Ningún hombre solo frente a la ofensiva de los patrones y de sus lacayos nacionalistas. La electricidad, al igual que el agua y el hogar, tienen que ser bienes sociales sin carácter mercantil, es decir bienes compartidos y accesibles a todos. Y justo porque sin electricidad, agua y hogar, la supervivencia en las ciudades modernas […]
Ningún hombre solo frente a la ofensiva de los patrones y de sus lacayos nacionalistas.
La electricidad, al igual que el agua y el hogar, tienen que ser bienes sociales sin carácter mercantil, es decir bienes compartidos y accesibles a todos. Y justo porque sin electricidad, agua y hogar, la supervivencia en las ciudades modernas es imposible, el acceso a estos bienes tiene que ser un derecho inalienable de todos los hombres, independientemente de su origen y su condición social.
Desde finales de los años ´90 la tarifa de la electricidad se ha ido disparando, al igual que se han ido intensificando los procesos de explotación de la energía con criterios privados-antisociales. El actual endurecimiento de la privatización de los bienes sociales es una continuación de la estrategia estatal de exterminio de los que están de sobra para el sistema social de explotación, sobre todo de los desempleados y los pobres.
Últimamente en Grecia el Estado está realizando cortes del suministro eléctrico a las familias trabajadoras y pobres de nativos e inmigrantes, incluso a personas mayores con pensiones bajas, que son incapaces de apañárselas con los aumentos de las facturas y los recortes de los salarios y las pensiones. Esta situación es indicativa de lo que es el sistema capitalista en que vivimos.
La autoridad política aumenta el coste de energía a los hogares obreros y pobres, el consumo total de los cuales en realidad es mínimo en comparación con el de las grandes unidades productivas de los patrones. El Estado protege a los grandes patrones, al igual que las empresas especulativas que están desinteresadas por la vida humana y sacan provecho de la energía y del trabajo. La acción de dotar de significado a la energía como un bien social no ha sido alguna concesión ideológica del Poder, sino que ha sido el resultado de importantes luchas sociales, sobre todo del movimiento obrero, ya desde finales de los años ´50 y ´60.
Las diferentes administraciones políticas o militares del moderno Estado griego, desde la junta militar (de 1967 a 1974) hasta las actuales, han tenido y tienen como objetivo la privatización y el uso de la energía por los depredadores, así que ellos tengan beneficios y cargárselos a la sociedad, y sobre todo a sus partes más ‘débiles’.
En un período en que los patrones socializan sus costos (traspasan sus costos a la sociedad) en perjuicio de nuestra vida, los bienes sociales básicos serán accesibles con criterios de clase cada vez más duros. Junto con las privatizaciones aparecen otros proveedores de energía privados «alternativos», que operan de una manera antisocial y en realidad sin ningún control social, económico y político.
El ejemplo de Creta es indicativo de la vileza de los patrones locales y extranjeros con respecto al tema de la energía. Por un lado se está organizando una destrucción salvaje de la naturaleza a través de la instalación irracional de las fuentes de energía renovables con criterios antisociales y lucrativos, y por otro lado, la misma autoridad política ‘descubre’ supuestamente petróleo y gas en el mar alrededor de la isla y no duda en hablar de «sacrificio» del Egeo. Organizaciones de habitantes de Creta y Gavdos ya han tomado una posición en contra de las políticas de búsqueda y extracción de petróleo en el sur de Creta. No es casualidad de que anden hablando de petróleo griego las escorias del partido neonazi Jrisí Avgí (Aurora Dorada), los mayores lacayos de los patrones.
Frente a las políticas de Estado de la electricidad, por toda Grecia los movimientos de solidaridad, así como las asambleas barriales, proceden a reconectar la electricidad a varios hogares, con la participación de personas que luchan en contra de las empresas privadas que llevan a cabo las órdenes de cortes del suministro eléctrico.
Son indicativos también los recientes casos de los barrios de Atenas Egaleo, Jaidari y de la ciudad del Pireo, donde los movimientos sociales reconectaron el suministro eléctrico a desempleados y a personas mayores con problemas de salud graves. Estos son tan sólo algunos de los ejemplos de una lucha que indica el camino de la solidaridad social en contra de las estrategias capitalistas de exterminio.
Al mismo tiempo los movimientos sociales y de solidaridad de clase se vuelven contra los fascistas-nazis de Aurora Dorada y los nacionalistas. Estas escorias, con el apoyo de la Policía griega, están en las calles cada noche, por una razón opuesta a la de la solidaridad: para acuchillar y propinar palizas a luchadores de los movimientos sociales y a inmigrantes, y para complementar las estrategias estatales de exterminio de las partes más débiles de la clase obrera.
Como nada es regalado por los patrones, por el Estado y sus lacayos, nosotros decimos:
– Reconexiones del suministro eléctrico en todas partes, organización y resistencia en las asambleas barriales y los consejos obreros, contra cualquier degradación de nuestra vida y nuestro trabajo por el Estado, la patronal y los nacionalistas.
– Luchas de clase y sociales, de nativos e inmigrantes, en contra de cualquier uso mercantil de la energía por los explotadores.
– Luchas por la socialización de los bienes de la vivienda, del agua y de la energía. Luchas comunes de todos los oprimidos contra los explotadores y los especuladores. Ningún retroceso ante los proyectos estatales antisociales y anti-ambientales respecto de la energía.
Fuente: Texto de la ocupación Rosa Nera, en Canea, Creta, publicado en su página web.
El texto en griego.