La reciente decisión del Congreso de Estados Unidos de aprobar nuevamente la iniciativa de Ley injerencista Nicaraguan Investment Conditionality Act, conocida como «Nica Act», constituye otra agresión orquestada desde territorio norteamericano contra Nicaragua y Nuestra América. «Casualmente», ese órgano legislativo de Washington adoptó el referido proyecto, que ahora deberá ser debatido en el Senado, un […]
La reciente decisión del Congreso de Estados Unidos de aprobar nuevamente la iniciativa de Ley injerencista Nicaraguan Investment Conditionality Act, conocida como «Nica Act», constituye otra agresión orquestada desde territorio norteamericano contra Nicaragua y Nuestra América.
«Casualmente», ese órgano legislativo de Washington adoptó el referido proyecto, que ahora deberá ser debatido en el Senado, un mes antes de que en la Patria de Augusto César Sandino se celebren comicios municipales.
Similar hicieron los legisladores estadounidenses el pasado año, en plena campaña previa a las elecciones presidenciales nicaragüenses, en las que se impuso de manera contundente el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), y fue reelegido el presidente Daniel Ortega con el 72,5 por ciento de los votos.
La iniciativa «Nica Act», un engendro promovido por congresistas norteamericanos de origen hispano, los mismos mafiosos que incitan constantes ataques a Venezuela, Cuba y Bolivia, tiene el propósito de materializar sanciones económicas y financieras contra el gobierno legitimo y el pueblo nicaragüenses.
Analistas consideran que otra vez Washington pretende crear incertidumbre entre los habitantes del país centroamericano para asestar un eventual golpe al FSLN en la consulta popular del mes venidero, como lo intentaron hacer en las presidenciales del 6 de noviembre de 2016.
La respuesta entonces de Nicaragua fue demoledora con el triunfo de Ortega en las urnas, como el que seguramente conquistará el FSLN en las cercanas elecciones municipales.
El gobierno Sandinista, a través de su Vicepresidenta, Rosario Murillo, dio a conocer el martes último una declaración oficial en la que cataloga la decisión del Congreso de Estados Unidos una violación de la soberanía de su país. (Pensando Américas)
La nota subraya que la «Nica Act» es una acción irracional, ofensiva y lesiva de los Derechos Humanos de los nicaragüenses, y responde a posiciones retrógradas, injerencistas, e irrespetuosas, de ciertos legisladores norteamericanos que todavía no superan la conflictividad e intereses ajenos a la voluntad y la tranquilidad de los pueblos.
Otras naciones como Venezuela, Cuba y Bolivia, asediadas, sancionadas y bloqueadas por Washington, se han solidarizado con Nicaragua frente a la nueva patraña del imperio del Norte, que constituye sin duda alguna otra agresión a la Patria Grande.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.