Traducido por Juan Vivanco para Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística (www.tlaxcala.es).
En Francia se está echando un pulso. Millones de huelguistas y manifestantes reclaman la retirada pura y simple del CPE (contrato de primer empleo). El primer ministro y el presidente se mantienen en sus trece: el CPE se mantiene «en interés del empleo».
Incluso en el propio bando del primer ministro se oyen voces que le reprochan el haber obrado por iniciativa personal, sin negociar con los interlocutores sociales. El partido socialista francés se declara alarmado por esa «actitud de enfrentamiento» y reclama una «vuelta al diálogo». Pero no es esa la cuestión. El CPE no es una simple medida coyuntural «francesa», sino la aplicación de una política de la Unión Europea.
Veamos algunos comentarios de Alice Bernard en el semanario belga Solidaire.
Francia: ¿campo de pruebas?
31-03-2006
La cumbre de Lisboa (2000) decidió que Europa debía ser «la economía más competitiva». Esta orientación fue ratificada por todos los estados y gobiernos. Por Francia firmaron Chirac y Jospin -partido socialista francés-, por Bélgica Verhofstadt -partido socialista belga-.
En todos los estados de la Unión Europea, cualquiera que fuese su gobierno, se aplicó la misma receta: reducción de cargas sociales para los empresarios, bajada del «coste laboral», privatización de los servicios públicos, precariedad, flexibilidad y desempleo masivo.
La cumbre lisboeta fijaba el siguiente objetivo para los jóvenes: «favorecer la disponibilidad y adaptabilidad de los jóvenes a las necesidades de la empresa». Ahí está el origen del Contrato de Primer Empleo, que deja a los jóvenes a merced del patrono.
Es una política enfocada a obtener los máximos beneficios capitalistas en época de crisis económica. Unos beneficios exorbitantes: 84.000 millones de euros para los 40 principales grupos capitalistas en Francia. [1]
El primer ministro, Dominique de Villepin, ha querido dejar bien claro en que no hay alternativa a la reforma y que Francia debe alinearse con Europa. [2] Pero los otros países europeos también miran a Francia de reojo. El parlamento sueco debate una proposición semejante a la del CPE, presentada por la dirigente del Partido de Centro, Maud Olofsson. «A ejemplo de Francia, la Sra. Olofsson, en realidad, lo que quiere es suprimir la seguridad del empleo» dice el diario Aftonbladet. «Pero en Francia, lo mismo que en Suecia, un contrato de primer empleo es la llave para acceder a necesidades vitales como alquilar una vivienda o conseguir un préstamo bancario para comprar una. La seguridad del empleo, esa base para tener seguridad en la vida, se ha convertido en una rareza, por no decir un lujo.»
En Alemania también se está preparando algo parecido. La gran coalición (cristianodemócratas y socialistas) que gobierna en Berlín también quiere cambiar el Código del Trabajo e introducir un periodo de prueba de dos años para todos los asalariados. Es lo mismo que quiere hacer el gobierno francés en junio, con el nombre de «contrato único». Un contrato calcado del CPE y aplicable a todos los asalariados, no sólo a los jóvenes. Es la nivelación por abajo.
Frente europeo de trabajadores
Pero no sólo los franceses se han echado a la calle. En Gran Bretaña acaba de declararse la mayor huelga de servicios públicos desde 1926 (millón y medio de huelguistas) contra los 5 años más de carrera. De modo que existen posibilidades reales de atajar la ofensiva de la patronal europea.
Por primera vez en mucho tiempo, los jóvenes y los trabajadores de Francia son capaces de atajar la ofensiva patronal capitalista. Su victoria será un gran aliento para todas las luchas en Europa. Su victoria también será la muestra.
[1] www.urcf.net
[2] www.jcrf.org
url: http://www.ptb.be/scripts/article.phtml?lang=2&obid=30731
«El dinero debe ser para los que lo producen, no para los accionistas»
Gérard y Antoine, cincuentones, son asalariados de Total y militantes de la CGT. «No nos concierne directamente, porque desde hace mucho tenemos un verdadero contrato de trabajo. Pero estamos viendo que el gobierno quiere embarcar a los jóvenes. El CPE es la arbitrariedad, la amenaza permanente de que te larguen. El gobierno también se la piensa jugar a los viejos: tiene previstos unos contratos de trabajo de 2 ´ 18 meses para los mayores de 57 años, con condiciones salariales desfavorables. Pero nosotros queremos quedarnos en casa. Ya hemos dado bastante.
