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Entrevista a Guillermo Almeyra, editorialista del diario mexicano La Jornada

«El golpe en Paraguay es contra la democracia, la Unasur y los movimientos de masas»

Fuentes: Rebelión

Mario Hernandez (MH): Hace un par de días escribiste un artículo sobre lo que denominás un golpe blanco parlamentario y te interrogás: ¿Paraguay, otro Honduras? Guillermo Almeyra (GA): Honduras era el punto más débil del Alba en Centroamérica. Tenía un presidente terrateniente, del Partido Liberal, anticomunista, con un pasado sumamente conservador pero que por razones […]

Mario Hernandez (MH): Hace un par de días escribiste un artículo sobre lo que denominás un golpe blanco parlamentario y te interrogás: ¿Paraguay, otro Honduras?

Guillermo Almeyra (GA): Honduras era el punto más débil del Alba en Centroamérica. Tenía un presidente terrateniente, del Partido Liberal, anticomunista, con un pasado sumamente conservador pero que por razones de su propia evolución y políticas oportunistas, se había hecho un poco más progresista y dependía del apoyo de Venezuela. Fue fácil darle el golpe, simplemente lo echaron en ropa interior a Costa Rica y así inauguraron el «golpe parlamentario», que aparentemente no lo era, por la supuesta legalidad que les daba el control del Parlamento y ahora lo han aplicado de nuevo en Paraguay.

El obispo Lugo, también un hombre del establishment, porque para llegar a ser obispo en Paraguay tenía que tragarse muchos sapos, se había hecho llamar el obispo de los pobres, de los campesinos y daba una esperanza. No tenía partido cuando fue elegido presidente y tuvo que apoyarse en el Partido Liberal Radical (PLR), un partido conservador, liderado por terratenientes, por gente que lo odiaba y quería desplazarlo inmediatamente. Desde el primer día le empezaron a crear problemas buscando anularlo y al mismo tiempo reemplazarlo por el vicepresidente que asumió ahora, Federico Franco.

Lugo no tenía en la Cámara casi ningún apoyo, ni en el Senado ni en diputados. Tenía muy pocos diputados y por consiguiente todo el Parlamento en contra.

EE.UU. considera Paraguay un lugar estratégico fundamental, primero, es el país más pobre y débil de Mercosur; segundo, es fronterizo con los dos países más grandes: Argentina y Brasil, pero también con Bolivia, otro país que quieren desestabilizar lo antes posible porque se les escapó completamente de las manos.

MH: Evo está denunciando un posible intento golpista

GA: El golpe en Paraguay forma parte de todo un plan estratégico. Tiene la base militar norteamericana más grande de Sudamérica -Estigarribia- e incluso habían conseguido prolongarla en el Chaco con el apoyo del gobernador Capitanich, de modo tal que le dan una importancia muy grande a Paraguay porque además es el control de la fuente de agua más grande del mundo, el Acuífero Guaraní, pero también el control de las fronteras de Argentina y Brasil y como te decía la posibilidad de derribar a Evo.

El golpe fue fácil porque tenían mayoría absoluta en el Parlamento, pero desprolijo como siempre, por su impunidad. Es imposible que un golpe así no haya sido discutido antes con la Embajada de EE.UU. porque la derecha paraguaya, como la de todo el mundo, no da un paso sin discutirlo con EE.UU. Además, porque sabían que iban a ser separados del Mercosur que les puede cortar los víveres cerrando sus fronteras, y de darse el caso, Paraguay pasaría a depender estrictamente de EE.UU.

Es un golpe contra todos, contra la democracia en América Latina, contra el Mercosur, contra la Unasur. No olvidemos que Lugo iba a ser el próximo presidente pro tempore de la Unasur y justamente en ese momento dan el golpe. En particular, es un golpe contra los movimientos de masas, contra los campesinos.

MH: Me llamó la atención el final de tu artículo porque ponés el acento en que el factor que puede revertir el golpe es el campesinado paraguayo, incluso señalás textual: «dadas sus tradiciones recurriendo a las armas»

GA: Los campesinos paraguayos como todo campesino de monte tienen machete y carabina que es muy poco frente al Ejército paraguayo que de todos modos está bastante mal armado. Por lo menos tienen los elementos de autodefensa. Ya hubo expresiones de guerrilla no muy claras en el sentido que no se sabe muy bien quién esta detrás ni por qué, además las magnificaron para tratar de voltearlo a Lugo, pero hubo expresiones de esos movimientos guerrilleros.

Las ocupaciones de tierras se hacen en buena medida armadas frente a los terratenientes que tiene sus capangas, matones armados poderosamente, que son en general expropiadores brasileños y paraguayos de tierras fiscales, sojeros, que ocupan buena parte del Paraguay. Entonces hay formas de autodefensa.

Los campesinos tenían esperanza en Lugo. Luego los desilusionó porque en parte no pudo hacer nada y, por otro lado, no quiso. Ahora está hablando de resistencia y eso va a dar un eje a la protesta popular.

