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Entrevista desde la cárcel a Cármen Villalba, referente de la guerrilla del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP)

«Los yanquis y los israelíes siguen reforzando su presencia en Paraguay»

Fuentes: Resumen Latinoamericano

Hay historias, personas, organizaciones y hasta luchas que son estigmatizadas de tal manera que no resulta fácil enterarse cuánto hay de verdad y de tergiversación en lo que se dice de las mismas. Sobre todo si detrás de cada uno de estos temas hay una buena carga de violencia, tanto la que se produce debido […]

Hay historias, personas, organizaciones y hasta luchas que son estigmatizadas de tal manera que no resulta fácil enterarse cuánto hay de verdad y de tergiversación en lo que se dice de las mismas. Sobre todo si detrás de cada uno de estos temas hay una buena carga de violencia, tanto la que se produce debido a la acción directa de un grupo u organización insurgente, como la que tiene que ver con el terrorismo estatal que los combate. Pasó, a lo largo de la historia contemporánea con el IRA irlandés, con los vascos de ETA, y más recientemente, con las FARC, el ELN colombianos y la resistencia palestina de Hamas.

El ejemplo de lo que viene ocurriendo en Paraguay desde hace seis años con la guerrilla del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) está dentro de este enfoque. Para el gobierno de ese país, vinculado estrechamente al ideario de derecha del Partido Colorado, los del EPP son simples terroristas, a los que generalmente le agregan el epíteto de «cómplices con el narcotráfico». Esto mismo pensaba la anterior administración del derrocado Fernando Lugo. Por lo tanto, emprenden contra dicha organización una importante campaña represiva, enviando a prisión a varios de sus líderes y asesinando a otros en procedimientos que los propios organismos de derechos humanos del país se han visto obligados a cuestionar.

Por su parte, la izquierda paraguaya, casi mayoritariamente, también embiste contra el EPP, endilgándoles el rótulo de ser «funcionales a la derecha», y en algunos casos, incluso niegan su existencia, argumentando que se trata de una excusa que se usa para llevar adelante políticas persecutorias contra el movimiento popular.

Sin embargo el EPP insiste en mostrar que no es un espejismo operando generalmente en el norte paraguayo. Una zona que hoy está altamente militarizada, y en la que el EPP nació hace años y reclama para sí tener el apoyo de diversos sectores del campesinado.

De todo esto, RESUMEN LATINOAMERICANO quiso volver a hablar con una de las principales referentes de esa controvertida organización. Ella se llama Carmen Villalba, y se halla purgando una condena de 18 años de prisión en la cárcel del Buen Pastor, en Asunción del Paraguay. En la primera entrevista (agosto de 2013) pudimos comunicarnos telefónicamente, y dialogamos con ella dos horas antes del mismo día en que al parecer intentaron asesinarla en un típico traslado, de los que en Latinoamérica suelen terminar en la mal llamada aplicación de la «ley de fugas». Desde ese momento, Villalba sufre aislamiento y un sistema carcelario riguroso.

Intentando buscar más información sobre el EPP recurrimos ahora a la clásica comunicación postal, y en un prolongado ida y vuelta de preguntas y repreguntas hemos obtenido estas respuestas de una de las personas, que junto con su compañero Alcides Oviedo (también en prisión), está acusada de un sinfín de acciones ilegales, pero que ella reivindica como parte de su «lucha integral para la toma del poder y la construcción del socialismo».

-Cuénteme dónde nació y cómo fueron los primeros años de su vida.

-Nací en la ribera del río Paraguay, en un barrio humilde de la ciudad de Concepción. Vengo de una familia muy pobre, en la que mi querida madre aparte de cubrir su rol también tuvo que hacer de padre. Éramos siete hermanos, que desde muy chicos empezamos a trabajar para ayudar a mi madre con el sustento diaria. Dos de mis hermanos, a quienes amo con toda el alma, están actualmente en la guerrilla. Siendo muy chica, la pobreza hizo que me rebelara, pero se trataba de conciencia instintiva.

-¿Cuando empezó usted a interesarse por la política?

-Ya adolescente tuve conocimiento junto con otros amigos de la lucha guerrillera sandinista y del Frente Farabundo Martí, de El Salvador, pero solamente eran manifestaciones de mi entusiasmo juvenil por la lucha. En 1991, en mi querida ciudad de Concepción, actual tierra guerrillera, tomé contacto con lo que era en aquel entonces la Corriente Patria Libre, de Asunción, quienes nos hicieron llegar la revista que editaban. Fue mi primer acercamiento a las ideas marxistas que se desarrollaban en el ámbito universitario de la Capital. Trabajamos a partir de ese momento en la formación de los primeros centros de estudiantiles en Concepción. Yo era muy joven en ese momento, tenía sólo 17 años.

En 1992 migré a Asunción para seguir la carrera universitaria de Derecho, allí conseguí un trabajo como bibliotecaria y ese mismo año profundicé mi relación con Patria Libre e ingresé a sus filas. Es en ese tiempo que conozco a Alcides Oviedo (N. de R.: Comandante del EPP, que actualmente purga una severa condena en la cárcel) y otros que recién habían sido expulsados del Seminario, acusándoles de ser comunistas.

Por esos días estaba en gestación lo que luego sería el Movimiento Patria Libre, encabezado por Juan Arrom y otros dirigentes.

Puedo decir que recién cuando me incorporé al Partido y la militancia revolucionaria, fui tomando conciencia de clase. La militancia combinada con el estudio sistemático de socialismo científico es lo que forma la conciencia revolucionaria. La dura lucha y la fe inquebrantable en la fuerza del pueblo, del que sigo aprendiendo, selló con tinta indeleble mi compromiso con la Revolución.

