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Euro 2008

Afuera de la cancha… Los «parapoliciales» helvéticos

Fuentes: Rebelión

Fútbol emoción. De los 16 equipos europeos, la mitad ya han regresado a casa luego de fracasar en su intento de pasar a los cuartos de final. La disputa entre los ocho mejores se abrió con un apasionante Portugal-Alemania, el jueves 19 de junio, y los lusos también prepararon las valijas a pesar de haber  […]

Fútbol emoción. De los 16 equipos europeos, la mitad ya han regresado a casa luego de fracasar en su intento de pasar a los cuartos de final.

La disputa entre los ocho mejores se abrió con un apasionante Portugal-Alemania, el jueves 19 de junio, y los lusos también prepararon las valijas a pesar de haber  practicado uno de los estilos más bonitos de la primera fase de la competición.

El domingo 22 de junio, a la noche europea,   se conocerán los otros tres mejores, que junto con Alemania, pasarán a las semifinales. Y la semana próxima, en duelo de gigantes, emergerán los dos finalistas que el domingo 29 decidirán el reinado en  este campeonato europeo de naciones.

Cumplidas las dos primeras semanas de campeonato, la tranquilidad prima en los estadios y fuera de ellos. Ni atentados, ni violencia callejera, ni confrontaciones  significativas entre hinchadas. Hasta el presente -pocas horas antes del duelo Croacia-Turquía- todo aparece como ejemplar.

El orden instaurado por aceitados sistemas y esquemas de seguridad aplicados en Austria y Suiza, se corresponde con la «filosofía» de la Unión Europea de Fútbol (UEFA) quien censura cualquier imagen televisiva sobre hechos que alteran el orden.

En estas dos semanas no apareció en la televisión familiar ninguna escena que saliera de la normalidad. Y en los estadios, en las pantallas gigantes que funcionan durante los partidos, no se repiten las jugadas litigiosas que podrían provocar la adversidad hacia los árbitros ante decisiones incorrectas.

En el Euro 2008, todo es orden y calma a pesar de miles y miles de espectadores dentro y fuera de los estadios.

Detrás del orden…

Orden asegurado sobre la base de una enorme movilización de efectivos militares, policiales y «parapoliciales».

Según datos publicados en  la edición del miércoles 18 de junio por periódico «Le Matin Blue»,  existen en Suiza 11 mil agentes de seguridad que pertenecen a diferentes agencias privadas.

Número por demás considerable, en relación a loss 16 mil los policías «oficiales»  activos.

Una de esas agencias privadas más importantes, «Securitas», ha facturado en torno a los 300 millones de francos -prácticamente la misma cantidad en dólares estadounidenses- durante el 2007.

Sus funciones son múltiples además de reforzar la seguridad en los estadios y en  las «Zone Fan» fuera de los mismos, donde se intercala proyección de partidos y fiestas danzantes.

Securitas asegura desde hace cinco años el transporte de detenidos «no peligrosos» en el país. Vigila los barrios de las ciudades así como  los negocios y establecimientos públicos durante la noche. Aplica multas ante ciertas transgresiones  de estacionamiento vehicular y persigue a los que cometen fraude al seguro social, con el mandato otorgado por comunas y cantones.

Un verdadero poder policial privatizado que hace de la democracia helvética una signa competidora de muchas repúblicas bananeras -entre ellas numerosas latinoamericanas-  donde el Estado delega una parte de sus funciones a grupos privados de seguridad.

Espionaje a alter-mundialistas

Fue el reconocido programa «Tiempo Presente» (Temps Présent), de la televisión pública en lengua francesa el que en su emisión del jueves 12 de junio hizo saltar la alarma.

Denunciando, con abundantes pruebas, que Securitas había infiltrado y espiado  durante meses a un grupo de militantes altermundialistas, por  encargo de la transnacional Nestlé.

Los hechos se remontan al 2003, cuando la multinacional alimenticia helvética, mandata a Securitas de infiltrar a un grupo de militantes de ATTAC, la asociación que promueve la aplicación de la Tasa Tobin a los capitales internacionales especulativos.

Ese grupo de ATTAC, de la región de Lausana – próxima a la sede central de la Nestlé- preparaba un libro de investigación sobre la política de esa transnacional y su responsabilidad en la represión contra sindicatos locales en filiales de esa firma en algunos países latinoamericanos, precisamente Colombia.

Trabajando con el falso nombre de Sara Meylan, la agente de Securitas participó en numerosas reuniones de preparación del libro, recogió información sobre los hechos denunciados por el grupo militante, sistematizó las direcciones privadas de los otro siete co-autores de la publicación… hasta que en el verano del 2004, desapareció sin dejar rastro alguno.

El escándalo de Securitas Suiza y el espionaje contra ATTAC saltó como un reguero de pólvora. Y se convierte en uno de los pocos hechos políticos con vida propia en estos últimos  quince días en suiza, a pesar del Euro 2008.

ATTAC, sobre la base de la emisión televisiva, contraataca. Denuncia los hechos, y los lleva a la justicia. En pocos días se suceden numerosas personalidades políticas, parlamentarios nacionales e incluso el mismo sindicato de agentes policiales (los oficiales) denunciando la ilegalidad del accionar de Securitas.

El senador nacional verde Luc Recordon -uno de los fundadores de esa asociación ciudadana- presentó,  incluso, una interpelación ante el Gobierno Nacional helvético, por este escándalo.

Euro 2008 y sus corolarios. Fiesta popular con estricto orden en los estadios y  en las «Zonas de Hinchas».

Ciudades y espacios parcialmente militarizados con fuerzas oficiales y «parapoliciales». Escenario ideal para historias policiales y escándalos de espionaje contra las organizaciones ciudadanas legales. Flaco favor para la democracia helvética y su Euro 2008.