Varios grupos de Greenpeace irrumpieron en distintas centrales nucleares para denunciar la falta de seguridad. Entre otras entraron en la central nuclear de Nogent, a 95 kilometros de Paris, permaneciendo en ella seis horas. Nueve de los activistas fueron detenidos.
Varios grupos de activistas de Greenpeace lograron irrumpir en la madrugada del lunes en varias instalaciones nucleares francesas para denunciar la falta de seguridad.
Sophia Majnoni d’Intignano responsable de la campaña nuclear de Greenpeace, mediante un comunicado en nombre de la organización señaló, que la acción era «la prueba definitiva de que la seguridad actual es insuficiente» y advirtió de lo vulnerables que son las centrales del Estado Frances. «¡Simples militantes con intenciones pacíficas y pocos medios han conseguido penetrar has el corazón de una central nuclear! ¿Por qué? ¿Cómo? Porque los dispositivos de seguridad existentes son insuficientes» añadió.
Una de las instalaciones elegidas por la organización fue la central nuclear de Nogent, a 95 kilometros de Paris, en la que nueve activistas lograron subir a lo más alto del edificio que alberga uno de los reactores nucleares de la planta y permanecer en ella seis horas. Los nueve fueron detenidos.
La compañía de Electricidad de Francia (EDF), que opera los 58 reactores nucleares del Estado Frances, confirmó los hechos pero declaró que «fueron detectados de inmediato por el sistema de seguridad y sus movimientos dentro de las instalaciones» fueron vigilados. Además añadieron que optaron por no emplear la fuerza.
Sin embargo, los activistas lograron penetrar en otras instalaciones sin ser detectados. El EDF reconoció que en las instalaciones de Chinon y de Blayais desplegaron sendas pancartas. La ONG ya anunció la entrada de activistas en más centrales a la misma hora que los nueve de Nogent, pero no especificó en cuales.
Tras la acción, el ministro de Industria, Eric Besson, reconoció su sorpresa y la posibilidad de que existieran ciertas «disfunciones». El ministerio de Interior ordenó un registro «profundo» de todas las centrales e instalaciones nucleares del país.
El grupo ecologista, por su parte, recordó que las pruebas de seguridad de Fukushima incluían terremotos, inundaciones y otras catástrofes, pero no una intrusión humana -como evidenció la acción-, por lo que «ninguna instalación debería poder ser declarada segura».
El Estado Frances es la segunda potencia electronuclear del mundo, después de EEUU, con 58 instalaciones nucleares.