nacionalización y de socialización.

b. Un cambio revolucionario de la sociedad sólo podría materializarse si los propietarios de los medios de producción, como clase, son eliminados política y económicamente. Como dice Samir Amin, «en tanto que el capitalismo no ha sido derrocado, la burguesía tiene la última palabra en la lucha de clases».

c. Un cambio revolucionaria de la sociedad debería apuntar a la destrucción del estado capitalista y una democratización profunda de la sociedad.

d. Un cambio revolucionario de la sociedad debería llevar a cabo el rompimiento de las cadenas de dependencia con el centro capitalista.

3. El proyecto en el cual los pueblos peruanos determinen su propio destino es un proyecto hacia la liberación social. Para que este mensaje llegue a los pueblos, deberíamos aprender de nuestros errores del pasado. Un análisis crítico, profundo y amplio de nuestro pasado de los últimos treinta años es clave. «El arma de la crítica no puede soportar evidentemente la crítica de las armas; la fuerza material debe ser superada por la fuerza material; pero también la teoría llega a ser fuerza material apenas se enseñorea de las masas. La teoría es capaz de adueñarse de las masas apenas se muestra «ad hominem», y se muestra «ad hominem» apenas se convierte en radical. Ser radical significa atacar las cuestiones en la raíz» (Marx, » Introducción para la crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel, 1843-1844″)

4. La práctica política de la izquierda debería basarse en trabajos concretos porque la confianza de los pueblos en el proyecto de la liberación social empieza con una confianza en la organización u organizaciones que empujen este proceso. Esta confianza se lograría a través de los trabajos políticos y sociales en los barrios, en los mercados, en los puestos de trabajo, en las calles, en las universidades, en las organizaciones populares y gremiales. Además, la confianza se establece con un rotundo ¡no! a la transacción con la burguesía y con un comportamiento limpio, democrático, solidario, consiste y coherente de sus militantes.

Javier Heraud no murió por la unidad de la izquierda a toda costa, sino por la unidad como mecanismo para que los pueblos peruanos lleguen al poder para nunca más dejar ese poder. Javier fue un combatiente revolucionario y poeta. Aprendamos de él y cambiemos el Perú.

Hasta la victoria siempre.