Todo esto nos hace temer que el gobierno también va a meter mano a los contratos normales. Los patronos ven el Código del Trabajo como un freno, y quieren quitarlo como sea. La Medef [asociación patronal] quiere generalizar el CPE a todas las categorías de trabajadores. Total obtiene 14.000 millones de euros de beneficios, pero no quiere invertir en Normandía, según la empresa a causa del «mal clima social». Prefiere Arabia Saudí. Para tener contentos a los accionistas la patronal no duda en cerrar fábricas enteras. Nosotros, en cambio, pensamos que el dinero debe ser para los que lo producen, no para los accionistas.
El gobierno hace mal en atacar a la juventud. Si el gobierno no retira el CPE, habrá que ir a la huelga general.»
Para Christophe y Christine Savaux esta es la segunda manifestación del día. Por la mañana han ido a la marcha de Maubeuge y ahora se han unido a la de Lille. Él está afiliado a la CGT y ella milita en Attac. «Queremos que retiren el CPE y punto. Pero el CPE es sólo el principio. Es preciso que hagamos una reflexión global: ¿qué sociedad queremos? Todos se hacen esta pregunta: beneficios exorbitantes, caja de la Seguridad Social, explosión en las barriadas, precarización de los asalariados. La gente ve que la ley del mercado no beneficia a los consumidores: acaban de anunciarnos un aumento del 8% en las tarifas de gas y electricidad. Ya se empieza a ver que no es un asunto sólo francés. Estamos hartos de hacer el primo, todo el mundo busca una alternativa que rompa con el neoliberalismo.»
En la cola de la manifestación, Michèle, Jean-Marc, Marie, Christophe y Gaétan desfilan detrás de una banderola del sindicato CNT. «Ser joven en los tiempos que corren no es ningún chollo. Hemos venido para acabar con todos esos contratos precarios. Y el CPE es peor aún: durante dos años los jóvenes están condenados a no rechistar. Nos tememos que esta clase de contrato se va a extender a los demás trabajadores y también a otros países europeos. Ha llegado el momento de movilizarse y resistir.»
¿Una respuesta a la crisis de las barriadas?
A últimos de octubre de 2005 estalla una rebelión en las barriadas francesas. El primer ministro encarga a sus consejeros que encuentren una respuesta adecuada para resolver el problema del empleo de los jóvenes.
A mediados de enero, sin haber consultado a los sindicatos, anuncia la creación de un contrato reservado a los jóvenes menores de 26 años, el CPE. Según él, es una respuesta a la situación específica de los jóvenes «marginados por nuestra sociedad». Pero durante los debates parlamentarios no se resalta este aspecto. Los ministros que defienden el CPE hablan sobre todo de jóvenes que «con un título superior tardan muchos meses en encontrar trabajo […] con el CPE este plazo debería reducirse». [1]
Ahora que los jóvenes se oponen en masa a su proyecto, el primer ministro desempolva su idea de una respuesta a las rebeliones de las barriadas. El 12 de marzo, en TF1, Dominique de Villepin, de pronto, cae en la cuenta de que su contrato está pensado sobre todo para favorecer a los jóvenes de las barriadas. «Va dirigido a los que tienen más dificultades para entrar en el mercado de trabajo» aclara. «El CPE tiene que acabar con el infierno de los trabajillos de nada y las prácticas interminables, en un país donde el 25% de los jóvenes están desempleados». [2] Vaya, entonces resulta que no concierne a los estudiantes de carreras superiores.
Pero los estudiantes de secundaria y universitarios no lo entienden así.
Convergencia entre jóvenes de las barriadas, jóvenes trabajadores y estudiantes
Jeremy, de 20 años, estudia informática en la universidad de Lille 1. «Sobre todo estamos hartos de precariedad. No es sólo el CPE. El gobierno también quiere volver a introducir el trabajo con 14 años y el trabajo nocturno con 15. Es asqueroso, es inaceptable».
«El gobierno dice que no concierne a los universitarios» interviene el chico que está al lado, estudiante de ingeniería «pero no es verdad. Con el CPE se desata la competencia entre los jóvenes. En el fondo, la verdadera cuestión no es el CPE. Es la precariedad. Hay convergencia entre los jóvenes de las barriadas, los ‘intermitentes’ del espectáculo, los jóvenes trabajadores y el mundo de la enseñanza. Hay que invertir en las personas y no tanto en la rentabilidad. Necesitamos un proyecto educativo coherente, con muchos más medios. No bastará con un cambio de gobierno, lo que hace falta es sobre todo un cambio de sociedad.
