Nuestra lucha por la independencia vasca adquiere su pleno sentido cuando establecemos relaciones solidarias y de apoyo mutuo con otros pueblos oprimidos, con otras clases explotadas, con todas las gentes de bien que por serlo se niegan a vivir de rodillas. Es nuestro deber internacionalista denunciar y advertir que en el corazón de esta supuesta […]
Nuestra lucha por la independencia vasca adquiere su pleno sentido cuando establecemos relaciones solidarias y de apoyo mutuo con otros pueblos oprimidos, con otras clases explotadas, con todas las gentes de bien que por serlo se niegan a vivir de rodillas. Es nuestro deber internacionalista denunciar y advertir que en el corazón de esta supuesta «Europa democrática» se practica la desaparición física al estilo de las dictaduras del Plan Cóndor latinoamericano, y que recientemente ha desaparecido Jon Anza, militante independentista, muy probablemente secuestrado y torturado hasta lo espeluznante por oscuras fuerzas criminales organizadas internacionalmente. Debemos decir a las fuerzas progresistas y democráticas europeas que Pertur, Naparra, Popo Larre y Jon Anza han sido desaparecidos por tramas terroristas. No se trata en modo alguno de victimismo pasivo sino de una crítica implacable de lo que se hace en la Europa del capital, con su permiso. Las desapariciones de personas, su enterramiento en cal viva tras tormentos inhumanos –recordemos el estado de los cadáveres de Lasa y Zabala, que «aparecieron» por intereses políticos–, todo esto es un problema esencial y definitorio que no podemos dejar de lado para hablar únicamente de la abstracta e inexistente «democracia europea». No aceptamos una Europa criminal y terrorista, torturadora. No aceptamos el silencio cobarde, cómplice y colaboracionista de los «demócratas de toda la vida». No aceptamos el cinismo egoísta de las «izquierdas» amaestradas y compradas con sillones y jubilaciones de oro. Es por esto que votamos a Iniciativa Internacionalista, porque sabemos que en entre sus gentes abundan familias enteras que lloran durante decenios a sus desaparecidos, a los exterminados por el poder que lleva más de setenta años machacándonos a todos y todas. Nos une el dolor histórico y la decisión de llegar hasta el final. Y lo haremos.
Votamos a Iniciativa Internacionalista porque somos independentistas. Generaciones de vascas y vascos se han enfrentado a la opresión externa y a sus aliados internos sin apenas recursos. Como otras naciones pequeñas ante gigantes, la nuestra ha tenido que azuzar el heroísmo y el ingenio, y también el internacionalismo. Decenas de militantes abertzales han nacido en otras naciones y luchan por la independencia socialista vasca sin negar sus orígenes, lo que multiplica sus fuerzas conscientes. Es un orgullo para nosotros contar con su inestimable militancia, y es nuestro deber ahora y siempre acudir en ayuda de sus pueblos, de igual a igual, con humildad y espíritu de aprendizaje. Sabemos que existen diferencias en los procesos independentistas, que los ritmos son desiguales y que también lo son las condiciones históricas, sociales, económicas. Pero los pueblos trabajadores de las naciones oprimidas tenemos el mismo enemigo nacional, de clase y de sexo-género, y en las condiciones actuales tenemos que agradecerles con nuestro voto masivo el esfuerzo que han realizado para crear Iniciativa Internacionalista. Votando a esta lista devolvemos en reciprocidad a los pueblos que la integran una parte de la ayuda solidaria que nos han dado.
Nuestro voto a Iniciativa Internacionalista es tan socialista como abertzale e independentista. Pero remarcamos su contenido de clase porque luchamos por una Europa de las clases trabajadoras y, a la vez, por fortalecer relaciones sinceras y fraternales con todas aquellas fuerzas revolucionarias que hagan del internacionalismo un objetivo básico en la lucha a muerte contra los nacionalismos imperialistas de los Estados. La expléndida huelga general del pasado día 21 de mayo, la decisión tajante de sus organizadores de que ni ellos ni la clase trabajadora van a retroceder, y el mismo éxito de la huelga son un ejemplo más de entre los muchos dados durante décadas de lucha de clases. Nuestro ideal socialista se demuestra en la calle y en las cárceles, en los hechos. Necesitamos llevar el socialismo nuestro a las fábricas y talleres, ciudades, barrios, escuelas y calles de los pueblos europeos, y aprender, debatir y mejorar nuestra acción. Será ahí, en el corazón de los conflictos, donde explicaremos cómo y porqué luchamos por un socialismo que es a la vez ecologista y feminista, antirracista, contrario al desarrollismo consumista y compulsivo, practicante de una forma de vida cualitativamente diferente, opuesta a las faraónicas e irracionales obras de cemento y acero, y queremos unir nuestro proyecto a los que crecen por Europa. Queremos potentes servicios y sectores públicos bajo el control del pueblo, y nos enfrentamos a las privatizaciones en beneficio de la burguesía. Iniciativa Internacionalista busca lo mismo desde la respetuosa solidaridad con los pueblos nacionalmente oprimidos.
Votamos a Iniciativa porque sabemos que las naciones oprimidas que la componen están tan preocupadas por el futuro de sus lenguas y culturas como lo estamos nosotros por el futuro de nuestro euskara y de la cultura vasca. No tenemos ninguna confianza seria en la Europa de la cultura mercantilizada e industrializada por empresarios y Estados imperialistas. La educación y la cultura han sido despedazadas en trozos de sebo rancio en la carnicería del Plan Bolonia, y de esa fábrica hedionda nunca saldrá cultura crítica alguna, pues ésta sólo fluye de los pueblos libres. Las lenguas no oficiales se enfrentan en esta Europa inculta a un boicot represivo creciente impulsado por los Estados dominantes. Además, muchos pueblos sufrimos diversos desmembramientos institucionales, políticos y culturales, agravados por el hecho de que la lógica mercantil destruye las identidades, aplasta la diversidad cultural y reduce las lenguas a fríos diccionarios para traducir el precio de las mercancías y ordenar de invadir y torturas a los pueblos insurgentes. Necesitamos estrechar lazos con todas las fuerzas culturales progresistas y en Iniciativa Internacionalista nuestras inquietudes son compartidas por un amplio elenco de personas de muy alta capacidad crítica demostrada durante años de defensa del pensamiento insurgente, empezando por Alfonso Sastre al que debemos honor.
Y nuestro voto es, de principio a fin, la denuncia práctica de todas las opresiones y prohibiciones que golpean a Euskal Herria; la demostración de la enorme capacidad movilizadora de la izquierda abertzale, de su arraigo popular y poder de convocatoria, de su poder de atracción y convencimiento a pesar de tanta mentira, cercos e intentos de asfixia. Es un voto, en suma, que crea más conciencia y más decisión, como lo la hecho la victoriosa huelga general del pasado 21 de mayo. Es un voto que acelerará la confluencia de amplios sectores demócratas, soberanistas e independentistas y que aumentará la crisis de dominación. Pero será un paso más, importante, pero un paso más en la larga lucha.