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Entrevista al politólogo ruso, presidente del Comité Islámico de Rusia, Geidar Dzhemal

«Como máximo Unión Europea durará 10 años más…»

Fuentes: Vesti

Traducido del ruso para Rebelión por Arturo Marián Llanos


Geidar Dzhemal es uno de los expertos más populares en los canales de televisión rusos. Su opinión es interesante no solamente cuando la noticia sobre algún acontecimiento aún es candente y la polvareda de las discusiones todavía no ha reposado sobre las páginas de los periódicos en papel y los portales de internet. Otra cosa es más importante – los pronósticos políticos de Geidar Dzhemal a menudo se cumplen de una manera sorprendente. También ahora nos describe la futura Europa que nos cuesta comprender, en la que desaparecerá la corrección política, se esfumará el compromiso de la élite ante las amplias capas bajas y se perfilarán los contornos de la nueva organización, parecida al feudalismo con los prejuicios estamentales y elementos de presión violenta por parte de las fuerzas de seguridad. Todo ello, claro, acompañado de alto desarrollo tecnológico.

Hace 14 años, cuando Vladimir Putin acababa de ser elegido para su primer mandato y para la mayoría de la población no era más que heredero de Yeltsin, Geidar Dzhemal estuvo en Riga. Le entrevistamos y nos dijo una cosa muy interesante. «Putin llevará ahora una política patriótica, se pondrá a restaurar el estado y la dignidad nacional del pueblo.» «¿Por qué?» – preguntamos sorprendidas. Ya que por entonces el presidente de Rusia tenía clara fama de liberal. «Cualquier hombre que accediera ahora al cargo de presidente de Rusia, tendría que hacerlo, porque el tiempo ha llegado.»

Pasaron algunos años y en 2004 volvimos a entrevistar a Geidar Dzhemal. En esta ocasión también dijo una cosa significativa: si los EE.UU. quieren «sondear» a Rusia, montarán una provocación en Osetia del Sur o en Abjasia. Cuatro años después de esta conversación tuvo lugar la guerra georgiano-osetia.

De lo que ocurre en el mundo hoy, sobre los nuevos puntos calientes y peligros, del lugar que ocupa Letonia en los enfrentamientos entre el Oeste y el Este, Norte y Sur, conversamos ahora con el conocido politólogo.

Nueva Restauración

– Señor Dzhemal, recientemente en las elecciones en Gran Bretaña obtuvo éxito el partido de la independencia, que propone la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. En Italia y en España también se habla de la posible salida de estos países de la eurozona. En su opinión ¿hoy por hoy la Unión Europea es un sistema sólido?

– En primer lugar la Unión Europea fue construida según los moldes estadounidenses. Es decir, no cómo lo querían los europeos y por lo que lucharon durante varios siglos. Porque, en realidad, la unión europea ya existía en el siglo XIX. Porque toda Europa estaba gobernada por el concilio de las monarquías, entrelazadas por las relaciones de parentesco. Como se sabe, todas las monarquías clave, salvo Francia republicana, donde los Borbones fueron apartados, y Bonaparte perdió el imperio tras una guerra desastrosa – toda la demás Europa sencillamente estaba gobernada por parientes – primos hermanos y sobrinos.

La Unión Europea actual, que fue creada para sustituir aquella idea de la unidad, por la que en su tiempo luchó Napoleón y la que tenía en mente el Führer del Tercer Reich, esa Unión Europea no se corresponde en absoluto con el sueño histórico de los europeos. Porque existe como el sistema que sirve a la OTAN. Y la OTAN es el yugo que les fue colocado a los europeos después de la derrota de Europa en 1945. Es decir, que la OTAN es la forma que representa la pérdida de soberanía y el sometimiento de Europa por los Estados Unidos. Es por lo que actualmente la Unión Europea con respecto a los Estados Unidos está obligada a cumplir un papel servicial, incompleto.

Recordaré que los EE.UU. ejercen el papel de gendarme internacional desde hace tan solo un par de generaciones. Y que antes de la Segunda Guerra Mundial aunque ya se trataba de un país poderoso, que estaba entre los cinco primeros de Occidente, no era la potencia principal. Y antes de la Primera Guerra Mundial era un país con el estatus de Australia actual. Es decir, que la importancia de los EE.UU., su papel de superpotencia había aumentado increíblemente a costa de la derrota de Europa en 1945. Y a costa de la aparición del sistema bipolar, que sencillamente fue una confabulación entre Moscú y Washington, en última instancia un juego, además con una sola portería.

