De forma sigilosa y sin grandes alharacas, China gana posiciones en Europa. Una presencia que va más allá de la existencia de los productos fabricados en el gigante asiático o la cooperación comercial. La realidad es que la influencia de Pekín ya se percibe en algunas decisiones políticas de la Unión Europea, lo que inquieta […]
De forma sigilosa y sin grandes alharacas, China gana posiciones en Europa. Una presencia que va más allá de la existencia de los productos fabricados en el gigante asiático o la cooperación comercial.
La realidad es que la influencia de Pekín ya se percibe en algunas decisiones políticas de la Unión Europea, lo que inquieta en Bruselas, que teme ver socavados sus principios. Esta presencia se transmite a través de los socios comunitarios de la Europa central y oriental, que se han convertido en un caballo de Troya de los intereses chinos en la UE.
Sin prisas pero sin pausas, Pekín va ganando influencia en Europa. Aprovecha para ello el eslabón más débil del Viejo Continente, los países de Europa central y oriental. Un grupo de estados ávidos de inversión para modernizar sus infraestructuras, y convertidos muchos de ellos al euroescepticismo, que no dudan en aceptar las ayudas chinas, aunque ello suponga cuestionar las normas comunitarias.
Seguir leyendo: http://www.lavanguardia.com/internacional/20171210/433537091121/economia-china-ue-union-europea.html