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OIDHACO, muy preocupada por la grave crisis de derechos humanos en Colombia

La UE no ha mostrado firmeza para exigir cambios en Derechos Humanos al presidente Santos

Fuentes: OIDHACO

Bruselas, 1 1 de febrero de 2011. La Oficina Internacional de Derechos Humanos-Acción Colombia – OIDHACO – , ve con preocupación cómo tras seis meses de gobierno de Juan Manuel Santos, la situación de Derechos Humanos en Colombia, no ha conocido mejora alguna. Uno de los problemas más graves en ese país es la impunidad. […]

Bruselas, 1 1 de febrero de 2011. La Oficina Internacional de Derechos Humanos-Acción Colombia – OIDHACO – , ve con preocupación cómo tras seis meses de gobierno de Juan Manuel Santos, la situación de Derechos Humanos en Colombia, no ha conocido mejora alguna. Uno de los problemas más graves en ese país es la impunidad. «No vemos ninguna muestra de que esto vaya a cambiar», afirma Vincent Vallies , portavoz de la organización europea con sede en Bruselas. «Continúan asesinando líderes indígenas, campesinos, sindicalistas, defensores y defensoras de Derechos Humanos. Y no existen resultados sobre las investigaciones de los responsables tanto materiales como intelectuales. Si asesinar a quienes defienden intereses colectivos no cuesta nada, esta espiral de violencia contra ellos seguirá en aumento».

OIDHACO no ve avances en la protección ni de las personas ni de los colectivos en riesgo. A los líderes que están al frente de la restitución de tierras para los más de cuatro millones de desplazados, víctimas del despojo a través de la violencia, en su mayoría realizado por agrupaciones paramilitares de extrema derecha, también los están matando y el Estado no cuenta con un plan específico de protección para ellos. Para Vallies , el último informe de Human Rigths Watch, recientemente publicado, que advierte de que los grupos paramilitares no han desaparecido sino que se han transformado y tomado 29 de los departamentos del país, «deja claro que el paramilitarismo continúa ejerciendo todo su poder y el Estado colombiano no parece tomar las medidas suficientes para lograr su desmantelamiento». «Llamar Bacrim (Bandas criminales emergentes) a estos grupos de terror, es un eufemismo para tapar la realidad: que las agrupaciones paramilitares no fueron desmanteladas en el llamado proceso de paz que se realizó en el pasado gobierno de Álvaro Uribe».

  Para OIDHACO la suavidad diplomática con la que la Unión Europea ha tratado tanto al gobierno anterior como al actual, es una muestra más de la fragilidad que muestra en sus relaciones internacionales y que se ha puesto de manifiesto actualmente en varios países árabes: «Europa no ha mostrado firmeza para exigir cambios en Derechos Humanos al presidente Santos», afirma Vallies. «Y esto lo único que consigue es que en Colombia la persecución, las amenazas, los asesinatos y las matanzas, resulten rentables para quienes las realizan y para aquellos que las consienten. La UE debe mostrar su enérgico rechazo contra el continuo goteo de muertes y persecuciones porque los colombianos al igual que todos los pueblos del mundo, merecen que su gente no sea asesinada por buscar un país más justo, más equitativo y menos excluyente».

» Si la UE actuara con firmeza», continúa el portavoz de Oidhaco, «a Colombia le costaría seguir argumentando que está intentando mejorar. Esto lo hemos oído por más de dos décadas y lo único que se ha conseguido es el aumento de las violaciones a los Derechos Humanos». Lamentablemente OIDHACO no es optimista en cuanto al cambio de política de la UE respecto a Colombia. «Es como un cuento sin fin», dice Vallies. «En Colombia los muertos no importan porque hasta ahora no han representado un coste para los sucesivos gobiernos, mientras que Europa queda satisfecha con explicaciones superfluas y palabras grandilocuentes. Pero las víctimas están ahí, recordando que ni el Estado colombiano ni la UE, han impedido que trabajar para lograr un país democrático no se pague con la vida».

OIDHACO sustenta sus argumentos en las continuas violaciones a los Derechos Humanos que suceden en Colombia. A manera de ejemplo, en 2010 se incrementaron las masacres, tal como lo específica el informe de Human Rigths Watch : 38 ocurridas entre enero y noviembre de 2010 que representan, según este informe, un aumento del 41% respecto del mismo periodo del año anterior. La violencia contra sindicalistas continúa: Colombia es el país más peligroso del mundo para ejercer el sindicalismo. Al menos siete líderes de desplazados fueron asesinados el año pasado y 45 desde 2005. Y, el asesinato de defensores de Derechos Humanos no se detiene. «La Unión Europea conoce desde siempre la crisis de derechos humanos que vive Colombia y desde siempre ha mirado para otro lado. Está a punto de ratificar un TLC con Colombia, enviando el claro mensaje que para Europa están primero los negocios que los Derechos Humanos», concluye Vincent Vallies .

 

 

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.