– Pero el mundo bipolar ya no existe, la Unión Soviética como superpotencia ha desaparecido…

– Y actualmente el Occidente de nuevo se acerca al umbral de la crisis cuyas proporciones, posiblemente, superen, los resultados de la Primera Guerra Mundial. Y, por cierto, la destrucción de la Unión Soviética, que a primera vista parece la victoria de Occidente, representa en realidad un durísimo golpe contra el orden mundial. Porque justamente la Unión Soviética proporcionaba a Occidente un seguro y se colocaba como un obstáculo en el camino de los movimientos revolucionarios que podían socavar y posiblemente derrumbar este orden mundial (Che Guevara, por ejemplo, era perfectamente consciente de este papel de la URSS – N. del T.). O sea que la Unión Soviética de hecho no aprovechó a toda una serie de circunstancias favorables para destruir el sistema capitalista occidental – después de Vietnam y cuando comenzó a derrumbarse la estructura de la OTAN en Europa – junto con los acontecimientos de 1968 en Francia, la revolución de 1974 en Portugal – todo ello fue bloqueado por la URSS. (Hacia 1974 quedaba claro que la URSS había ganado la «guerra fría», pero el Politburó se asustó ante tal perspectiva y no quiso forzar la victoria. Por un lado, los dirigentes soviéticos temían que la situación mundial derivara en el caos y, por el otro, no querían quedarse a solas con China. Posteriormente el segmento soviético de la corporatocracia mundial y parte de la nomenklatura dirigente pasaron de la «convergencia» con Occidente a la rendición consciente, abandonando todo compromiso ideológico – N. del T.). Y en actualidad la Unión Soviética ha desaparecido, desestabilizando la situación mundial general. Por lo que en mi opinión a Occidente le espera una reestructuración muy seria. Incluido el reformateo de la Unión Europea que difícilmente podrá sobrevivir en su forma actual…

El caso es que ahora el Occidente y todo el mundo vive la fase inicial de la transición de una formación socio-política a otra. Porque se ha acabado la era del, digamos capitalismo financiero, basado en la división entre la producción y el consumo a nivel global. Cuando en una parte del mundo se concentra el consumo, y en otra la producción barata. Todo ello organizado y protegido por el sistema del crédito especulativo. Esa forma del capitalismo financiero, de consumo, está agotada y se acaba. Mientras tanto, los Estados Unidos como el país, basado en el capitalismo liberal, ejerce de gendarme mundial. Los EE.UU. por lo tanto representan un obstáculo para dar el siguiente paso histórico. Hacia una nueva formación político-económica que se basará en otros principios totalmente distintos.

– ¿De qué formación se trata? ¿Cuál será su base?

– Se trata de la economía postconsumista, que se basará en el retorno de algunas prácticas propias de las formaciones anteriores. En particular ciertas formas del neofeudalismo y la coacción de las personas, sacada fuera de la esfera económica.

– ¿O sea que volvemos a la Edad Media?

– Se puede decirlo así. Pero en una nueva etapa, de alta tecnología. En resumen, los Estados Unidos representan un obstáculo para esta transición histórica y serán barridos por esta ola histórica.

– ¿Y cómo se imagina la transformación de la Unión Europea, cómo será la nueva Europa?

– Europa se liberará del papel de gendarme de los EE.UU. Lo cual no significa que Europa de nuevo se descomponga en estados nacionales y pierda la unidad. En esa época postliberal y postconsumista Europa de nuevo será transformada en un espacio unido, pero ya sin el factor estadounidense. Por así decir, sin las consecuencias del año 1945. Ya ahora en Europa se está planteando este tema y creo que dentro de 10 años en general se hará una revalorización de los años 1930-40 del siglo XX y la corrección política, relacionada con la derrota de Europa en 1945, con Núremberg será abandonada. Esa tendencia poco a poco, subterráneamente comienza a dominar en el espacio europeo.

Segundo. Y casi lo más importante. La Europa del mañana no tendrá nada que ver con la Europa de los años 1960-70. En primer lugar porque la élite europea en el espacio posterior al de la UE, me refiero al espacio de Europa unida posterior a la descomposición de la UE, se liberará de todos los compromisos sociales ante las amplias capas populares. Estos compromisos fueron asumidos cuando existía la URSS. Durante la etapa cuando los movimientos sindicales, obrero y comunista ejercían una fuerte presión. Durante la etapa posterior a 1945 cuando los principales partidos de Europa fueron el partido comunista francés y el partido comunista italiano. Mientras que los liberales de Gran Bretaña, que llegaron después de Churchill, atacaron con mucha fuerza a la clase dirigente tradicional, aristocrática – con sus leyes sobre la herencia y demás. Ahora ya no existe el factor que obligaba a las élites a hacer grandes concesiones a las capas bajas. Por eso se van a librar de cualquier compromiso social y de nuevo pasar a una sociedad estamental con los privilegios estamentales. Lo cual prácticamente ya está en el aire.