Los paraguayos tenemos una historia de guerreros. El mismo nacimiento de este heroico pueblo está sustentado en la Revolución. Como dice Fidel: cuando el pueblo ha decidido luchar por su liberación, querer detenerlo es como querer tomar el viento con las manos. Una parte del pueblo ha decidido tomar su destino en sus propias manos, y la lucha del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), columna vertebral de la lucha de liberación, no se detendrá hasta lograr la verdadera independencia del pueblo guaraní.

-Por qué surgen las desavenencias entre ustedes y los fundadores de Patria Libre?

-Es a partir de 2004 que rompemos definitivamente el vínculo con Juan Arrom. Fuimos tres los que habíamos sido rechazados: Alcides Oviedo, Gilberto Setrini y yo. Creo que la fragmentación de Patria Libre y su posterior desaparición fue por las dos posiciones que se consolidaron en la organización. Los máximos dirigentes pensaban más en las consecuencias represivas que se empezaban a sufrir, antes que en aumentar y consolidar la formación del movimiento guerrillero en el que veníamos trabajando desde un sector importante del Partido.

Estos ex- compañeros son los que tiempo después negaron tener ninguna relación con nosotros. Ese fue el golpe más duro que recibimos muchos de nosotros porque acabábamos de entrar a la cárcel después de pasar por la tortura. Oviedo y Aldo Meza estaban deshechos por la brutalidad con que los policías procedieron sobre ellos. Justamente en ese momento el partido nos envía un abogado, quien nos recalca la lealtad que debíamos a los dirigentes.

Nosotros nunca habíamos contado, ni siquiera bajo la tortura, nuestra pertenencia al Partido, y nuestro compromiso con el mismo. Pero debe decir ahora que fue mucho más duro que los golpes del enemigo, enterarnos que el Partido sacó un comunicado negándonos como militantes. Si nos metimos en algo ilegal fue con la finalidad de reunir fondos y financiar las actividades revolucionarias.

Está claro que la represión que sufrieron llevó a muchos de nuestros ex compañeros a renunciar a sus principios revolucionarios. Porque ellos sabían muy bien que cuando yo ingresé al Partido, impulsada por mi idealismo juvenil, y me destinaron a la militancia clandestina, abracé esa causa de forma voluntaria y consciente. Se trataba de una decisión que no admitía claudicaciones.

Nunca me arrepentí de esa vinculación con la militancia. Ahora, viéndolo desde este presente me doy cuenta que fueron etapas por las que tenía que atravesar y veo que muchos se quedaron en el camino.

La lucha revolucionaria reúne procesos por los que uno va pasando, no es un cuerpo inmóvil sino en eterno movimiento. Hoy Patria Libre desapareció como Movimiento, ya que el Ejército del Pueblo Paraguayo que nosotros representamos es la superación de esa instancia organizativa.

-¿Cómo y por qué decidieron convertirse en organización guerrillera?

A partir de 2004, un grupo de compañeros muy jóvenes tomamos la responsabilidad de retomar la tarea de construir la guerrilla. Hay que decir que previamente, en el marco de una reunión del Comité dirigente del Partido, en 2003, eso había sido desautorizado. Como consecuencia de ello, varios compañeros fuimos sancionados y criticados duramente por la máxima dirigencia del Partido, pero no por la gran mayoría de la militancia, que coincidía con nosotros y con la tarea que el propio Partido nos había encomendado unos años atrás.

-¿Cuando surge oficialmente el EPP?

-El EPP opera oficialmente con ese nombre a partir del 1 de marzo de 2008, dirigidos por el Comandante Alexander y el Sub Comandante Santiago, actuales referentes y mis queridos y entrañables camaradas. Déjeme decir que la mayoría de los aguerridos combatientes del EPP no salieron de escuelas tradicionales guerrilleras sino que fueron forjándose en el fragor del combate y pasando por las escuelas de formación que llevó adelante la organización.

-¿Qué es lo que la llevó a usted a cambiar la militancia tradicional por la práctica guerrillera?

–En lo que a mí respecta, tengo 42 años de edad y 21 de militancia,de los cuales, sólo seis he estado en libertad, quince años los he pasado en prisión. La primera vez que me detuvieron fue en 1997: estuve en la cárcel dos años y tres meses por intentar hacer una expropiación en un Banco estatal. Allí caímos seis compañeros, tres de ellos hoy estamos en las filas del EPP: Lucio Silva, antiguo dirigente campesino que sigue en la guerrilla, Alcides y yo, que permanecemos en prisión. La última vez que me detuvieron fue en 2003, y ahora estoy condenada a 18 años de cárcel, de los cuales once y medio ya los he cumplido en régimen diferenciado, más riguroso y restrictivo que el resto de mis compañeras de población penal. Tengo otro proceso que me inventaron cuando ya estaba adentro. Primero me pusieron la carátula de ‘resistencia’, y luego la cambiaron por ‘toma de rehén en la persona de un guardiacárcel’.

¿Usted me pregunta por qué abracé la causa guerrillera? Como marxista pienso que los grandes cambios revolucionarios que necesita con urgencia mi Patria no pueden llevarse adelante con reformas. No creemos que se pueda construir una vanguardia revolucionaria con la colaboración de clase.

Creemos que mientras no se resuelvan las contradicciones con la burguesía paraguaya, el pueblo no puede hablar de libertad verdadera. Mientras no rompamos las ataduras al Imperio, no podremos hablar de soberanía, y estamos convencidos que nuestra lucha debe ser junto con el sector del pueblo más avanzado, que es en este momento el campesinado pobre, y comprometernos a ir ampliando la influencia hacia otros sectores del proletariado. Sin embargo, pensamos que no hemos hecho todavía lo suficiente, no porque no queramos o no lo veamos, sino porque la brutal represión impide, arrebata, encarcela y asesina a quienes se ponen a la cabeza de la lucha. Caminamos continuamente bajo fuego enemigo, ninguno de nosotros lleva una vida tranquila y mucho menos de burócrata. Todos los epepistas somos guerrilleros, estemos en el monte o en la cárcel.

