Artículos
[Este texto es la traducción de la intervención que hizo Daniel Tanuro en su ponencia de los VI Encuentros Ecosocialistas Internacionales en Buenos Aires, que se celebraron del 9 al 11 de mayo de 2024]
Kohei Saito lo vuelve a hacer. En Marx’s ecosocialism. An unfinished critique of the political economy [aún inédito en castellano], el marxólogo japonés había mostrado cómo el Marx maduro, habiendo tomado conciencia del callejón sin salida ecológica del capitalismo a través de los trabajos de Liebig y Frass, había roto con el productivismo.
Fumata blanca en la COP28: las dos semanas de negociaciones sobre el clima han desembocado en un acuerdo unánime. Sonriente mientras le aplaudían, el presidente emiratí de la cumbre calificó de histórico el texto elaborado bajo su dirección. Muchos de los principales medios de comunicación, con el apoyo de varios científicos muy implicados en los trabajos del IPCC [1], transmitieron este mensaje. Sin embargo, hay poco o nada que justifique este entusiasmo.
La relación humanidad-naturaleza es la causa de la crisis presente que, además de destruir innumerables riquezas naturales, expone a la humanidad a amenazas existenciales. La musiquilla sobre “los pobres que tienen demasiados hijos” sirve muy claramente para desviar la atención del hecho de que son las y los ricos (del norte y del sur) quienes crean la catástrofe climática. El trabajo toma formas particulares según los modos sociales de producción. Frente a la crisis climato-ecológica solo se puede librar la batalla devolviendo al trabajo su carácter de actividad social productora de valores de uso para satisfacer necesidades humanas reales (en contraposición a las necesidades humanas alienadas por el capital productivista / consumista).
[A continuación reproducimos el texto del discurso de Daniel Tanuro en la ceremonia. La familia y los camaradas de André estuvieron presentes en gran número para rendirle homenaje. André Henry se marchó de la misma forma que terminaba cada una de sus huelgas: con aplausos y el canto de la Internacional. GA]
Unos días antes de la inauguración de la COP27 en Sharm-el-Sheij, Egipto, escribí que la conferencia sería una «nueva cumbre del greenwashing [lavado verde], del capitalismo verde y la represión». Esto fue un error. El capitalismo verde sufrió un revés y los fósiles obtuvieron una clara victoria.
Comienza la 27ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) en Sharm-el-Sheikh, Egipto. Está masivamente patrocinada por las multinacionales (que están saqueando el planeta) y organizado por la dictadura del general Sissi (que encarcela a los activistas). La credibilidad de este COP es nula. Es una ilusión total creer que podría tomar las necesarias decisiones radicales para limitar seriamente la catástrofe, y mucho menos detenerla con justicia social. En realidad, de una COP a otra, la marcha hacia el abismo continúa, y este mecanismo infernal continuará mientras la convergencia de las revueltas no sacuda a las y los propietarios.
No es necesario que este artículo entre en datos y cifras sobre la extrema gravedad de la sequía que afecta al continente europeo. Incluso los que no siguen la actualidad muy de cerca han visto las espantosas imágenes del río Po seco, el Loira reducido a un hilillo, el Támesis seco en su nacimiento y a más de ocho kilómetros, el Rin tan bajo que la navegación se ha hecho imposible… Esta situación sin precedentes es el resultado de una grave escasez de precipitaciones, acumuladas desde el final del invierno, tras varios años consecutivos de sequía. El agua se ha vuelto escasa y, en algunas zonas, muy escasa.
El informe del Grupo de Trabajo II (GTII) del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (GIECC) sobre los impactos y la adaptación al cambio climático lanza un estridente grito de alarma: la catástrofe es más grave de lo que proyectan los modelos, sus efectos se manifiestan más pronto y todos los riesgos aumentan. La gente pobre, los pueblos indígenas, las mujeres, las niñas y niños y las personas mayores están cada vez más amenazadas, sobre todo en los países del Sur global. Las políticas que se aplican para limitar los daños son inadecuadas, van en sentido contrario a la sostenibilidad e incrementan las desigualdades sociales. El informe reclama un enfoque inclusivo para transformar la sociedad en todos los niveles.