La repercusión internacional de la prohibición del Congreso de Palestina, que se debía celebrar en Berlín del 12 al 14 de abril 2024, así como los informes de la detención en el aeropuerto y posterior expulsión del país del rector de la universidad de Glasgow, el doctor Ghasam Abu Sitta, y la prohibición de toda actividad política presente o vía zoom del exministro de economía griego, Yanis Varoufakis por participar en dicho congreso, ha manchado la imagen de Alemania como país democrático que había dejado atrás su pasado nazi y contenido de manera ejemplar la llegada de la extrema derecha con un pacto del resto de los partidos.
Alemania en una huida hacia adelante, en vez de calmadamente recapacitar y recular en su represión de la solidaridad pro-palestina, en la semana posterior a la prohibición del congreso ha intensificado sus ataques en las calles, instituciones y medios a los activistas pro palestina. Esta misma semana la televisión pública ZDF ha retrasmitido dos reportajes donde ha señalado con nombre y apellidos, fotos, videos y cuentas de Instagram a reconocidos activistas palestinos de Berlín a los que relaciona sin pruebas con el terrorismo yihadista. Desde la retrasmisión de estos reportajes en hora punta, estos activistas han recibido decenas de amenazas de violaciones y de muerte. Que una televisión pública alemana, con el preocupante problema de islamofobia generalizada en la sociedad, y una violenta extrema derecha en aumento que ya ha cometido múltiples asesinatos, señale a activistas con nombres y apellidos, solo puede ser entendido como escalada autoritaria, y una llamada a la externalización a la sociedad en general, y a la armada hasta los dientes extrema derecha en concreto, de la represión del movimiento anti-genocidio de Gaza. Con estos xenófobos reportajes parecen querer avivar el fuego islamófobo y alentar el miedo a atentados terroristas cometidos por ciudadanos alemanes con origen migrante, no asimilados como dicen ellos, dando carta blanca a las políticas de expulsión propuestas por el actual gobierno de coalición supuestamente moderado.
Y es que en Alemania simplemente no se quiere que se hable públicamente de su complicidad en el genocidio de Gaza. Ni el gobierno ni la sociedad civil alemana blanca quiere reconocer que Alemania de nuevo está activamente implicada en otro genocidio. A pesar de que las encuestas muestran que un 50% de la sociedad alemana encuentra las acciones de Israel desproporcionadas, en las manifestaciones y actos contra en genocidio los alemanes blancos brillan por su ausencia. Y, sin embargo, es su país el segundo vendedor de armas a Israel, negocio que desde el 7 de octubre se ha multiplicado por 10. Los representantes gubernamentales alemanes fueron los únicos que inmediatamente se lanzaron a co-defender a Israel en el juicio por genocidio presentado por África del Sur en la Corte Internacional de Justicia de la Haya, en el mismo día que se conmemoraban a las víctimas del primer genocidio del siglo 20 cometido por Alemania contra los pueblos Herero y Nama en su antigua colonia Namibia. Es su país, el que tan solo un día después que dicha corte ordenase medidas cautelares a Israel para la prevención del genocidio, entre las que se incluía que se facilitase la entrada de ayuda humanitaria, el que sin ninguna prueba fundada retiró en su totalidad la ayuda humanitaria a UNWRA para la franja de Gaza. El 5 de abril de 2024, la misma mañana en la que Alemania votó No en la resolución de la ONU para el cese del envío de armas a Israel, se hizo pública la segunda de las 3 diferentes demandas presentadas en sus propias cortes por ciudadanos palestino-alemanes contra miembros del gobierno por su complicidad en el genocidio. Es su país el que varios políticos y periodistas se enfrentan a demandas civiles interpuestas por la asociación Palästina Spricht por incitación al genocidio. Y es su país el que se ha tenido que defender en la Corte Internacional de Justicia de la Haya contra las acusaciones de complicidad en el genocidio por una demanda presentada por Nicaragua por las acciones antes descritas.
La pregunta ahora es, si las informaciones filtradas hace unos días, de las que se están dando eco la prensa en Israel, de que la Corte Penal Internacional de la Haya va a dictar órdenes de arresto contra Nethanyahu y miembros de su gabinete por crímenes contra la humanidad y si, como es altamente probable, Israel fuese declarado culpable de cometer genocidio por la Corte Internacional de Justicia, qué van a decir Alemania y los alemanes. Tal vez, ¿que no lo sabían? Esa excusa ya la usaron con los genocidios contra judíos y el pueblo gitano de la segunda Guerra Mundial, y esta vez no cuela.
Fuente: https://vientosur.info/alemania-es-complice-en-el-genocidio-de-gaza-y-lo-sabe/