No era un hombre con falda como nos hizo hacer creer la Policía de Puerto Rico y los medios noticiosos que desde tempranas horas del 24 de febrero de 2020 se prestaron para hacerle coro. Alexa Luciano era una mujer, era lo que era, una mujer. Alexa tuvo la valentía de vivir de conformidad a su identidad de género. No todes la tenemos. Alexa fue secuestrada horas antes de ser asesinada, en ambas ocasiones por vivir de conformidad a su identidad de género. Alexa Luciano fue una mujer valiente.
De su secuestro tuvo noticia en primicia la Policía de Puerto Rico. Su secuestrador confeso no la dejó salir del baño no neutral al que había entrado hasta que la Policía de Puerto Rico llegó. Esta, lejos de proceder al arresto del secuestrador, procedió a darle “una puta advertencia” a la víctima, Alexa Luciano. Con su proceder, la Policía de Puerto Rico le dejó saber a Alexa que no tenía derecho a ser víctima, a su identidad de género, a su libertad, a ser igual que tú, a tener la dignidad humana que todes tenemos.
No sé si lo sabes, pero no me resulta nada extraño que no te hayas enterado. Desde noviembre del 2016 entró en vigor la Orden Ejecutiva 41, de aplicación al poder ejecutivo del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Desde entonces, las entidades públicas del poder ejecutivo de Puerto Rico vienen obligadas a proveer de baños neutrales en sus dependencias, tanto a empleades como a visitantes. Debo entender que de la misma manera en que vos no se ha enterado, el Policía de Puerto Rico que intervino con Alexa Luciano horas antes de su asesinato, no se ha enterado de su ordenamiento público dentro del Cuartel donde está adscrito en Toa Baja, Puerto Rico. Resulta a su vez, que dicho policía tampoco conoce el protocolo de la Policía de Puerto Rico en cuanto a cómo intervenir con una mujer como lo era Alexa Luciano.
Nada extraño, la ausencia de baños neutrales es la fotografía viva de la homofobia institucional dentro de los espacios públicos en el Puerto Rico de hoy. Alexa Luciano no la sobrevivió, otres la hemos sobrevivido para poderla contar. Sabíamos que nos secuestran por experiencia propia, y sabíamos que además de secuestrar, quien se presta para secuestrar, mata o por su odio motiva a otros a matarnos. Tras el asesinato de Alexa Luciano ya sabemos que nos matan. Como dije el 31 de octubre de 2018, “Es a nosotros que nos están matando”. La homofobia mata. El antisemitismo también. El odio al otro, la otra, les otres no es ni puede ser la norma en el Puerto Rico de hoy. Aprendan a convivir con nosotres. Entiendan que no es mucho pedir. No pedimos el cielo con las manos, exigimos dignidad. Ni una Alexa menos. Vivas nos queremos.
Wilkins Román Samot, Doctor de la Universidad de Salamanca, donde realizó estudios avanzados en Antropología Social y Derecho Constitucional.