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Blair, contra las cuerdas tras ser interrogado

Fuentes: El Mundo

Tony Blair se convirtió ayer en el primer jefe del Gobierno británico en la Historia en ser interrogado en dos ocasiones por oficiales de Scotland Yard. Un récord que podría perjudicar seriamente sus planes de extender su permanencia en el poder hasta mayo. Como parte de la extensa investigación que busca esclarecer la supuesta venta […]

Tony Blair se convirtió ayer en el primer jefe del Gobierno británico en la Historia en ser interrogado en dos ocasiones por oficiales de Scotland Yard. Un récord que podría perjudicar seriamente sus planes de extender su permanencia en el poder hasta mayo.

Como parte de la extensa investigación que busca esclarecer la supuesta venta oficial de títulos honorarios a 12 patrocinadores de la campaña electoral del gobernante Partido Laborista, un detective de la policía interrogó durante tres cuartos de hora al primer ministro, aunque sólo «en calidad de testigo» y no como implicado, según se apresuró a aclarar un portavoz de Blair.

Si bien este interrogatorio -el segundo que se le efectúa al premier en los últimos dos meses por la misma causa- había tenido lugar el viernes pasado, la policía solicitó que no se diera a conocer la noticia hasta ayer, con el fin de «evitar el entorpecimiento» de la tarea de los investigadores.

A pesar de que el nuevo interrogatorio perjudica a Blair, su Gobierno intentó quitarle importancia al asunto. «El primer ministro nunca fue interrogado bajo arresto, ni estuvo acompañado por un abogado. Sólo un funcionario civil que tomaba notas de lo sucedido estaba con ellos», aseguró el portavoz.

Sin embargo, la fuente se negó a aportar información sobre lo conversado entre Blair y la policía, ni sobre cualquier otra circunstancia que pudiera dar pistas sobre el contenido de ese interrogatorio o el nivel de compromiso del gobernante en el caso.

«El primer ministro ha sido interrogado brevemente para esclarecer algunos puntos de la investigación en curso, y contestó plenamente a todas las preguntas», afirmó, según la cadena BBC.

Más tarde, en una sesión del Parlamento, el propio Blair se negó a explayarse ante los legisladores sobre esta compleja cuestión, al señalar que por «obvias razones» no realizaría «ningún comentario».

Este pacto de silencio y misterio entre Downing Street y Scotland Yard sobre el interrogatorio, iniciado el viernes pasado y abandonado parcialmente ayer, sobrevivió incluso a las más recientes apariciones del primer ministro durante el fin de semana pasado. Entonces, trascendió su intención de continuar como primer ministro «por lo menos» hasta el 3 de mayo, día en que se celebrarán las elecciones autonómicas en Gales y Escocia.

El sigilo guardado por ambas instituciones fue tal que ninguno de los medios acreditados en la casa de Gobierno consiguió siquiera impulsar el menor rumor sobre el tema antes del domingo, es decir, el día en que este tipo de escándalos logra mayor difusión al aumentar sensiblemente la circulación y venta de periódicos.

No obstante, el portavoz oficial se negó a hacer comentarios sobre el intento de ocultar esta información, mientras que la policía adujo que la postergación de la difusión de la noticia se debió a meramente «razones operativas».

Además de Blair, desde diciembre pasado cerca de 90 funcionarios y políticos de diversos partidos -entre ellos el ex líder de los conservadores, Michael Howard- debieron declarar ante la policía sobre el caso, que podría transformarse en el mayor escándalo de corrupción del último cuarto de siglo.

Este mes también fueron interrogados otros integrantes del círculo íntimo del primer ministro, como el director de operaciones políticas, John McTernan, y su jefe de personal, Jonathan Powell.

Tras conocerse la noticia del encuentro obligado entre Blair y las fuerzas de seguridad, el legislador escocés Angus MacNeil, uno de los impulsores de la investigación oficial, calificó al hecho de «otro momento triste para la política británica», al tiempo que destacó que el interrogatorio «no le hace quedar nada bien» a Downing Street.