Recomiendo:
0

El Salvador

La juventud salvadoreña: pobreza, marginación y desigualdad social

Fuentes: Rebelión

La Ley General de Juventud considera joven a toda persona que ronde los 14 y 29 años de edad. Para el 2014, el 54% de la población no sobrepasaba está edad y, según un diagnóstico de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), para el 2013, la población joven (de 15 a 24 años, según estándares […]

La Ley General de Juventud considera joven a toda persona que ronde los 14 y 29 años de edad. Para el 2014, el 54% de la población no sobrepasaba está edad y, según un diagnóstico de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), para el 2013, la población joven (de 15 a 24 años, según estándares internacionales) rondaba los 1.79 millones, representando con ello el 28.1% de la población total del país.

No obstante, este sector de la población, a pesar de ser uno de los más numerosos, es también uno de los más marginados, tanto por los gobiernos de turno, como, estructuralmente, por el capitalismo mundial. En El Salvador las cifras de marginación, pobreza, exclusión y opresión de la juventud son abrumadoras.

Educación

La educación sigue siendo uno de los tantos tropiezos para el desarrollo de las juventudes. Los gobiernos de turno, en línea con las políticas neoliberales, apenas invierten un mísero 3.4% del PIB para la educación básica (léase, primaria y secundaria), mientras que el presupuesto para la Universidad de El Salvador (única universidad pública del país), apenas ronda el 2.4% del PIB.

La educación primaria (de primero a noveno grado) está casi cubierta: el 95% de la niñez tiene acceso a ella, sin embargo y, principalmente en las escuelas rurales o urbano-marginales, la educación es pésima; a ello se suma el hecho de que las condiciones para el desarrollo de la niñez y la juventud no son las más adecuadas, principalmente debido al nivel de pobreza y explotación que sufren los padres de estos jóvenes.

El problema se agrava a nivel de secundaria y acrecienta a medida que avanzamos a nivel de estudios superiores. Las estadísticas muestran que del total de jóvenes, solo un escaso 33,3% accede a la educación media (bachillerato o secundaria), mientras que sólo un 22.9% logra tener acceso a la educación superior, sean en universidades o institutos técnicos.

Así, un gran sector de la población joven se ve marginada de este derecho fundamental. Por otra parte, esta marginación, junto con el crónico problema del desempleo, contribuye a hinchar, las ya altas cifras de inseguridad y delincuencia y lleva a sectores enteros de la juventud a dedicarse a actividades pandilleriles. Aumenta entonces la represión y avanza la militarización de las calles.

Desempleo, desigualdad y pobreza

El desempleo es quizás el tema más agravante para la juventud. Durante la campaña de creación de la Política Nacional de Juventud 2011-2014, en 11 de los 14 departamentos, ésta identificó el desempleo como su principal problema, sin embargo la misma política surgida supuestamente de dicho diagnostico deja, básicamente, fuera de su alcance el tema del desempleo y en su lugar ofrece, junto con la Ley del Primer Empleo, un marco para la liberalización de la fuerza de trabajo de la juventud. Es decir, establece mecanismos para la sobreexplotación del trabajo de la juventud, principalmente con bajos salarios, escaso o nulo acceso a la seguridad social, contrato de trabajo, etc.

El desempleo en la juventud, va de la mano con la situación de pobreza. Es importante observar que, según un sondeo de OXFAN, el 64.9% de los jóvenes se encuentran en una situación económica regular, mala o muy mala, el 61.2 no tiene ninguna experiencia laboral, mientras que el 82.7% no se encuentra trabajando actualmente. Mientras tanto, para el 2006 (los datos más actualizados en ese sentido), el 43.8% de la juventud se encontraba en estado de pobreza relativa; es decir no lograban tener acceso a la Canasta Básica Alimentaria-Ampliada (el doble de la Canasta Básica Alimentaria). Como si esto fuera poco, para el mismo año, el 14.8% de la juventud se encontraba en estado de indigencia, es decir no podía tener acceso siquiera a los alimentos básicos para prolongar su existencia. En términos sencillos, no tenían ni para la comida.

Además de ello, la desigualdad es otro dato inminente. Según informaciones de la Dirección General de Estadísticas y Censos (DIGESTYC), de los jóvenes entre 14 y 18 años y entre 19 y 24 años, sólo el 2.9% y el 32.2%, respectivamente, ha firmado contrato. Por otra parte, para estos mismos rangos, sólo el 2.6% y el 27.9% tienen cobertura de la seguridad social. Además su salario es sensiblemente inferior que el de los adultos.

En la siguiente tabla, proporcionada por Quiñonez, podemos observar algunos de estos datos.

Tabla 1: Indicadores de la situación laboral de la fuerza de trabajo, El Salvador 2010.

Grupos de edad

Salario promedio

Ha firmado contrato

Tiene cobertura de seguridad social

14 – 18 años

111.3

2.9

2.6

19 – 24 años

192.2

32.2

27.9

25 – 29 años

243.2

44.0

39.7

30 o más años

268

45.0

33.5

Fuente: Alberto Quiñonez. Sobre el empleo juvenil: algunas palabras para el debate.

Inseguridad y migración

La inseguridad es otro de los factores que deterioran el desarrollo de la juventud. El Salvador ha sido catalogado, en alguna ocasión, como el país más violento del mundo. Actualmente ocupamos el cuarto lugar; sin embargo es evidente que el tema de la delincuencia común, cuyos hilos se extienden hasta ricos empresarios, narcotraficantes, diputados y personajes públicos, golpea fuertemente a la juventud. A la vez, es éste, junto con el problema económico, las causas de la migración de miles de jóvenes hacia el exterior, principalmente hacia los Estados Unidos.

Las juventudes precisamos de una alternativa

Ante esta precaria situación, las juventudes necesitamos una alternativa. Estamos cansados de que los partidos de empresarios corruptos como GANA, o de oligarcas dueños del país como ARENA jueguen con nuestras más sentidas aspiraciones; tampoco podemos creer en el FMLN, un partido que ha abandonado por completo la defensa de los derechos de los marginados, de los trabajadores, el pueblo y, principalmente la juventud. Necesitamos, junto a la clase trabajadora y el pueblo, organizarnos nosotros mismos, independientes de partidos de ricos empresarios corruptos (de la ANEP o del Alba-negocios). Sólo así lograremos hacer retroceder los planes que hacen nuestra vida miserable, las medidas como los Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos y la Unión Europea, el Asocio Público-Privado, el Asocio Para el Crecimiento y demás medias impulsadas por los gobiernos de turno, en complicidad con los partidos políticos y de la mano del imperialismo y los grandes magnates del capital. Sólo así lograremos construir un mundo ajeno de todo mal, de toda opresión y violencia. Un mundo socialista, que garantice a la juventud el desarrollo de su vida en plenitud.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.