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“La OTAN amarra a la Unión Europea y la subordina a las ambiciones imperiales de Washington. La Unión Europea carece de visión estratégica, no se atreve a diseñar una opción independiente para su defensa, y se resigna al papel de socio menor: aunque en posición subordinada, forma parte del mismo bloque imperialista y depredador que dirige Estados Unidos, y pese a sus proclamas pacifistas y solidarias (la mentira de los «valores europeos») ha prescindido de cualquier criterio de solidaridad con los países pobres del resto del mundo, acompañando siempre las rapiñas del imperialismo norteamericano”
“Los sangrientos golpes de Estado de otrora son reemplazados ahora por “sutiles” mecanismos de control, disfrazados muchas veces de loables luchas contra la corrupción”
Recientemente, Elías Bendodo, Coordinador General del PP, ha llamado al Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, “mal español”. ¿Nos recuerda algo ese calificativo?
Vamos a comentar a continuación las que nos han parecido las mayores falacias de esta Cumbre, aunque por supuesto no es una enumeración exhaustiva, pues durante la misma se han producido muchas más entrevistas y actos que merecerían un tratamiento separado.
Echar la culpa a las supuestas “mafias de migrantes” es buscar encubrir a los verdaderos responsables. El capitalismo es el responsable de esta tragedia, los que se lucran del sudor ajeno y del saqueo del planeta. Las transnacionales inflan sus fortunas con base en la tortura de los pueblos, viabilizan el saqueo mediante guerras imperialistas y paramilitarismo.
Nuestra política exterior no solamente es equivocada en sus decisiones, sino terriblemente injusta, y con una insoportable doble vara de medir que causa espanto.
“Carlos Herrera reta a Pedro Sánchez a salir a la calle con Juan Carlos I a ver quién recibe aplausos y quién abucheos. Hay un mecanismo menos medieval, Carlos, para medir estas cosas: que se presenten los borbones a elecciones, a ver si mantienen la jefatura del Estado”
Nos enfrentamos a un asunto extremadamente sensible, para el cual necesitaríamos por parte de nuestros gobernantes grandes dosis de valentía política.