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Una gira chantajista para dividir a la Patria Grande

Fuentes: Rebelión

La gira latinoamericana que acaba de concluir el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, fue una acción chantajista dirigida a dividir a las naciones de Nuestra América, región que Washington nunca ha dejado de considerar su patio trasero.

El periplo del impresentable jefe de la diplomacia de la Casa Blanca incluyó Panamá, Costa Rica, El Salvador, Guatemala y República Dominicana, países en donde se empeñó especialmente en atacar a Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Más que presionar a los gobiernos en las capitales que visitó para lograr la admisión de los migrantes deportados de EE.UU., el propósito de Rubio fue intentar fraccionar a la Patria Grande, para debilitar, claro está, a importantes organizaciones unitarias y pacíficas del área como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Divide y vencerás siempre ha sido la práctica de Washington en su objetivo de mantener subyugada a la Nuestra América, que en la actualidad constituye uno de los principales blancos de la política exterior del régimen del presidente Donald Trump, obstinado en proseguir dominando el mundo multipolar de hoy.

En su recorrido, el Secretario de Estado de la Casa Blanca utilizó el chantaje y prebendas para conseguir arrodillar a las autoridades de las naciones visitadas, aunque no en todos los casos lo consiguió.

Al unísono agredió una y otra vez a Venezuela, Cuba y Nicaragua, reiterando que representan una amenaza para la humanidad, como si no fuera EE.UU. el mayor peligro para el planeta tierra.

Otra vez con su verborrea se equivocó con la mayor de las Antillas, al señalar que viajaría a La Habana cuando su Revolución sea destronada, lo cual mereció una respuesta contundente del gobierno de la isla.

Desde la presidencia y la cancillería de Cuba le contestaron con firmeza que sin duda alguna se quedaría con los deseos de visitarla porque el decano archipiélago del Caribe jamás se someterá a los designios de Washington.

Por cierto, Rubio repite como un papagayo que es de origen cubano, pero no explica por qué sus padres huyeron de la nación antillana en 1956, cuatro años antes del triunfo de la Revolución que lideró Fidel Castro del 1 de enero de 1959.

Entonces, sería bueno preguntarle al farsante ahora diplomático de la Casa Blanca si sus progenitores escaparon de la dictadura de Fulgencio Batista, respaldada por EE.UU, que en la década de los años 50 imperaba en Cuba, y que fue derrotada por Fidel y su pueblo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.