La justicia italiana ordenó la captura de 13 agentes de los servicios secretos estadunidenses pertenecientes a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), por la detención ilegal y secuestro de un líder islámico en Milán. Osama Mustafá Hassan, conocido como Abu Omar, fue secuestrado en una calle de Milán el 17 de febrero de 2003 por […]
La justicia italiana ordenó la captura de 13 agentes de los servicios secretos estadunidenses pertenecientes a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), por la detención ilegal y secuestro de un líder islámico en Milán.
Osama Mustafá Hassan, conocido como Abu Omar, fue secuestrado en una calle de Milán el 17 de febrero de 2003 por dos personas que hablaban italiano y que adujeron se trataba de un simple control de identidad, según fuentes oficiales.
Omar, quien fue el líder religioso de una importante mezquita de la ciudad, situada en Viale Jenner, era vigilado desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.
Después del secuestro los agentes condujeron al imán a la base estadunidense de Aviano, norte de Italia, de donde lo trasladaron a Egipto, para ser interrogado, y al parecer fue torturado en una prisión de ese país.
Los 13 agentes, entre ellos una mujer y el jefe de la operación, acreditado como diplomático del consulado estadunidense de Milán, fueron identificados por los investigadores italianos, que los acusan de haber cometido graves irregularidades.
»Conocemos las identidades de algunos de esos (sospechosos) con certeza, pero con otros no estamos seguros de su verdadera identidad», señalaron las fuentes.
La juez Chiara Nobili, que emitió la orden de captura a pedido de la sección antiterrorismo de la magistratura, investiga también a Abu Omar en el contexto de una operación internacional.
Los agentes de la CIA emplearon durante la operación teléfonos celulares, cartas de crédito, fotos y pasaportes falsos, según la magistratura italiana, que defiende el derecho del Estado italiano de impedir la sustracción de personas sometidas a su justicia, explicaron fuentes judiciales. «Se trató de un secuestro efectuado por agentes occidentales, que querían interrogarlo y neutralizarlo antes de entregarlo a las autoridades egipcias. Pero eso constituyó una grave violación de la soberanía nacional italiana», escribieron los jueces en la orden de captura.
Las transferencias de sospechosos a otros países para que sean interrogados son una herramienta reconocida por Estados Unidos como parte de su guerra contra el terrorismo.
El diario Corriere della Sera informó este viernes que un ex cónsul estadunidense en Milán estaba entre las personas con pedido de captura. La embajada estadunidense en Roma se rehusó a hacer comentarios.