Ayer 3 de octubre se cumplieron 49 años de la insurgencia Velasquista. En 1968, en efecto, un General de Ejército y cuatro coroneles optaron por hacerse del Poder en lo que pareció en un inicio, un nuevo Golpe Militar como los que suelen ocurrir en América Latina. Apenas seis después, el 9 de octubre, la […]
Ayer 3 de octubre se cumplieron 49 años de la insurgencia Velasquista. En 1968, en efecto, un General de Ejército y cuatro coroneles optaron por hacerse del Poder en lo que pareció en un inicio, un nuevo Golpe Militar como los que suelen ocurrir en América Latina.
Apenas seis después, el 9 de octubre, la ciudadanía pudo percibir que se trataba de un acontecimiento de otro signo. Era el inicio de un proceso de profundas transformaciones sociales que remeció la base misma de la sociedad peruana.
Hoy, bajo el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, algunos medios de comunicación han abordado muy cautelosamente el tema. Se han mostrado en general, hostiles a los militares del 68 calificándolos apenas de «golpistas»; y han minimizado la importancia de este fenómeno que asomó en nuestro continente como una nueva voz en la lucha contra la dominación del Imperio.
El común denominador de los recuerdos de esos «medios» se ha afirmado en la idea de discriminar y marginar a los trabajadores, y ocultar completamente la lucha y las acciones de la CGTP, casi como si ella, nunca hubiese existido.
La falsedad extrema de esa línea de pensamiento se evidencia cando se evoca la historia tal como fue, y se recuerda el odio que la Clase Dominante expresó de manera cotidiana contra los trabajadores y sus instrumentos de lucha en ese entonces.
Es bueno enfrentar esta grosera tergiversación de la historia, recordando que la Central de Clase de los Trabajadores -la CGTP- jugó un papel notable en esta etapa de la vida nacional. Su lucha contribuyó a darle sentido y consistencia a una acción que -si bien fue liderada sólo por los sectores más progresistas de la Fuerza Armada- interesó vivamente a todos los peruanos. A la Vanguardia de ellos, la CGTP cumplió una función muy destacada.
En este marco, es bueno, sin embargo, salir al frente de algunos mitos que se crearon en torno al tema. Veamos:
1.- La CGTP «fue creada gracias a Velasco Alvarado». No es verdad. La CGTP fue fundada originalmente en 1929 por José Carlos Mariátegui, e ilegalizada en marzo de 1992; por la dictadura militar de Sánchez Cerro. Aunque siguió existiendo en la ilegalidad hasta 1937, en verdad fue quebrada por las sucesivas dictaduras reaccionarias. Finalmente -luego de frustradas experiencias unitarias en 1962 y 1963- fue recompuesta en junio de 1968 combatiendo firmemente al gobierno pro imperialista de Fernando Belaunde que pactó con la Internacional Petroleum Company la entrega de nuestro Oro Negro por 40 años más.
Es bueno recordar que, en agosto de ese año, 2 meses antes del 3 de Octubre, la CGTP desarrolló un Gran Fórum Nacional exigiendo la expulsión de la IPC y la nacionalización del Petróleo. Personalidades de la talla de Alfonso Benavides Correa, Germán Tito Gutiérrez, Efraín Ruiz Caro, Alberto Ruiz Eldredge, Alfonso Montesinos, el general Cesar Pando y otros; tuvieron descollante participación en ese encuentro, que estuvo acompañado también por diversas huelgas obreras y otros conflictos de clase impulsados por la Central.
2.- La CGTP «creció gracias al apoyo del Gobierno Militar». También falso. El gobierno militar del 68 no apoyó nunca a la CGTP ni le brindó la menor facilidad en su trabajo. La tarea de la Central -que se cumplió rigurosamente- fue unir a los trabajadores con un mensaje mariateguista; organizarlos en todos los niveles; politizar su acción en función de los intereses del país; y alentar y promover sus luchas.
Miles de Huelgas Obreras tuvieron lugar en los siete años de gobierno progresista, y en ellos el movimiento obrero supo forjar vanguardia y crear sentimiento y conciencia de clase. En todos esos años, la CGTP, respaldando firmemente el proceso de cambios mantuvo una nítida Independencia de Clase en relación al Gobierno y a los Partidos Políticos, que respetaron su condición de Frente Único de Clase; mantuvo enhiesta las bandera del Proletariado.
La Central Mariateguista sólo fue reconocida a los tres años del gobierno militar, en enero de 1971, cuando -por su propia experiencia- los militares comprendieron que cumplía todos los requisitos legales para existir formalmente, y que su aporte era decisivo para ganar la conciencia de amplios sectores laborales de nuestro país.
3.- El gobierno se valió de la CGTP para enfrentar al APRA en el movimiento obrero. Falso. El APRA, como Partido Político, actuaba frente a los otros partidos políticos, y no frente a una Central Sindical. Por lo demás, había dividido al Movimiento Obrero por intereses partidistas y para buscar más bien acuerdos políticos con la oligarquía y el empresariado. Había convertido a la CTP -la Central existente a partir de 1944- en su apéndice partidista y quebrado la unidad sindical para coludirse con los Patronos.
EL gobierno militar mantuvo con la CTP los mismos vínculos que tuvo con otras Centrales Sindicales, pero ella ya no representaba realmente a los trabajadores de modo que no podía resolver conflicto sindical alguno.
El gobierno más bien, haciendo caso a consejeros erráticos que ostentaban la condición de «asesores» en el SINAMOS y otras dependencias, optó por crear su propia Central Sindical -la CTRP- y forjar su propio movimiento -el MLR-, entidades ambas que naufragaron por carecer de base social propia, lo que ciertamente nunca ocurrió con la CGTP.
Independientemente de sus diferencias con el Gobierno de Velasco Alvarado , la Central Obrera respaldó sus objetivos nacionales y aportó su valioso esfuerzo por afirmar en la conciencia de los peruanos, un sentido verdaderamente patriótico y anti imperialista
Cuando en el 2018 el Perú recuerde los 50 años de la experiencia velasquista, podrá hablarse quizá en otro nivel, en el que el papel de la clase obrera sea observado con mayor respeto. Las nuevas generaciones de trabajadores, así lo merecen.
Gustavo Espinoza M. Colectivo de dirección de Nuestra Bandera.
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