[1] Libération, 17 de marzo de 2006.
[2] Le Jour, 17 de marzo de 2006.
Francia se está convirtiendo en un país de salarios bajos
En las grandes empresas los asalariados también se oponen al CPE, confirma Pierre Baraudon, delegado de la CGT en el grupo aeronáutico Safran (al que pertenece Techspace Aero de Lieja).
Pierre Baraudon: Hay que crear una relación de fuerza que obligue al gobierno a ceder. En Safran todos los asalariados están motivados y movilizados. Hemos organizado paros. Somos conscientes de que es un pulso con el gobierno.
¿Hay otras reivindicaciones planteadas?
PB: Sí, los salarios y el empleo. Las empresas están dando a conocer sus resultados de 2005. La rentabilidad, los beneficios y los dividendos de los accionistas están por las nubes. En cambio la partida reservada a los aumentos salariales se reduce cada vez más. Desde hace años el poder de compra está disminuyendo. Francia se está convirtiendo en un país de salarios bajos.
El descontento es general. Hay una movilización muy fuerte contra la política ultraliberal que quiere cargarse el Código del Trabajo y la Seguridad Social para aumentar el beneficio económico.
¿Crees que el CPE tiene algo que ver con las directrices europeas?
PB: Por supuesto. Los franceses, después de mucho debate, mostraron una gran madurez política al rechazar masivamente el proyecto de constitución europea. Comprendieron que se jugaban su futuro por lo menos para los próximos 50 años. Nosotros participamos, con una delegación de la empresa, en las manifestaciones sindicales europeas de Bruselas y Estrasburgo. Luchamos por una sociedad distinta de la que sólo quiere más ganancias en perjuicio de los hombres.
CPE: para despedir sin motivo y sin aviso previo
Siguiendo las directrices de la cumbre de Lisboa (marzo de 2000), que se propuso hacer de Europa «la economía más competitiva del mundo», todos los países europeos han aplicado distintas recetas que brindan a la patronal una reducción de las cargas sociales y una mano de obra más barata, precaria y disponible, pero también pretenden obligar a los jóvenes a que acepten esta situación. En Bélgica se han llamado planes PTP, Activa o Rosetta. En Francia están los «contratos de futuro» y los «contratos-jóvenes».
Los contratos de primer empleo (CPE), reservados a todos los jóvenes menores de 26 años en las empresas de más de 20 trabajadores, son mucho más que una variante. Con los CPE, aunque el contrato sea indefinido, el periodo de prueba es de dos años. Durante esos dos años los patronos pueden despedir sin motivo de un día para otro. Llega el «asalariado de usar y tirar», se acabaron los planes de futuro, el derecho a hacer huelga y sindicarse, el derecho a expresar libremente una opinión.
No habrá NI UN SOLO puesto de trabajo más: la gran patronal irá sustituyendo los empleos estables por CPE para acostumbrar a los jóvenes, con título universitario o sin él, a la precariedad. Para obligarles a agachar la cabeza desde los 18 años, incluso desde los 14 (fuente: www.initiative-communiste.fr).
Chirac: «Para disminuir el coste laboral»
Desde Alemania, Chirac ha asegurado que respalda «completamente y sin reservas» a su primer ministro.
«El CPE es un elemento muy importante de nuestra política», ha recordado durante una conferencia de prensa en Berlín. «El CPE es un instrumento vital para abrir las puertas de las empresas, es la respuesta a la situación actual. La disminución del coste laboral es un elemento central de nuestra política. El CPE va a demostrar su eficacia.» Más claro, agua (www.sitecommunistes.org).
¿Una alternativa? Jóvenes en lugar de viejos
Los metalúrgicos del sindicato CGT (confederación general del trabajo) han ideado una alternativa. Para luchar contra el desempleo de los jóvenes proponen esto: «Hasta 2010, 285.000 trabajadores metalúrgicos se van a jubilar. Proponemos que todos los años se incorporen 50.000 jóvenes con contrato de duración indefinida.» (L’Humanité, 16 de marzo de 2006).
Es algo semejante a lo que se dijo aquí [en Bélgica] durante la lucha contra el «pacto de las generaciones». El PTB defiende el derecho a la prejubilación para todos a partir de los 55 años para dar trabajo a un mínimo de 167.000 jóvenes.
Texto original:
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