Es interesante además observar que, al igual que nuestros actuales oligarcas fueron criados en el seno del komsomol y del KGB, igualmente los dirigentes de Europa del mañana hoy se están criando dentro del marco de la estructura que le han permitido tener los EE.UU. Los europeos ya hoy están criando a su burocracia internacional. Pero en el seno de un sistema ajeno, que les fue impuesto de la Unión Europea. Está claro que este sistema ya se está resquebrajando y que desaparecerá.

Memorias del futuro

– Díganos, en el caso del derrumbe de la UE, que Ud. pronostica para dentro de 10 años, ese proceso de reformateo del espacio europeo – ¿qué destino le espera a Letonia, a las repúblicas bálticas?

– No excluyo que las repúblicas bálticas pierdan su estatus soberano, porque el estatus soberano seguramente será algo del día de ayer. Porque a Europa la espera el retorno al nuevo feudalismo. Será un sistema de vasallajes y de protectorados señoriales. En este sentido a las repúblicas del Báltico no les espera nada bueno. En primer lugar porque va a haber el retorno de los estamentos y el Báltico no tiene gran tradición histórica propia, su propia aristocracia. Aunque, por supuesto, está Lituania. Pero en el caso de Lituania se trata más bien de un mito, no se entiende dónde están sus Gediminas. ¿Dónde están los representantes de la nobleza de Rech Pospolita, aquella unión polaco-lituana de hace 500-400 años? Existe en los manuales de historia, pero no en la realidad. Y en la realidad apenas está presente el factor clerical.

En cuanto a Letonia y Estonia allí, como sabemos, la nobleza estaba representada por los barones – caballeros germanos. Y, ciertamente, lo siguen siendo hasta el día de hoy. O sea que con la vieja, tradicional aristocracia de Alemania todo está en orden. Todos ellos se reúnen en los consejos de las corporaciones transnacionales. Todos ellos siguen controlando sus viejos castillos y sus cuentas bancarias y entran el puñado de oro, por así decir, de los señores del mundo. Por lo que en el futuro lo más probable es que a Letonia y Estonia les espera el papel de vasallos dentro del marco de la nueva unidad europea. En cuanto a Lituania, probablemente, su situación sea algo mejor.

Pero debo decir, que la pasada pertenencia a la URSS y la participación en el proyecto soviético – de los mismos tiradores letones rojos en la Guerra Civil – ya coloca al país en una situación desigual dentro del futuro sistema europeo. Así que los bálticos no deberían de esperar ningún plus de este futuro…

– Si le hemos entendido bien, se refiere a que la población letona para los europeos son más bien letones soviéticos y ante sus ojos ya no son neutrales.

– Sí, todo lo que se refiere a la Unión Soviética es percibido como elemento del sistema en el que fue interrumpida la sucesión histórica. Es decir la sucesión histórica de aquella nobleza que sigue considerando que es la única con los derechos globales para el dominio mundial. Ahora, en cuanto se vayan los liberales, los nuevos ricos y arribistas – y se irán muy pronto – y cuando pierda su importancia el imperio estadounidense, como el gendarme mundial, donde al menos de palabra se proclama el factor democrático e igualitario, de nuevo serán restaurados los privilegios de las viejas casas. Que, por cierto, existen no solo en Europa, porque el sistema de la vieja aristocracia interconectada se expande por todo el mundo. En él entra, pongamos, la dinastía hachemita de Jordania, la casa imperial de Japón y muchas otras.

La estructura monárquica no se ha ido a ninguna parte, está como en el frigorífico. Se une tranquilamente a la cúspide del capital bancario, la así llamada internacional financiera. Todos comprendemos que ningún príncipe trabaja de camarero, todos están metidos en los consejos de directores de las corporaciones transnacionales, como «General motors», «Opel» y otras… Si se fija en cuántas monarquías hay en actualidad, descubrirá que muchas. En realidad, la mitad de los países que podamos señalar en el mapa resultarán ser monarquías: Bélgica, Holanda, Escandinavia. Y en Alemania todas las dinastías están en su sitio. Claro que se trata de una república federal, pero a quién le importa. La casa real bávara está al completo. Y lo que se dice «vivita y coleando». La casa real de Wurtemberg, todos esos archiduques de Sajonia y de Westfalia, todos están ahí. Todos están ocupados. En los demás países del mundo no europeo, tenemos la casa real Libia, la casa real Egipcia, todas están, por cierto, refugiadas en Europa y esperan su hora.