-¿Cómo definiría la ideología del EPP?

-El EPP es marxista-leninista. Nos nutrimos también de las ideas revolucionarias del Doctor Francia (N. de R.: se refiere al prócer paraguayo José Gaspar Rodríguez de Francia, al que se conoció como Doctor Francia. Nacido en 1766 y considerado uno de los ideólogos principales de las ideas independentistas frente a la Corona española, a las Provincias Unidas del Río de la Plata y el Imperio brasileño. Francia fue elegido Dictador Supremo apoyado por las masas campesinas y los sectores más pauperizados).

También reivindicamos el pensamiento y la acción del Mariscal Francisco Solano López (ex presidente entre 1862 y 1870 y Comandante máximo de las tropas paraguayas en la Guerra de la Triple Alianza), quienes más que nacionalistas fueron revolucionarios.

Nosotros estamos convencidos que el Doctor Francia llevó adelante un socialismo originario, teniendo en cuenta las limitaciones de esa época. Fue la primera experiencia radical, revolucionaria y popular. Durante su gobierno, no sólo se cambió de amo, sino que se llevó adelante una política que favoreció a los más humildes. Se expropió a los latifundistas y a los españoles, se puso en vereda al clero y se practicó un gobierno para los de abajo. Todo lo que significó el viejo orden de la clase dominante fue eliminado de a poco por el Doctor Francia apoyado por el pueblo pobre.

Fue él quien aplicó la dictadura del proletariado, destruyó todo el aparato del Estado absolutista y feudal, y construyó un Estado revolucionario y popular. Ese esquema de poder fue el que luego prosiguió el Mariscal López. Por eso, hoy el EPP se reivindica como continuador de esos inicios del socialismo, y a nuestra iniciativa ideológica la definimos como «Francismo del Siglo XXI».

Téngase en cuenta que hace 20 años que venimos luchando, sorteamos y superamos crisis graves, propias de toda batalla revolucionaria, pero desde el 2008 estamos consolidándonos como organización guerrillera. Sin embargo, la forma de lucha no es solo militar, ya que desde hace un tiempo trabajamos en la construcción de un partido político marxista-leninista clandestino, porque no podemos hacerlo de forma legal.

-¿Qué ejemplos tiene a mano para graficar esa violencia represiva de la que habla, aparte de su difícil situación carcelaria?

-En lo personal, perdí a mi único hijo varón de 12 años, asesinado en circunstancias que aún hasta hoy no he podido saber ni aclarar. Mi familia tuvo que emigrar a otro país por el peligro que corrían aquí. Deben saber que la oligarquía paraguaya es bestial en su criminalidad, y se ensaña superlativamente con nosotros, los epepistas en prisión. El odio de clase se manifiesta en todos los órdenes, incluso llega a que los que manifiestan una tibia simpatía con el accionar del EPP o con nuestros postulados, a través de las redes sociales, son procesados y encarcelados, aplicándoles la Ley Antiterrorista.

Cuando es asesinado algún integrante del EPP, toda la prensa burguesa, el clero, los empresarios, los parlamentarios, sin excepción, festejan esa muerte. A nosotros se nos acusa de que nos agrada matar, pero lamento decepcionarlos, ya que no festejamos la muerte, ni siquiera la de nuestros peores enemigos. En una confrontación de clase se producen siempre bajas humanas, pero como decía el Che Guevara, nosotros no lo deseamos. Es la resistencia violenta del viejo orden a su inevitable desaparición lo que hace que ocurran más muertes. Lo digo más claramente: no sólo nos buscan aniquilar a nosotros, sino que hasta los hijos de los guerrilleros se ven obligados a huir del país o ingresar a la guerrilla si no quieren terminar asesinados a manos de los mercenarios del Gobierno.

La burguesía paraguaya no necesita pretextos para reprimir y asesinar a campesinos pobres. Siempre lo hizo así a lo largo de la historia. Y en las últimas décadas, de las cifras conocidas y oficiales, se deduce que desde 1998, fueron muertos 125 dirigentes campesinos. Las estancias de los grandes oligarcas paraguayos y brasileños (que han ido invadiendo el país con la anuencia de los gobiernos) tienen verdaderos ejércitos de matones en sus haciendas. En su mayoría están ligados a políticos, parlamentarios y narcotraficantes.

-Usted no ignora las acusaciones hacia el EPP de estar vinculado con el narcotráfico. ¿Qué dice de ello?

-El EPP es el brazo armado del pueblo pobre. Pretender ligarnos con el narcotráfico significa mezclar el agua con el aceite. Son los mismos que intentan convencer a la población que el imperio yanqui es una potencia pacífica. Lo que dice el actual gobierno sobre los supuestos nexos del EPP con el narcotráfico es el viejo discurso de los uribistas colombianos contra las FARC-EP. Esos mismos uribistas que aquí actúan de asesores en el crimen. Se trata, en fin, del típico reclamo imperial para deslegitimar todo levantamiento popular y revolucionario.

-Otra frase que se repite sobre ustedes es que han perdido todo el apoyo del campesinado y que están al borde del aniquilamiento definitivo.

-Ninguna guerrilla aparece y permanece si no existen condiciones, ya sean objetivas o subjetivas. No hay insurgencia que se mantenga sin respaldo popular en las zonas en que opera. El enemigo siempre sostiene que nos ha aniquilado pero después no saben cómo explicar que sigamos existiendo y actuando. La razón es que las filas del EPP están compuestas por una gran mayoría de campesinos.

-El gobierno de Cartes sostiene que reclutan gente bajo amenaza de muerte.