MH: Hubo un cambio en la actitud de Lugo que el viernes decía que se sometía a la decisión del Congreso y ahora llama a una resistencia pacífica

GA: La primera actitud fue un balde de agua fría.

MH: Incomprensible después de que Dilma Rousseff había sugerido la expulsión de Paraguay del Mercosur y la Unasur. Después de un respaldo tan fuerte, tan importante

GA: Lugo demostró una debilidad enorme. Ni siquiera tendría que haber enviado a sus abogados al Congreso, sino denunciarlo por ser una maniobra golpista y quedarse con toda la legitimidad como presidente.

MH: El Vaticano fue el primer estado que reconoció al gobierno golpista

GA: El Nuncio estaba también metido en el golpe y toda la jerarquía eclesiástica que odiaba a Lugo también apoyó, como lo hicieron en Honduras. Lugo era para la clase dominante, de la que había formado parte y con una posición destacada porque era un obispo, un traidor a su clase, así que lo odiaban.

Debilitar a los trabajadores organizados es un plan estratégico

MH: Quiero aprovechar la entrevista para consultarte por el paro y movilización del día de hoy a Plaza de Mayo convocado por Moyano. ¿Querés cerrar lo de Paraguay?

GA: Me parece que ahora lo fundamental es, por un lado, defender la democracia, incluso con Lugo; por otro lado, no ser dependiente de éste y tener una organización propia de los movimientos de masas porque Lugo es vacilante y conciliador y es indispensable que se comprenda que la democracia no la va a defender Lugo sino la fuerza de los trabajadores del campo y la ciudad. Sus organizaciones, su capacidad para organizarse, de cortar rutas, de hacer huelgas, de rechazar medidas, es lo que realmente asusta a los golpistas.

MH: Vi que comparás el conflicto entre el gobierno y camioneros con lo que fuera el de Margaret Thatcher contra los mineros en Inglaterra en los 80. Creo que esta comparación merece una aclaración.

GA: El sindicato minero de Inglaterra era un sindicato burocratizado pero al mismo tiempo estratégico, un sindicato tradicional, participante en grandes luchas, poderoso, en la minería que era un área económica importante para Inglaterra en ese momento.

El sindicato de camioneros de Argentina está conducido por Moyano burocráticamente que convoca a la marcha por su cuenta, que decide cómo va a ser el acto, no negocia con nadie, no pregunta, hace todo como si fuera el dueño del movimiento obrero. También la Presidenta actúa como si fuera la dueña del país. Camioneros es un sindicato estratégico desde que se acabaron los ferrocarriles gracias a Menem, es el sindicato que transporta la soja a los puertos, las mercancías de exportación y trae los insumos. Es fundamental. Golpear al gremio más fuerte como hizo la Thatcher con los mineros, es golpear al conjunto de los trabajadores, debilitarlos. Aunque los sindicatos representen a solo un sector y no a los trabajadores que están en negro, desocupados, etc., es la fuerza organizada que tiene una parte de la clase obrera con la mayor capacidad de resistencia. Golpear a ese sector y crear las condiciones para bajar los salarios reales, para abaratar la mano de obra y facilitar las ganancias sobre todo en épocas de crisis, imponer más poder patronal en las empresas, en las fábricas y en el país. Es un plan estratégico. No por casualidad empiezan por los sectores que tienen un papel central.

Reagan lo hizo con los controladores aéreos porque EE.UU. es un país tan grande que la aviación desempeña un papel fundamental. Por eso empezó su gestión rompiendo el sindicato de los controladores de vuelo. Es clásico. Acá no está en juego la figura de Moyano ni el problema de la interna del PJ, aunque todo eso se mezcla, sino el hecho que el movimiento sindical debe ser independiente del gobierno y también democrático, pero para serlo primero tiene que tener capacidad de resistir frente a la ofensiva de la patronal y el gobierno. El problema de la burocratización de los sindicatos es el de la capacidad de los trabajadores de sacarse de encima a los burócratas.

MH: No quisiera terminar la entrevista sin recordarte que hoy se cumple un nuevo aniversario del 27 de junio de 1975 aunque creo que no te habrá pasado desapercibido. Me refiero al paro nacional con movilización a Plaza de Mayo que se conoce como «El Rodrigazo». ¿Qué casualidad, no?

GA: Sí, son esas ironías inconscientes de la historia.

MH: Yo reparé en esto recién ayer. ¿La seguimos otro día?

GA: Con mucho gusto.

Guillermo Almeyra es doctor en Ciencias Políticas y maestro en Historia, recibido en la Universidad de París VIII. Enseña Política Contemporánea en la Universidad Nacional Autónoma de México y en el Posgrado Integrado en Desarrollo Rural de la Universidad Autónoma Metropolitana de México, en el cual se especializa en movimientos sociales y en las consecuencias de la mundialización. Es editorialista y comentarista internacional de La Jornada.

rCR