– Díganos, dentro del marco de lo que Ud. llama el neofeudalismo, ahora estamos hablando de la resurrección del Imperio Otomano, que está resurgiendo ante nuestros ojos – ¿tal vez muy pronto veamos al sultán?

– El caso es que ya en actualidad a Erdogán le llaman el sultán electo. Ya hoy en día él se ve en este papel. Se considera como tal. Le conozco personalmente, rezamos juntos en la mezquita – y he visto como dejaba que la gente le besara las manos. Eso fue todavía antes de que se convirtiera en el presidente, por entonces era el alcalde de Estambul – y ya le besaban las manos. Aunque eso en realidad va contra todas las normas islámicas. O sea que se comportaba como un bey, un pachá y no como un musulmán hermano.

Rico, pobre…

– Señor Dzhemal, Ud. decía que los programas sociales en Europa Occidental se irán recortando. Y ya se están recortando. Ciertamente, ya no existe la Unión Soviética, no hay competencia ideológica. Pero de momento en Letonia existe la esperanza de que simplemente estamos algo atrasados con respecto a Occidente, que pasará un poco de tiempo, avanzaremos y también tendremos buenos sistemas médicos y subsidios dignos. Pero, posiblemente, no seamos más que la vanguardia de la nueva realidad social. ¿Tal vez, en los territorios como el nuestro se está ensayando este futuro sistema social?

– Claro, con ustedes son menos considerados. Mientras que en Occidente aún existen restos del movimiento social. Allí todavía existen sindicatos, movimientos estudiantiles, a la calle salen centenares de miles de personas. En las condiciones actuales los burócratas europeos no están preparados para arriesgarlo todo, es decir para causar la explosión social. Pero ya se están preparando para esta explosión, para estar bien armados. Es por lo que están desmontando las estructuras sociales, creadas durante el enfrentamiento con la URSS, no de golpe, sino poco a poco. Pero se debe decir que el terreno ya está preparado, hoy el uno por ciento de la población posee el 90 por ciento de las riquezas mundiales.

Veamos cómo ha transcurrido este proceso. En 1920 el uno por ciento de la población mundial poseía el 40 por ciento de las riquezas mundiales. En 1970, después del medio siglo de la presencia de la URSS, el uno por ciento poseía tan solo el 20 por ciento de las riquezas. Por lo que la competencia con la Unión Soviética les había obligado a reducir el porcentaje del control sobre las riquezas mundiales el doble. Pero hacia 1990 este porcentaje de nuevo comenzó a subir ¡y en actualidad el uno por ciento de la población mundial posee… el 90 por ciento de las riquezas mundiales! Lo cual quiere decir que en actualidad el uno por ciento de la población de la Tierra mantiene unas posiciones materiales-financieras mucho más poderosas que en 1920, cuando el poder soviético apenas acababa de aparecer, es decir que en comparación con los principios del siglo XX, monárquicos, capitalistas etc. – el uno por ciento de hoy ha reforzado sus posiciones el doble…

Por eso hoy el papel de las repúblicas bálticas en Europa se diferencia poco del papel, por ejemplo, de los serbios, que se han convertido en los inmigrantes interiores y también trabajan para la Unión Europea. Se diferencia poco del papel de los rumanos. Se trata de Europa periférica con el estatus rebajado, con el nivel rebajado de reconocimiento, que sufre la explotación del factor humano. En la práctica poco se diferencian los habitantes chabolistas de la India de los sin hogar de París. Pues en realidad a la verdadera nobleza y al capital bancario les da igual dónde vivan los parias. Para ellos el espacio europeo forma parte de la sociedad global. Hay que decir que este sistema semicolonial en Europa se estuvo expandiendo con la ayuda y apoyo de la nobleza periférica, local. Que tuvo lugar, lo mismo que en su día en la India y otros lugares, la confabulación entre la nobleza europea y la periférica.

Y como resultado, naturalmente, este puñado de oro, este 1 por ciento no piensa compartir los beneficios, no hay motivos que pudieran obligar a la nueva élite a compartir ahora algo con los de abajo. Claro que los programas sociales se van a cerrar. Ese será el futuro de Europa. Nada hace pensar lo contrario.

Nota: La segunda parte de la entrevista aparecerá en el próximo número de la revista Vesti

Geidar Dzhemal (n.1947, Moscú) es teólogo del Islam revolucionario, filósofo, presidente del Comité Islámico de Rusia (Islamkom.org), activista político y social. Cofundador de Unión Internacional – Intersoyuz (interunion.org), miembro de la coordinadora del Frente de Izquierda – Levi Front (Leftfront.ru).

Fuente: http://www.ves.lv/vesti/