-El reclutamiento forzado, como dice la propaganda sucia, jamás puede darse en filas guerrilleras. Aquí ni en ningún otro sitio. Lo que ocurre es que la derecha asesina trata de tergiversar la realidad, y los «socialistas» de membrete se han acostumbrado a la política marcada por la burguesía. Esta misma burguesía que arremete contra el campo popular con dureza, y recibe como pago que muchos dirigentes de la mal llamada izquierda legal salgan a condenarnos a los que peleamos, y se victimizan, amoldándose a esos planteos represivos.

Lo repetimos: la colaboración de clase jamás hará avanzar a la Revolución. Nosotros no sólo recibimos duros golpes, sino que también respondemos golpeando a los intereses oligárquicos, y como dice Pedro Pablo Caballero (prócer de la gesta independentista paraguaya): «la guerra no es de quien la declara sino de quienes son responsables de que se haga necesaria la guerra».

-¿Qué opina de la política asistencialista que el Gobierno de Horacio Cartes está llevando a cabo en zonas muy pauperizadas?

-Si hoy el gobierno lleva adelante una política de dar limosnas al campesino de zonas guerrilleras, no es porque le interese eliminar la pobreza, sino que pretende cortar la inmensa simpatía, el apoyo y la incorporación de esos hombres y mujeres pobres a la insurgencia revolucionaria del Ejército del Pueblo Paraguayo. La aparición en esas zonas del EPP no es consecuencia de la ausencia del Estado, como dice la propaganda oficial, sino por su presencia opresiva, para proteger los intereses de los latifundistas narcotraficantes. No tenga ninguna duda, la política paraguaya esta históricamente ligada al narcotráfico.

-En el marco del accionar del EPP se han producido varios secuestros de empresarios o hacendados, el último de ellos el del joven Arlan Fick ¿No cree que ese tipo de actividades generan repulsa y duros cuestionamientos de las fuerzas políticas paraguayas, e incluso de los sectores más progresistas?

-La realidad de ahora y de antes no ha cambiado mucho. Hay varias claves en ese sentido: a) La Revolución necesita recursos. b) Antes, los movimientos revolucionarios recibían apoyo de organizaciones hermanas. c) El campesino con su aporte no puede financiar la guerra. Por lo tanto, es la burguesía quien debe correr con ese gasto y jamás dará nada de forma voluntaria. Para nosotros, los secuestros significan retención de ricos. La burguesía es responsable de males mucho mayores hacia la gran mayoría del pueblo, de su mal vivir, de su pobreza.

La repulsa es de nuestros enemigos de clase y los medios corporativos empresariales, que bajo ningún sentido constituyen medios veraces, imparciales, objetivos.

-¿Qué tiene para comentar o informar sobre el caso del secuestro de Arlan Fick?

-No tengo nada que decir sobre eso. No me corresponde.

-Sin embargo se han producido manifestaciones callejeras condenando al EPP, por esa acción y otros secuestros que se le atribuyen al EPP.

-Las manifestaciones contra el EPP son impulsadas por el Gobierno, a través del Ministerio de Educación, que se encarga de movilizar a los estudiantes en horas de clase. O la Iglesia católica y la Asociación Rural de Paraguay (ARP), a través de su movimiento «Banderas Blancas», apoyado por todos los medios corporativos. Aún así no se puede hablar de movilizaciones multitudinarias. Es la primera vez que la oligarquía paraguaya siente la necesidad de salir a las calles y manifestarse. Antes criticaban a los sectores populares cuando estos ganaban la calle, los acusaban de haraganes y perturbadores del orden público. Hoy les acusan de indiferentes porque no acuden a respaldarlos. No, no tienen poder de convocatoria. El pueblo pobre y principalmente en zonas guerrilleras, va dándose cuenta de qué lado está el EPP, a pesar de la brutal campaña sucia que sufre.

En estos días escuché que una asociación de sociólogos están realizando un estudio de investigación en zonas de guerrilla. Manifestaba uno de ellos, Horacio Galeano Perrone, que sus encuestadores están asustados por la simpatía que genera el EPP en las comunidades. Esto ocurre porque nuestro principal interés es la lucha por la liberación del pueblo. Todo nuestro accionar está dirigido contra los opresores.

-El problema es que no sólo son condenados por la derecha sino que buena parte de la izquierda los repudia y sostiene que con su accionar provocan más represión.

-La brutal campaña de mentiras que se viene produciendo sobre nosotros ha hecho que no solamente tengamos que luchar contra la burguesía aliada al imperialismo yanqui sino también combatir al oportunismo con rótulo de socialistas o progresistas, que se autodesignan como los únicos luchadores populares.

En ese marco, estoy convencida de que el camino de la lucha revolucionaria armada es la correcta y la historia se encargará de demostrar la justeza y lo correcto de nuestra determinación.

Como decía el guerrillero colombiano, el cura Camilo Torres: para conocer la autenticidad y el carácter revolucionario de una persona o de una organización, hay que tener en cuenta el grado de ensañamiento que pone la burguesía en su persecución.

Es una falacia pensar que la guerrilla provoca la reacción de la burguesía y su gobierno. Nosotros entendemos que nuestro pueblo jamás saldrá de la opresión política y económica que vive, si se somete a los dictados de la burguesía.

Los políticos y los parlamentarios paraguayos no tienen legitimidad y menos credibilidad entre los sectores populares. Y eso ocurre porque están inmersos en una corrupción espantosa. La dirigencia del ex presidente (Fernando) Lugo , que se venden como progresistas, no llevan adelante ni siquiera mínimas reformas, y terminan apoyando todas las leyes neoliberales y represivas que surgen en el Congreso. Por no luchar, ni siquiera han peleado contra la corrupción de las instituciones públicas. Sus salarios y el nivel de vida que poseen todos ellos no condice con la situación de pobreza y hambre que soporta el pueblo. En realidad, llevan vida de reyes, mientras el campesino sufre penurias insoportables, y además son agredidos y asesinados por los matones de las estancias. A todo esto, hay que sumarle la verdadera guerra química que soportan. Esto ocurre gracias a las masivas fumigaciones que producen los grandes latifundistas sojeros. Esa situación no cambia en lo más mínimo con las denuncias ante fiscales y jueces, que son políticos con toga, aliados al poder latifundista que practica esas operaciones criminales.

