Desde hace casi diez días en esta ciudad arden las cités (barrio popular con grandes edificios de alquiler regulado, propiedad del estado), que son guetos ubicados en los suburbios de París y otras ciudades, donde viven en la extrema pobreza la población proveniente de las ex colonias del imperialismo francés. Todas las noches, los jóvenes […]
Desde hace casi diez días en esta ciudad arden las cités (barrio popular con grandes edificios de alquiler regulado, propiedad del estado), que son guetos ubicados en los suburbios de París y otras ciudades, donde viven en la extrema pobreza la población proveniente de las ex colonias del imperialismo francés. Todas las noches, los jóvenes pobres y excluidos salen a la calle, se enfrentan a la policía e incendian automóviles, ómnibus, oficinas públicas, supermercados y otros negocios. En los últimos días, esta explosión de rabia social se está extendiendo a otras ciudades de provincia.
Desde 2003 la derecha francesa, y principalmente Nicolás Sarkozy (ministro del Interior) había comenzado una campaña para ganar el electorado de extrema derecha que vota a Le Pen.
Es que el gobierno de Chirac-Villepin-Sarkozy viene debilitado y en crisis. Fue derrotado en las urnas y con él toda la política de la burguesía multinacional, en mayo pasado, cuando el NO a la constitución europea gano ventajosamente en todo el país.
Después vino una dura lucha contra la privatización de los Ferris, lucha ejemplar, donde la población de Marsella, Tolón y Bastia apoyó en masa a los huelguistas. Esta lucha terminó en una semi derrota porque la central mayoritaria CGT negoció con el gobierno Villepin: para decirlo claramente, traicionó la lucha de los trabajadores.
En esos días, las centrales sindicales llamaron una jornada de lucha el 4 de octubre, jornada en las que los trabajadores privados se unieron a los públicos, cosa que no pasaba desde hace años, Los usuarios de los transportes y la población en general apoyaron la jornada. Pero las centrales sindicales burocráticas, luego de una reunión con el primer ministro Villepin, decidieron «darle tiempo» al gobierno.
La zanahoria y el bastón
Frente a una difícil situación social y política, el gobierno aplica como es costumbre la línea de la zanahoria y el bastón. El primer ministro Villepin es el que ofrece la zanahoria, mostrándose «abierto» con las centrales sindicales, pero sin aplicar ninguna medida seria ni que lesione los intereses de los capitalistas. Lo único que ha dispuesto para paliar el flagelo del desempleo son unos contratos precarios en cantidad muy limitada y además muy mal pagados: un poco más que la ayuda mínima para sobrevivir que reciben los desempleados. En una convocación de la agencia nacional de empleo en Paris había 900 personas para 200 empleos de este tipo. Muchos de ellas con diplomas de estudios superiores y experiencia. Cada día Francia muestra más la crisis del sistema capitalista.
El bastón está a cargo del ministro del interior Sarkosy. Golpeando con el bastón policial las cabezas de los jóvenes descendientes de inmigrantes, trata de demostrar a los electores de Le Pen [1] que, como racista y represor, puede superar a la extrema derecha y a los fascistas.
Acá no se trata de utilizar lo de la «guerra contra el terrorismo» (como Bush en EEUU), sino la lucha contra la «chusma». Es decir, contra los jóvenes habitantes de los barrios de trabajadores, mayoritariamente inmigrantes o sus descendientes. Además, muchos de ellos son musulmanes… De modo que también empalma con la campaña «islamofóbica», otra de los temas permanentes de la burguesía, el gobierno y los medios…
La inmensa mayoría de estos jóvenes -que ya son casi todos «ciudadanos de la República Francesa» de segunda o tercera generación- están desempleados… y sin la menor esperanza de conseguir trabajo. Llevar un nombre o apellido de origen magrebí o africano, [2] tener la piel más oscura de lo debido, domiciliarse en alguna de las cités, haber estudiado en alguna escuela de esa zona, etc., hace prácticamente imposible conseguir empleo. La única perspectiva es la miseria, a veces algún trabajo precario y muy mal pago… o la delincuencia…
La «solución» del gobierno Villepin-Sarkozy y de los capitalistas a este problema social no es, por supuesto, crear empleos, sino la represión. Sarkozy prometió «limpiar» las cités reprimiendo con dureza los jóvenes excluidos y/o provenientes de familias emigrantes. A su política la llama «tolerancia cero», expresión creada en EEUU para la represión policial más salvaje, en Nueva York y otras ciudades, contra los pobres, los negros, los hispanos, etc.
Sarkozy prometió, entonces, «limpiar» las cités con el Karcher, aparato que arroja chorros de agua a alta presión para limpiar las aceras y los muros. Sarkozy prometía limpiar así esas «ciudades», como si los jóvenes fueran basura.
Así, la policía realiza rafles (batidas) violentas para detener jóvenes indiscriminadamente. Hacen controles de las cartas de identidad con los modales más violentos e insultos racistas para provocar su reacción. Si reaccionan, los jóvenes son golpeados y arrestados. Se expulsa violentamente de los viejos edificios a los inmigrantes y descendientes. Sirve de justificativo para eso la sospechosa ola de incendios de algunos de esos edificios, donde hubo varias muertes. Los inmigrantes sin visa de trabajo son inmediatamente expulsados. Familias enteras han sido deportadas.
