Respuesta parlamentaria del portavoz de la Izquierda a la explicación de la Cancillera alemana Angela Merkel ante el Bundestag tras la muerte de 20 civiles afganos en un bombardeo aéreo alemán en Afganistán.
Señor Presidente, señoras y caballeros,
La Cancillera federal ha justificado nuevamente la participación del ejército alemán en Afganistán con el argumento de que esta participación sirve a la seguridad internacional, la paz y la lucha contra el terrorismo internacional. En nombre de mi grupo parlamentario quisiera presentar la conclusión opuesta: nosotros pedimos la retirada del ejército alemán de Afganistán porque estamos firmemente convencidos de que la participación del ejército alemán en Afganistán no sirve a la paz ni es conveniente para la lucha contra el terrorismo internacional.
(Aplausos de los parlamentarios de La Izquierda, así como del parlamentario Gert Winkelmeier -independiente-)
Con el poco tiempo del que dispongo solamente puedo presentarles unos pocos argumentos. Un argumento clásico que invocamos en todo momento es el de que deben de evitarse los argumentos específicamente alemanes (deutscher Sonderweg). La Cancillera ha invocado sin embargo estos argumentos. Si su argumentación fuese correcta, señoras y caballeros, entonces habríamos de participar también en la guerra de Irak, y en ese caso, partiendo de sus mismos argumentos, nuestros intereses internacionales serían injustos.
(Thomas Oppermann (SPD): ¡Eso no tiene ningún sentido!)
Ud. ya había presentado este argumento como presidenta de la CDU. Si fuese correcto, entonces los canadienses estarían equivocados, pues acaban de fijar un plan de retirada para sus tropas. ¿Por qué no tenemos nosotros al menos el coraje de fijar uno, como han hecho los canadienses?
(Aplausos de los parlamentarios de La Izquierda, así como del parlamentario Gert Winkelmeier -independiente-)
Resulta interesante que Ud. haya acentuado el componente civil de sus argumentación. Por desgracia, en este momento es imposible de creer, ya que en los últimos meses ha ocurrido de la manera más crasa exactamente lo contrario: no ha sido el componente civil de nuestra participación en Afganistán el que ha aumentado -de ser así no nos reuniríamos por una situación tan trágica como ésta-, sino el componente militar. Todo lo que se oye desde que comenzó esta guerra es que debería incrementarse el componente militar. En una situación así no debería Ud. mentir sobre esta cuestión.
(Aplausos de los parlamentarios de La Izquierda)
Ahora pasaré a otro punto crucial. La afirmación de que ustedes luchan contra el terrorismo internacional puede refutarla quien lo quiera, hechos en mano. No está nada mal que el comandante McChrystal por vez primera haya hablado con toda claridad y refutado con ello sus crasas observaciones como -quisiera decirlo al menos una vez- irracionales e inexplicables. Voy a leer aquí lo que ha declarado este comandante de la misión y que usted acaba de justificar. Ha dicho que la guerra de Afganistán «no puede ganarse con medios militares convencionales, dirigidos al combate contra el adversario. Siguiendo una visión convencional, se presenta la muerte de dos insurgentes en un grupo de diez como si se hubiera dejado a ocho adversarios vivos. En una zona de clanes y tribus como Afganistán hay que decir que estos dos muertos tienen a su vez familiares que tras estos incidentes jurarán venganza. En el caso de las víctimas civiles son de hecho aún más que en el caso de combatientes muertos. Así salen las cuentas: «10 menos 2 dan veinte [combatientes]…»» Eso significa que el hombre responsable en Afganistán aquí le dice a Ud. que la misión no se está llevando para otra cosa que para reclutar nuevos combatientes. Considerando las circunstancias aquí presentadas, ¿quiere Ud. que creamos que se está luchando contra el terrorismo en Afganistán?