-Cuando usted habla de zona guerrillera, ¿a qué sitios concretamente se está refiriendo?

-Hablo del norte del país. No entraré en más detalles porque es darle información al enemigo, y prefiero la muerte antes que colaborar con mis enemigos.

-Últimamente ha aparecido otra guerrilla denominada «Agrupación Campesina Armada». ¿Se trata de una escisión del EPP o es una nueva organización?

-Nosotros pensamos que es una manifestación de lucha de campesinos, pero no se puede decir que son un desprendimiento del EPP, porque nunca estuvieron en las filas de nuestra organización. Nuestros enemigos se embriagan con la sangre de unos jóvenes inexpertos, y sostienen que esto golpeó al EPP. No desean enterarse que el EPP es un ejército de guerrilleros organizados y disciplinados, con reglas y estatutos. La lucha armada no la tomamos como un juego ni una aventura, sino que es el firme compromiso con nuestros principios revolucionarios. A partir de la toma del poder político, como única forma de construir el socialismo, bregaremos por solucionar los grandes problemas del pueblo.

-Ustedes han hecho varias denuncias desde la prisión, advirtiendo las malas condiciones en que están los presos y presas políticas. ¿Podría ampliar sobre el particular?

-En este momento la situación que vivimos los presos y presas del EPP y el resto de luchadores que estamos encarcelados por este gobierno, es muy grave. Se da el caso del campesino Rubén Villalba, detenido por la masacre de Curuguaty, que está realizando una huelga de hambre nuevamente, para llamar la atención sobre ese caso. Nosotros, los presos y presas del EPP no creemos mucho en que las huelgas de este tipo sensibilicen el corazón de piedra del gobierno y la burguesía. Sí, planteamos otras acciones de lucha en contra de la represión, la tortura y el abuso contra las demás mujeres, aunque no sean epepistas. Ese es el motivo por el cual siempre buscan impedir nuestro contacto con las demás presas.

Hay que tener en cuenta que la causa de encarcelamiento de la gran mayoría tiene que ver con la grave situación social que atraviesa el país. Más del uno por ciento de los 7 millones de habitantes del Paraguay están en prisión, y ese es un dato que habla por sí solo. Es la manifestación del fracaso del sistema social. Los medios corporativos dicen que la cárcel es una escuela de delincuencia, pero lo que no se animan a formular es que esto es así a consecuencia de la podredumbre del modelo impuesto por el Sistema. Por otra parte, son las autoridades quienes capitanean el delito en las prisiones. Los detenidos están a expensas de las mismas, ya que si uno o una no acepta y enfrenta esas directivas, es acusada en sus expedientes por mal comportamiento, y también es perseguida con ensañamiento y brutalidad.

-Recientemente dieron a conocer una denuncia sobre cobros compulsivos que les imponen las direcciones carcelarias. ¿A qué exactamente se refieren?

-El cobro compulsivo impuesto dentro de las cárceles de Paraguay es una práctica muy antigua. Pero no asumida por los funcionarios de alto rango; como lo hacen hoy. El Ministerio tiene un presupuesto con lo que dice solventar el costo de las cárceles. Pero la realidad es que el preso debe pagar una tarifa bajo coacción de ser castigado a ser trasladado o trasladada a cárceles del interior lejos de familiares y en condiciones de aislamiento y doble castigo. Las tarifas van desde pagar combustible para acudir a los juzgados por algún requerimiento judicial, viático para el guardia cárcel, dejar una parte de las provisiones (provisión para la alimentación que familiares depositan en la guardia), cobro semanal a los que trabajan en alguna actividad lícita como forma de sustento (lavado de ropas, trabajo de costura; venta de comida, venta de golosina, trabajo en manualidades.
En la cárcel el preso paga todo; aunque no figure en los archivos oficiales y la Ministra se pase haciendo, en complicidad con los medios propagandísticos del gobierno, grandes despliegues de cámaras, vendiendo el falso discurso de políticas de reinserción social que sólo queda en papeles (aunque los epepistas sabemos que las cárceles no son más que un eslabón represivo contra los pobres y los revolucionarios alzados contra la burguesía.

-Los y las militantes del EPP están aislados en prisión?

-El aislamiento indefinido, conceptualizado por la ONU como forma de tortura, se aplica sólo a los epepistas. Muy especialmente a nuestro comandante Alcides Oviedo. Los militantes del EPP nunca nos acostumbraremos a la cárcel, y entre otras cosas, utilizamos el tiempo para estudiar. La mayoría creemos en la resistencia combativa, y diferenciamos muy bien a nuestros verdugos, con quienes no tenemos otro tipo de relación que la impuesta por nuestra condición de prisioneros. No la pasamos nada bien, pero nos sobreponemos a la adversidad. Como comunistas, las dificultades nos impulsan a esforzarnos más, y así vamos superando estos malos momentos.

Por supuesto que no nos dejan tener contacto con otros presos ni hacer comunicaciones telefónicas. Lo que sí podemos, es recibir alguna visita, aunque yo tengo un horario restringido y diferenciado del resto de la población penal.

-¿Quiénes son los integrantes del EPP que están en prisión?

