Artículos
Cuando hablamos de Cádiz y de metal, inevitablemente surge una palabra que envuelve a ambos como una marea persistente, que los mece con un vaivén temporal casi eterno. Esa palabra no es otra que “huelga”.
Cuando hablamos de Cádiz y de metal, inevitablemente surge una palabra que envuelve a ambos como una marea persistente, que los mece con un vaivén temporal casi eterno. Esa palabra no es otra que “huelga”.