(Aplausos de los parlamentarios de La Izquierda, así como del parlamentario Gert Winkelmeier -independiente-)
¿Hasta dónde pues podemos argumentar lógicamente? No ha ocurrido sino lo explicado en los últimos diez años. Por eso han aumentado el número de atentados, por eso ha aumentado la inseguridad en el país, por eso hemos llevado la miseria y la calamidad -quizás con buenas razones-; año tras año perecen más hombres, soldados y civiles, civiles y soldados. Hasta donde yo la he seguido, Sra. Cancillera, ha expresado usted aquí que lo siente por los inocentes, esto es, los civiles que murieron: yo lo siento -basándome en mi experiencia personal- por los soldados que allí mueren. Me gustaría que allí, en Afganistán, no muriera ningún otro soldado.
(Aplausos de los parlamentarios de La Izquierda, así como del parlamentario Gert Winkelmeier -independiente-)
Lo que tenemos que reconocer es que allí estamos luchando contra una cultura,
(Guido Westerwelle (FDP): ¡No!)
y que esta lucha contra una cultura no la ganaremos. El comandante en jefe de la ISAF [Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad] ya ha expresado con claridad su opinión de lo que piensa de la cultura y de todo lo que rodea a ésta. Hablamos de una cultura tribal. Esta cultura tribal obliga a todos los familiares de un muerto a jurar venganza.
(Murmullos en las bancadas de BÜNDNIS 90/LOS VERDES)
Me dirijo ahora a Los Verdes. Sé que atraviesan por dificultades: siendo corresponsables de esta guerra ahora quieren desmarcarse de ella.
(Aplausos de los parlamentarios de La Izquierda, así como del parlamentario Gert Winkelmeier -independiente-)
No es ésa una actitud noble.
(Jürgen Trittin (BÜNDNIS 90/LOS VERDES): ¡Ésa es una argumentación fascista (völkisch)!)
Deben hacerse cargo de su responsabilidad. Somos de la opinión de que el intento que aquí han presentado -a saber, que conviene reforzar el componente civil de la misión- es desde luego en última instancia la confesión de que el componente militar ha fracasado, porque tiene las consecuencias que aquí he citado antes. No puede escaparse de esta lógica. Hemos provocado exactamente el efecto contrario del que buscábamos en un principio.
Esto no ha hecho más que reforzarse con la intervención aquí de los servicios de seguridad de la República Federal. En los últimos días se ha vuelto a informar -nosotros siempre lo hemos sostenido- de que los servicios de seguridad de la República Federal aseguran que la misión militar en Afganistán, que la Cancillera ha justificado, aumentan el peligro de atentados terroristas en Alemania. Pregunto aquí en representación de mi grupo: ¿es tarea del gobierno de la República causar con sus acciones la preocupación de que aumenta el peligro de un atentado terrorista en Alemania?
(Aplausos de los parlamentarios de La Izquierda, así como del parlamentario Gert Winkelmeier -independiente-; Thomas Oppermann (SPD): ¡Es increíble lo que está diciendo!)
Sí, es increíble realizar una política como ésta; tiene usted toda la razón. No tienen ustedes de hecho ningún argumento racional para justificar esta política.
(Thomas Oppermann (SPD): ¿Con la lucha contra el terrorismo hacemos que la gente se preocupe por el terrorismo? ¡Eso no tiene ningún sentido! – Detlef Dzembritzki (SPD): ¡No merece ni que le respondamos!)
Para terminar me gustaría decir algo más sobre el argumento frecuentemente presentado sobre que se trata ésta de una misión de ayuda, de una misión humanitaria. Todas las organizaciones internacionales implicadas en la ayuda al tercer mundo sugieren que con muy poco dinero podría salvarse a muchas personas de la muerte por hambre y por enfermedad, sin que se deba de matar por ello ni a un sólo hombre. Ése es el dilema moral en el que ustedes se han metido. Por eso nosotros mantenemos la tesis de que la guerra no es un medio de hacer política. ¡Retiren las tropas de Afganistán!
(Ovación en pie de los parlamentarios de La Izquierda, así como del parlamentario Gert Winkelmeier -independiente-)
Oskar Lafontaine es el portavoz parlamentario de La Izquierda en el Bundestag.
Traducción para www.sinpermiso.info : Àngel Ferrero