-Son Alcides Oviedo, Aldo Meza, Francisca Andino (fue religiosa durante 14 años, antes de ingresar a Patria Libre), Graciela Samaniego, Hugo Gill, Noel Ovelar, Daniel Gato, Sonia Espínola y Carmen Villalba. Hay otros presos, a quienes el gobierno condenó sin ser epepistas. Sin pruebas, los acusaron de dar apoyo al EPP. Quiero también reivindicar a mis queridos camaradas caídos en combate o asesinados, quienes generosamente han ofrendado sus vidas a la Revolución. Quienes seguimos vivos llevamos bien alta su bandera revolucionaria. Ellos son los Comandantes Simón, Aníbal, Teniente Coco, el camarada Claudelino.

-Ustedes se reclaman prisioneros de guerra o presos políticos?

-Somos presos políticos. El ejército burgués no toma prisioneros a combatientes. Si los agarra vivos, los tortura y luego los ejecuta. Ningún combatiente nuestro capturado vivo en combate ha sobrevivido. Todos fueron asesinados.

-Hace un tiempo algunos medios publicaron una foto en la que se veía a varias presas sentadas en el piso del patio de la prisión, esposadas y rodeadas de carceleros armados. ¿A qué se debió ese trato para con ustedes?

-La foto a la que hace mención es de 2010, donde estamos tres compañeras epepistas y dos chicas que habían traído detenidas desde Concepción, acusadas de dar apoyo al EPP. Nosotras, a modo de solidaridad, cuando ingresan las llevamos al pabellón de máxima seguridad y el Ministerio prohibió el contacto entre nosotras. Entonces resistimos ante esa medida injusta y discriminatoria, y el ministro de Lugo, Humberto Blasco, no encontró mejor manera de imponer su medida, que trayendo a los policías del FOPE (Fuerzas de Operaciones de Policías Especiales) a arrancarnos de nuestro pabellón a balazos y a puro garrote. Por eso, nosotras reivindicamos el 24 de marzo como «día de la resistencia de las mujeres combatientes prisioneras»

-¿Cuáles son las principales reivindicaciones que su organización esgrime frente al actual gobierno de Horacio Cartes?

-La lucha del EPP tiene varios aspectos reivindicativos inmediatos para el pueblo pobre. Tierra para el verdadero dueño y trabajador: el campesino. Eso trae en contrapartida la eliminación del latifundio y también de esa lacra que son las fumigaciones sobre las comunidades campesinas. Este punto es muy importante: los hechos demuestran que el atropello, el envenenamiento de comunidades rurales, asesinato de campesinos a manos de los matones de las estancias y los policías, nunca fueron resueltas recurriendo a los órganos estatales.

Las instituciones del Estado burgués no han hecho más que garantizar la propiedad privada, la prepotencia y el abuso de los latifundistas. La reforma agraria es fundamental para el desarrollo del campesinado. Si bien trabajamos para extender nuestra influencia a otras áreas del pueblo, tenemos claro que nuestra lucha es a largo plazo y terminará con la toma del poder político para avanzar en la construcción del socialismo.

-¿Cómo ven ustedes los procesos de pueblos y algunos gobiernos que se vienen manifestando con claro contenido progresista, y en algunos casos antiimperialistas, en el continente latinoamericano?

-Latinoamérica es nuestra Patria Grande, un volcán hermoso que hace un tiempo se sacudió con todo su esplendor revolucionario. Muchos pueblos se levantaron y vencieron a dictaduras militares de derecha, fascistas y criminales. Las luchas revolucionarias son cíclicas e irán emergiendo y acumulándose para dar el salto cualitativo. Los movimientos revolucionarios buscamos que esas contradicciones de las leyes dialécticas maduren y coincidan con cambios profundos.

Latinoamérica tiene hoy un gran potencial de lucha y rebeldía, y se da tanto en pueblos como en algunos gobiernos progresistas. La lucha del pueblo colombiano es admirable y heroica, no se la puede separar sin su vanguardia, que son las insurgencias revolucionarias, como las FARC-EP y el ELN.

Hay otro pueblo que no es parte de nuestro continente, pero que todo revolucionario debe reivindicar y apoyar, me refiero al pueblo palestino. Y hay que hacerlo sin entrar a discutir las particularidades y contradicciones de los sectores que hoy luchan contra los terroristas sionistas. Cabe señalar en ese aspecto, que el gobierno fascista de Cartes tiene como asesor contra la insurgencia revolucionaria del Ejército del Pueblo Paraguayo a profesionales del terrorismo militar israelí y el Mossad.

-En estos días el ex juez español Baltasar Garzón ha visitado Paraguay, y ha declarado que el EPP son «terroristas» y que el reclutamiento de menores en la insurgencia deben ser considerados crímenes de lesa humanidad.

-Al ex juez Garzón lo trae como conferencista rentado un gobierno como el de Horacio Cartes, sospechado de narcotraficante. Eso no lo piensa sólo el EPP, sino que lo dicen el propio Departamento de Estado yanqui e informaciones clasificadas del servicio de Inteligencia de EEUU filtradas por wikileaks. El Partido Colorado tiene hoy en sus filas a jerarcas de la dictadura de Adolfo Stroessner, comprometidos con crímenes de luchadores contra la dictadura fascista, todos impunes y sus hijos y nietos gozando de fortunas que amasaron con el robo y todo tipo de negocio ilícito a través del Estado. Esos aspectos parece que no inquietan al «demócrata» y «luchador por los derechos humanos» Garzón. Tan demócrata que no pudo soportar la disidencia del pueblo vasco e legalizó, en connivencia con el gobierno español, a partidos independentistas, que representaban un importante porcentaje de votantes. A todos ellos, Garzón los llamó también «terroristas», lo mismo que a la lucha por la independencia del pueblo vasco. Para Garzón todo es terrorismo. Ese señor no defiende los derechos humanos de los pobres sino de los burgueses. Garzón es responsable de muchas innovaciones seudolegales, con las que niega libertades a los presos vascos, a pesar de que hayan cumplido sus condenas. Es un gran defensor del régimen de aislamiento y todo los que implique destruir o torturar para quebrar moralmente a los revolucionarios. El Colectivo de familiares vascos Etxerat denuncia torturas y asesinatos a prisioneros de ETA, la mayoría de ellos enviados a la cárcel por Garzón. Aquí y ahora, con Cartes, ocurren cosas similares.