Pero, repentina y sorpresivamente, los jóvenes excluidos decidieron enfrentarse al bastón de Sarkozy. Un episodio particularmente horroroso desencadenó todo.
Breve crónica de nueve días que conmovieron a Francia
Jueves 27 octubre: En Clichy-sous-Bois, cité de los suburbios de París, dos jóvenes de 15 y 17 años mueren carbonizados al entrar en una cabina donde había un transformador de electricidad gran potencia. Un tercero fue gravemente quemado y está en el hospital. Los jóvenes huían de un control policial, porque no tenían con ellos las cartas de identidad. Temían, entonces, sufrir los golpes, arrestos y humillaciones habituales. Los jóvenes estaban jugaban al fútbol y no robando, como decía la versión oficial de la policía. La gente se pregunta: ¿por qué la policía miente? ¿Qué es lo que esconden? Los disturbios comienzan, son espontáneos, piedras y vehículos quemados.
Viernes 28 de octubre: Algunos «mayores» tratan de calmar los adolescentes (mayoritariamente entre 12 y 17 años). Pero la revuelta estalla en las grandes avenidas que rodean la «cité». Los primeros blancos son la oficina de correos, un camión de bomberos, las paradas de autobuses y una escuela. Algunos balazos contra los carros policiales y los CRS (antimotines), piedras. Numerosos vehículos quemados.
Sábado 29 de octubre: Las organizaciones de musulmanes realizan una marcha silenciosa. Se acusa al ministro del interior Sarkozy y se pide justicia. La alcaldía, las asociaciones y religiosos parecen controlar la situación. El alcalde pide cuentas al ministro Sarkozy, todo parece en calma, no hay presencia policial. Pero al anochecer, después de la ruptura del ayuno musulmán de Ramadán, [3] 400 policías aparecen en actitud provocativa. Como de costumbre se trata de rodear el barrio, como los legionarios romanos, trotando, casco listo, escudo y flashball, recorren las calles. Todos están comiendo en sus casas. Cuando los jóvenes salen, son insultados por los policías. Hacia las 9 de la noche, en la mezquita unas 1..300 personas rezan, mientras algunas basuras arden en la calle.
Domingo 30 de octubre: A las nueve menos 5 de la noche, un religioso musulmán grita desesperado. La policía ha lanzado gases lacrimógenos al interior de la mezquita en plena ceremonia. Algunas mujeres se han desmayado. Todas las negociaciones con la policía son inútiles: «váyanse a sus casas», les ordenan, y los hacen correr en las calles. Sarkozy en la televisión justifica la intervención policial y continúa levantando la política de la «cero tolerancia».
Lunes 31 de octubre: Sarkozy felicita la policía. Dice que no es la policía la que ha gaseado la mezquita. La prensa y la TV comienzan a dudar de la versión oficial. El hermano mayor de una se las víctimas se niega a hablar con Sarkozy. Los disturbios se extiendes a las urbanizaciones vecinas.
Martes 1 de noviembre: 180 vehículos quemados, los disturbios se extiendes a las comunas vecinas, los religiosos musulmanes tratan de calmar los ánimos, inútilmente. Un joven responde a los periodistas: «No han debido tratarnos de chusma». Pide la renuncia del ministro Sarkozy.
Miércoles 2 de noviembre: La crisis en el gobierno es evidente. Villepin (primer ministro) y Sarkozy anulan sus viajes al exterior y se muestran divididos frente al problema. Los disturbios continúan extendiéndose, coctel molotov contra un puesto policial. Una venta de automóviles, un centro comercial, taller de automóviles y 315 vehículos son incendiados.
Jueves 3 de noviembre: 600 vehículos incendiados, 27 autobuses, una escuela, una alcaldía y dos comisarías son atacados, así como depósitos industriales. Los disturbios se extienden a la provincia. En la prensa comienzan a criticar la «orientación» represiva de la policía.
Viernes 4 de noviembre: 754 vehículos incendiados, disturbios en numerosas comunas y en provincia. Dirigentes políticos piden la cabeza de Sarkozy, incapaz de controlar los disturbios.
Notas
[1].- Líder tradicional de la extrema derecha francesa. [2].- Mágreb, Magreb o Maghreb es un participio árabe que significa lugar por donde se pone el sol, el Poniente, la parte más occidental del mundo árabe. La parte opuesta se denomina Máshreq o Levante. Tradicionalmente se ha llamado Mágreb a la región del Norte de África que comprende a Marruecos, Túnez y Argelia, ex colonias francesas de donde viene gran parte de la inmigración. [3].- Ramadán es el noveno mes del calendario musulmán, conocido por ser el período en el que los musulmanes realizan un ayuno diario desde la salida hasta la puesta del sol. La palabra Ramadán se suele usar incorrectamente para designar dicho ayuno, cuyo nombre en árabe es awm.
Flor Beltrán Corresponsal en Francia de Socialismo o Barbarie http://www.socialismo-o-barbarie.org/