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Los sindicatos convocan movilizaciones y huelgas

Sarkozy anuncia 22.700 recortes de empleo en la Administración

Fuentes: Agencias

El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, anunció miles de recortes de empleos en la administración pública. Sarkozy dijo que en 2008 el gobierno no remplazará a cerca de 22.700 funcionarios que se jubilan. La medida se dio a conocer un día después de que Sarkozy presentara planes de revisar los beneficios de las pensiones de […]

El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, anunció miles de recortes de empleos en la administración pública.

Sarkozy dijo que en 2008 el gobierno no remplazará a cerca de 22.700 funcionarios que se jubilan.

La medida se dio a conocer un día después de que Sarkozy presentara planes de revisar los beneficios de las pensiones de medio millón de trabajadores, casi todos del sector público.

Los sindicatos del transporte calificaron los planes de inaceptables y convocaron a la huelga en octubre. Estarían dispuestos a participar en las ceremonias de concertación y de negociaciones, pero les desconcierta la prisa con que el jefe del Estado quiere revolucionar el viejo sistema asistencialista.

De hecho, Xavier Bertrand, ministro de Trabajo, declaró ayer que la reforma de las pensiones privilegiadas (regímenes especiales) tendrá que hacerse efectiva en 100 días: «En tres meses y medio hay tiempo de sobra para el diálogo», precisaba el mosquetero de Sarko.

El método no gusta a los socialistas ni a las centrales de trabajadores. Creen que una reforma vinculada al porvenir de 1,5 millones de empleados públicos y de jubilados requiere prudencia y consenso. Expresiones irreconocibles en el modus operandi de Sarkozy que tendrán como respuesta dos jornadas calientes: el 13 y el 17 de octubre.

La primera fecha se había elegido originalmente como una jornada de reflexión sobre las enfermedades laborales, pero el discurso social de Sarkozy ha cambiado el sentido y los contenidos de la cita. Bernard Thibault, secretario general de la CGT, hizo ayer un llamamiento general a la movilización y acusó al presidente francés de jugar únicamente las bazas de la patronal.

La convocatoria de paros ha cuajado en el sector de los transportes. Especialmente en las líneas ferroviarias (SNCF), uno de los ámbitos, junto a la compañía eléctrica (EDF) y la energética (GDF), donde se alojan buena parte de los jubilados con privilegios. Esta huelga será el 17.

Un conductor francés de trenes, por ejemplo, puede permitirse la retirada a los 50 años siempre y cuando haya cotizado 25. Sarko lo considera un «anacronismo insostenible», pero los sindicatos alineados en la SNCF -CGT, FO, CFTC- acordaron ayer organizar una huelga y desempolvar las armas que ya portaron en la crisis de 1995.

Fue entonces cuando Jacques Chirac intentó desmantelar los regímenes especiales. Tuvo como mediador al primer ministro Juppé, aunque la resistencia popular y la virulencia de las huelgas malograron la reforma.

Las amenazas no inquietan al jefe del Estado. Ayer recaló en la localidad de Nantes (oeste de Francia) para anunciar un replanteamiento de la función pública, recortar drásticamente la plantilla de la Administración, suspender el régimen de 35 horas y premiar el mérito.

Nada nuevo en el modelo sarkozyano, aunque el discurso revestía importancia porque el presidente confirmó que no van a cubrirse la mitad de las vacantes que dejen libres los próximos funcionarios jubilados.

El frente natural se añade al frente interno: las relaciones entre Nicolas y su escudero, François Fillon, atraviesan un momento complicado. De otro modo, el primer ministro francés no habría declarado a Paris-Match sentirse molesto cada vez que Sarko le califica como un «colaborador». Es el precio de la omnipotencia sarkozyana.

También es la primera fisura, aún leve, que se percibe en las relaciones de presidente y Gobierno. De hecho, ha trascendido en la prensa que Nicolas Sarkozy podría introducir variaciones en el gabinete ministerial a partir de enero.