-¿Se refiere a ilegalidades practicadas por el gobierno en la represión?

-Así es. El gobierno paraguayo viene aplicando la teoría del «falso positivo» que las fuerzas policiales aprendieron en Colombia, como alumnos de los narco-mlitares uribistas. Así ejecutaron a un joven sordomudo, Agustín Ledesma, a quien las FOPE (Fuerzas de Operaciones de Policías Especiales) asesinaron y luego le «plantaron» un fusil. Toda la comunidad de Arroyito (asentamiento campesino de la zona de Horqueta) salió a repudiar el crimen. Es importante puntualizar que este hecho ocurrió en 2012 durante el gobierno de Fernando Lugo y de su ministro del Interior, Carlos Filizzola. También se dio otro caso parecido en Kurusú de Hierro, donde las Fuerzas de Tareas Conjuntas (FTC) atropellaron y acribillaron a dos padres de familia y una madre, humildes campesinos que fueron asesinados. Luego les «plantaron» los uniformes y un viejo y oxidado fusil. El gobierno presentó esa acción como un enfrentamiento con el EPP, pero muy pocos en la zona lo creyeron.

-Usted hace ya más de una década y media que está en prisión y a pesar de la oposición que soporta el EPP por parte de la mayoría de las fuerzas políticas, estos hechos no parecen hacerle mella. ¿Nunca se ha puesto a pensar que puede estar equivocada o que se arrepiente de algo de su accionar?

-Una siempre mira el espejo retrovisor y corregiría muchas cosas, pero para aportar más y mejor a la lucha revolucionaria. Amo a mi Patria y pienso que la mejor forma de amarla es luchando por ella.

Por lo tanto, pienso que no hay mejor lucha que la que apunta a hacer una Revolución.

Como ser humano no encuentro otro remedio a los dolores que he pasado y paso por el asesinato de mi hijo (un niño de 12 años, criminalizado por los gobiernos de turno, que sufrió persecución desde muy chico hasta que lo mataron. Su cuerpo fue luego profanado por perros policiales cuando se hallaba en el ataúd. Lo abrieron con la excusa de buscar una bomba y permitieron que los perros husmearan el cadáver de mi hijo.

No, no me arrepiento de mi compromiso y entrega a la lucha, porque estoy convencida que el futuro ineludible es el socialismo.

El régimen burgués es una etapa del proceso histórico, y no existe nada eterno más que el movimiento y la existencia de la materia. De lo único que puedo arrepentirme es de no tener dos vidas para ofrendar a mi organización a la que estoy orgullosa de pertenecer y a la Revolución.

-En algunos de los documentos o comunicados del EPP denuncian la incidencia que ha tenido EEUU en las últimas dedada sobre gobiernos y política.

-Los yanquis y los israelíes siguen reforzando su presencia en Paraguay. Durante el gobierno de Lugo construyeron un destacamento en Hugua Ñandú, un cuartel con helipuerto, financiando la construcción y el equipamiento con tecnologías de punta. Todo ello para combatir al EPP. Mientras se levantaba esa edificación, Lugo visitaba el lugar con el embajador de EEUU de entonces. Sus ministros y sus mercenarios salían en la foto y recibían grandes titulares en los diarios. A su vez, todos ellos festejaban las torturas y ejecución de nuestros camaradas.

Los del Frente Guasú propagandizaban fuera del país, que los epepistas somos una creación de la CIA. Sin embargo no aclaraban por qué la USAID (que era expulsada de Venezuela y Bolivia) vino aquí a reforzar el presupuesto rechazado dignamente por estos dos pueblos hermanos que luchan por su independencia y soberanía. El gobierno de Lugo, que se decía «socialista» recibía a la USAID con gran beneplácito. Más aún, al segundo día de asumir el gobierno, Fernando Lugo fue corriendo a pedir auxilio al narco-paramilitar Álvaro Uribe, para combatir al EPP. Desde ese momento nunca se interrumpió la ayuda en términos de adiestramiento de policías y militares realizada por asesinos del combativo pueblo colombiano.

Ahora con Cartes, el reforzamiento de la intromisión yanqui es cada vez mayor, en todas las instituciones: Poder Judicial y Fiscalía son direccionadas por la política imperial, con la excusa de apoyar su modernización. Los militares y policías son entrenados y equipados por EEUU, por los israelíes y el gobierno colombiano.

-¿Cómo se dio el tema de que se aprobara la ley antiterrorista?

-En el 2010 el gobierno de Lugo presentó en el Congreso la antigua ley antiterrorista y fue aprobada. Hasta ese momento, los anteriores presidentes no la habían logrado impone, Sin embargo, la poca resistencia del campo popular a esta ley hizo que el Gobierno la impusiera. De hecho, una «virtud» de Lugo durante su mandato, es que logró desmovilizar, con muchas promesas, a sus propios partidarios. La ley y esto último, fueron su principal aporte a la causa oligárquica.

-¿Qué versión tienen ustedes de cómo ocurrió la denominada Masacre de Curuguaty? ¿Coinciden de que fue una provocación para derrocar al gobierno de Lugo?

-El caso de Curuguaty es una clara muestra del repugnante oportunismo del «luguismo». Históricamente la policía y el ejército de la burguesía reprimieron, persiguieron y asesinaron al campesinado combativo en nombre de la sacrosanta propiedad privada. 

