Los neotrotskistas franceses del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) y el Frente de Izquierdas, que integra a la mayoría de las fuerzas que lograron el no social a la Constitución europea en 2005, se enzarzaron ayer en París en una batalla que demuestra que su unidad es aún una quimera. Ambos pugnan por capitalizar el descontento […]
Los neotrotskistas franceses del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) y el Frente de Izquierdas, que integra a la mayoría de las fuerzas que lograron el no social a la Constitución europea en 2005, se enzarzaron ayer en París en una batalla que demuestra que su unidad es aún una quimera. Ambos pugnan por capitalizar el descontento social, conquistar el espacio electoral de izquierdas y desbancar así al histórico Partido Socialista.
El Frente -integrado por el Partido de Izquierda (PG en sus siglas en francés), los comunistas del PCF, los Verdes, sindicalistas y la mayoría de los comités del no a la Constitución europea- lanzó su campaña electoral para los comicios europeos de la primavera próxima. En un mitin que reunió a unas 6.000 personas en París, el senador Jean-Luc Mélenchon, líder del PG, reiteró su objetivo de «derrotar a la derecha y convertirnos en la primera fuerza de la izquierda».
Escisión en el NPA
Ese logro, dijo Mélenchon, «permitiría solucionar todos los problemas que condenaron en el pasado a la izquierda al fracaso» por su excesiva propensión a adoptar soluciones de corte liberal, como el Tratado de Lisboa. El Frente de Izquierdas se propuso «liberar la energía popular desbordante de los franceses», «prolongar las luchas sociales en una lucha política», «crear un Frente Popular» y «seguir ampliando su base».
Por su parte, el NPA reunió ayer a su Consejo Político Nacional y votó de forma aplastante contra la constitución de listas comunes para las europeas con el Frente de Izquierdas. Sólo un 3,7% de los compromisarios votó contra esa orientación del líder del NPA, Olivier Besancenot.
Para demostrar su capacidad de federar, el Frente de Izquierdas puso una cara en la tribuna. Ante el público, subió al estrado y pronunció un apasionado discurso un dirigente minoritario del NPA, Christian Picquet, que anunció su entrada en el Frente de Izquierdas, y se convirtió en uno de los oradores más aplaudidos. Picquet es una conocida figura del neotrotskismo francés y en su día reunió a un 16% del NPA, que se oponía a la línea de Besancenot contraria a ciertas alianzas.
Oficialmente, tanto el Frente de Izquierdas como el NPA se afirman «abiertos» a la perspectiva de un pacto para una única candidatura que pugne contra los socialistas. Pero, en los hechos, el NPA ha ido imponiendo varias condiciones a esa unidad que la hacen imposible, como el compromiso de negarse a cualquier alianza futura con el PS o una posición antinuclear innegociable. Ante esas condiciones, calificadas de «capricho» por Mélenchon, el Frente también ha roto de facto las negociaciones, al nombrar a la mayoría de sus cabezas de lista a las europeas sin esperar.
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