Escrutado el voto en el 80% de los colegios electorales de Alemania, la candidata de la democristiana CDU, Angela Merkel, aventajaba en poco más de dos puntos al socialdemócrata y canciller, Gerhard Schröder. Pírrico resultado, ya que, unido al 10% cosechado por sus aliados liberales, queda lejos de la mayoría absoluta para formar Gobierno y […]
Escrutado el voto en el 80% de los colegios electorales de Alemania, la candidata de la democristiana CDU, Angela Merkel, aventajaba en poco más de dos puntos al socialdemócrata y canciller, Gerhard Schröder. Pírrico resultado, ya que, unido al 10% cosechado por sus aliados liberales, queda lejos de la mayoría absoluta para formar Gobierno y cuando el SPD amenazaba con igualar a la CDU en número de escaños. Las elecciones dentro de dos semanas en Dresde serían, en ese caso, decisivas. El nuevo Partido de Izquierda arrebató a los Verdes la cuarta posición e irrumpe con fuerza en el Bundestag.
Los colores de Jamaica son el negro, verde y amarillo, una entre la variedad infinita de opciones que se abren tras unos comicios que han dejado como estaba la ingobernabilidad institucional. Los colores corresponden a la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Angela Merkel, al partido verde del ministro de Exterior en funciones Joseph Joschka Fischer y al partido liberal (FDP) de Guido Westerwelle.
La «coalición de Jamaica» es una entre muchas. Rojo-roji-verde, verdi-negro-roja. Y es que quien quiera gobernar necesitará varios colores.
Ayer los alemanes evitaron que Angela Merkel se convirtiera en la primera mujer canciller de la historia de Alemania. Los sondeos le auguraban el 34,8% de los votos, 7 puntos menos de lo que habían previsto antes de las elecciones y 3,7 por debajo de los que la CDU obtuvo en 2002, teniendo al bávaro Edmund Stoiber como rival de Gerhard Schröder.
Después de este golpe bajo vino otro: por un momento pareció que el SPD podría tener más diputados en el Bundestag que la CDU por los numerosos mandatos directos. Sobre las 22:30h la segunda cadena estatal ZDF avisó con las máximas reservas que el SPD podría tener 221 escaños, la CDU 223. El resultado definitivo se esperaba entrada la madrugada. En el caso de que la fuerza del mayor grupo parlamentario dependiera de sólo un diputado, podría ser decisiva la elección en el distrito electoral 160 de Dresde el 2 de octubre.
Exito de los liberales
Lo que está claro es que los alemanes terminaron ayer con años de coalición rojiverde en Berlín. El SPD perdió ayer 4,3 puntos colocándose en 34,2%. Los verdes perdieron ligeramente el 0,4%, quedándose en 8,2 puntos. Ambos partidos juntos no pueden formar Ejecutivo porque el FDP de Westerwelle cosechó 10 puntos. Como cuarta fuerza política se ha establecido el Linkspartei con cerca del 8,7% de los votos.
De hecho, se ha dado un empate técnico entre SPD/Verdes, por un lado, y CDU/FDP, por el otro. Para salir de esta situación hay varias opciones.
Varias opciones
Tanto Gerhard Schröder como Angela Merkel reclamaron ayer el Gobierno para su partido. Si Merkel quiere gobernar como mujer canciller sólo tiene dos opciones: o formar el tripartito con el FDP y los Verdes o una gran coalición con el SPD. Sin embargo, desde el SPD se filtró ayer la noticia de que Schröder rechazó tajantemente una gran coalición bajo el liderazgo de Merkel. Cabe la posibilidad de que Schröder gobernara dos años para dejar en la segunda mitad de la legislatura el cargo de canciller en manos de su hasta entonces vice Merkel. La otra opción para el SPD sería la «coalición semáforo» con verdes y liberales. No obstante Westerwelle repitió ayer varias veces que él sólo entraría en el Ejecutivo «para realizar un cambio auténtico».
En el caso de una gran coalición, el FDP sería el partido mayoritario de la oposición. Esta posición podría gustar a Westerwelle, que cosechó uno de los mejores resultados de la historia de este partido. El FDP decidió en un congreso que no iba aliarse con SPD y Verdes.
«Estamos preparados para ir a la oposición» es la consigna que los verdes repitieron ayer. Sus posiciones son incompatibles, de momento, con el FDP.
«El mundo se ha hecho un poco más complicado» describió ayer Merkel. Ella se está jugando su futuro como presidenta de la CDU. Por su ambición podría ser que aceptara el papel de socio minoritario en una gran coalición con el SPD. En ello influye también si la CDU o el SPD va a ser el grupo mayoritario en el Parlamento. Las maniobras de Schröder y del SPD apuntan a una gran coalición bajo su tutela. Entran en esta fase desde una posición de fuerza porque han conseguido recuperar por lo menos desde el punto de vista aritmético el terreno perdido.
Además en el SPD no hay debate visible sobre la posición de Schröder o de Müntefering. Al final su decisión de adelantar los comicios no tenía nada que ver con el «suicidio por miedo a la muerte». Era una maniobra muy arriesgada para vencer a la CDU en un duelo electoral en vez de tener que aguantar durante un año la presión de uno sondeos desfavorables.
El futuro de Merkel a manos de los barones de la CDU
I.N.
COLONIA
Cuando Angela Merkel apareció ayer ante el público lo hizo acompañada por su secretario general, Volker Kauder, y el ministropresidente de Baviera, Edmund Stoiber, su rival interno. El resultado fue todo menos un triunfo para la presidenta de la CDU; más bien ha quedado reducida a lo que es: la «chica de Kohl» que como mucho cuenta con el respaldo del comité más pequeño de la CDU y que depende de la buena voluntad de los «barones» de la Unión cristianodemócrata, todos ellos varones ministropresidentes como Stoiber.
Este no dijo nada pero sonreía de una manera soberbia mientras Merkel reclamaba el gobierno para su partido. En 2002 Stoiber empató con el 38,5% con Schröder pero perdió por sólo unos 6.000 votos. Stoiber participó directamente en la caída de Merkel con unas declaraciones difamatorias sobre los alemanes del Este, que hicieron caer en picado a la CDU en la ex RDA.
Stoiber tiene su futuro asegurado, Merkel no.
Las elecciones en Dresde, en dos semanas
El 2 de octubre 219.000 ciudadanos del distrito electoral n° 160 de la ciudad de Dresde acudirán a las urnas. El retraso se debe a la muerte de una candidata directa y por imperativo legal se ha tenido que retrasar la votación. Si los partidos utilizan esta oportunidad para hacer campaña depende de las circunstancias en las que se desarrollen las negociaciones sobre el futuro de Berlín. El Linkspartei ha anunciado que a la vista de una gran coalición del SPD con la CDU hará todo lo posible para conquistar el mandato directo y no dejarlo caer en manos de los cristianodemócratas. Aunque éste fuera el caso, no cambiaría escencialmente la gobernabilidad en Alemania. –