Lugo subió al gobierno después de una campaña electoral en la que había prometido la Reforma agraria, reivindicación histórica de miles de campesinos. Pasaron casi cuatro años de gestión y la Reforma Agraria no llegó. Por eso es que en las tierras de Marina Cué, que son propiedad del Estado paraguayo y habían sido invadidas por el oligarca del Partido Colorado, Blas Riquelme, un grupo de campesinos cansados de esperar que el gobierno cumpliera su promesa, exigieron que se entregaran las tierras a varias familias de Curuguaty. Al no tener respuesta, decidieron ocuparlas y resistir.

En su ánimo de congraciarse con su patrón oligarca, Lugo y el ministro del Interior, Carlos Filizzola, enviaron a su policía a acribillar y asesinar aquella resistencia campesina, pero les salió mal. No contaron con el hartazgo de algunos campesinos que decidieron defender lo que legítimamente les pertenece. La policía armada con fusiles y ametralladoras, apoyada por helicópteros artillados comenzaron a balear a mansalva a los pobladores. Incluso, desde uno de los helicópteros empezaron a ametrallar a todo lo que se movía, y así cayeron varios campesinos y también algunos policías. Lo que ocurre es que la policía paraguaya cuando entra en combate pierde los estribos y dispara indiscriminadamente. No están habituados a que se los enfrente, lo que sí pasó en esta oportunidad. Al día siguiente, lo dijeron varios testigos, entraron militares que se dedicaron a ejecutar a los campesinos que quedaron heridos en el monte. Los comandaba uno que trabajaba en la escolta presidencial y es hermano de un jefe policial que había resultado muerto en los primeros enfrentamientos.Todos contaban que había encabezado esa operación de «limpieza» por pura venganza.

No tengan dudas de que el asesinato masivo de campesinos en Marina Cué es parte de una práctica común a todos los gobiernos que hemos tenido, incluido el de Lugo. ¿Qué hacen hoy los luguistas?: Campañas en las que se presentan condolidos y piden que se aclare el caso Curuguaty, pero ellos saben bien lo que allí ocurrió.

-Lo que sí es innegable que tras esos hechos Lugo quedó debilitado y la oposición aprovechó para dar el golpe palaciego?

Por supuesto que sus ex aliados liberales y colorados aprovecharon y lo sacaron del Gobierno. Lo peor fue que Lugo, cobardemente, no defendió a quienes se movilizaron. Él puede contar lo que quiera sobre lo de Curuguaty e incluso puede ser que le crean algunos campesinos, pero al EPP no lo engaña, nosotros tenemos clara la película. Nos da asco su posición, ya que después de mandar a matar a los campesinos, ahora aprovecha para disfrazarse de popular y vender en el exterior de que ellos están luchando al lado del pueblo. Allí están los cinco senadores luguistas, señalados por actos de corrupción. Llevan vida de oligarcas, mientras el pueblo pobre malvive.

-Vamos al presente. ¿Qué se puede esperar del accionar del EPP en lo que hace a su enfrentamiento con el actual Gobierno?

Actualmente el EPP dirige su principal acción contra el gobierno de Horacio Cartes, los políticos, la FTC, los ganaderos, agroexportadores y latifundistas. No puedo hablar de acciones militares futuras, no me corresponde a mí esa tarea.

-¿Qué mirada tienen sobre la continua invasión que sufre Paraguay por parte de empresarios y hacendados brasileros?

La invasión de latifundistas brasileños igual que los latifundistas paraguayos son nuestros enemigos.. Sus haciendas son de miles de hectáreas. Además del cultivo de oleaginosas tienen ganadería y poseen pistas de aviones porque también se dedican al narcotráfico. Estas haciendas son custodiadas por verdaderos ejércitos de matones, muchos de ellos policías en actividad. Los parlamentarios y políticos de todos los colores tienen sus estancias en el norte, entre ellos el propio presidente de la República y su vicepresidente.

-Finalmente, ¿a pesar de la difícil situación en la que se encuentra tras varios años de prisión, sigue teniendo confianza en el futuro?

-El régimen burgués está acabado, no ofrece más que miseria, opresión política disfrazada de democracia. La verdadera libertad del pueblo guaraní estará sustentada en la democracia popular, socialista y revolucionaria. Yo creo que la conciencia instintiva nace por las condiciones de opresión, pero la conciencia revolucionaria se va formando. Es precisamente mi principal tema de investigación en la psicología marxista de Lev Vygotsky (N.de.R.: se refiere al fundador de la teoria socio cultural en psicología), Alekséi Leóntiev y otros connotados psicólogos soviéticos del materialismo dialéctico. No todo el pueblo pobre oprimido tienen ideas reaccionarias, son las condiciones históricas de la sociedad las que determinan la conciencia. No es que vea como un asunto psicológico la solución de la sociedad, sino que la lucha de clases es el motor del desarrollo social.

Por otra parte, me dan mucho ánimo los hermanos latinoamericanos, veo que muchos de ellos siguen luchando en la calle, en las montañas y también hay quienes resisten en alguna oprobiosa celda carcelaria a la que los condenó la burguesía. A todos ellos y a sus organizaciones que siguen creyendo de que el presente es de lucha y el futuro será socialista, quisiera hacerles llegar nuestro saludo solidario. Y una propuesta a los prisioneros políticos y prisioneros de guerra: formemos un gran movimiento de revolucionarios presos (latinoamericanos y también palestinos). Como proletarios en lucha rompamos las barreras impuestas por las oligarquías, destruyamos las fronteras que nos impone el Imperio. Como decía Carlos Marx: Proletarios del mundo uníos. Con la diferencia en este caso que somos proletarios encarcelados, pero sería muy potente que nos unamos a pesar de las rejas que nos impone el capitalismo.

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