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Honduras

Ante los golpistas, ¡Resistencia feminista!

Fuentes: Rebelión

«El poder nos amputa la aventura, nos quiebra la utopía, pero ella se rehace y por todos imagina un rumbo sin miseria y sin espanto…/ Hay que sobremorir sobreviviendo, tratemos de archivar nuestros candores. Y sin pena ni gloria ser leales a lo que fuimos somos y seremos»(Mario Benedetti). Al salir del aeropuerto hondureño para […]

«El poder nos amputa la aventura, nos quiebra la utopía, pero ella se rehace y por todos imagina un rumbo sin miseria y sin espanto…/ Hay que sobremorir sobreviviendo, tratemos de archivar nuestros candores. Y sin pena ni gloria ser leales a lo que fuimos somos y seremos»
(Mario Benedetti).

Al salir del aeropuerto hondureño para regresar a mi isla heroica, vi un anillo que reproduce los símbolos encontrados en las ruinas mayas de Copán y no pude resistir: lo compré como si fuera un compromiso instaurado con el pueblo hondureño, como un pacto establecido para ayudarlo a alcanzar su propia libertad y su democracia, por fin libre de «gorilas» asesinos.

Así que cuando vi en la televisión cubana una entrevista con Jessica Sánchez, escritora y feminista de Honduras que llegó a Cuba para asistir al I Taller Regional sobre Género y Comunicación «Cambiar la Mirada» y denunció el horrible golpe de Estado que está experimentando su país, enseguida fui a conversar con ella y a gritar al mundo su ira.

Una vez más, revivo las reuniones gloriosas en STIBYS (Unión de Trabajadores de la industria de bebidas y similares), cada vez más beligerante, donde había visto a Jessica y su grupo de feministas en la resistencia participar en las reuniones del Frente contra el golpe de Estado; mientras, ahora oigo su voz firme, cansada, pero llena de ira cuando dice que «ha sido duro, sabemos que hay mucha lucha por delante, pero… somos un país donde las mujeres siempre hemos estado en resistencia».

Esta mujer valiente presentó conjuntamente con su grupo, Feministas en Resistencia de Honduras, y con el Observatorio de la Transgresión Feminista, un informe en la audiencia «Derechos humanos de las mujeres en el contexto del golpe de Estado en Honduras», concedida por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el pasado lunes 2 de noviembre de 2009, en Washington. En ese informe dieron cuenta de la naturaleza y alcance de las violaciones a los derechos humanos que las mujeres han experimentado a manos de policías, militares y otros agentes de seguridad del actual régimen de facto. La delegación de feministas presentó una síntesis del informe sobre violaciones a los derechos de las mujeres durante el golpe de Estado.

Jessica, amablemente, me dio una copia del documento y quedé seriamente impresionada al leer que más de 400 denuncias fueron presentadas por mujeres, sabiendo muy bien que son muchas más, pero muchas por temor a represalias prefieren no asistir a las instancias de la administración de justicia y a la policía para revelar la violencia de la que fueron víctimas.

¿Cómo explicar, una vez más, como mujer, que me insulta y me hace hervir la sangre que los hombres usen nuestros cuerpos para ofendernos y humillarnos?

¿Por qué siempre tratan de destruir y dañar a las mujeres sexualmente, como para reiterar que somos objetos sin alma, en manos de los hombres fascistas?

Es como si una mujer tuviera que pagar dos veces en la vida, no sólo con el cuerpo sino también con el alma… si para los gorilettis no tenemos una: hay que recordar que su mentalidad se quedó en la de la Edad Media, cuando las mujeres, especialmente las más valientes, casi siempre venían acosadas por brujería ¡y terminaban quemadas vivas!

Jessica está muy preocupada por esta situación, en parte porque las mujeres son un 70% de la Resistencia y, lamentablemente, la comunidad internacional no está consiguiendo ningún resultado para detener a este gobierno de facto.

«Creo que las muertes y las denuncias de violencia son muchas, la difusión de las noticias verdaderas sobre Honduras por parte de los medios alternativos permiten que el mundo conozca nuestra situación y por lo tanto se sepa un poco sobre los crímenes contra nuestras mujeres y la Resistencia», dijo Jessica.

«Mi rabia no se cansa, y por eso sigo presentando informes, escribiendo y protestando», continúa la feminista en resistencia.

Entiendo a Jessica cuando me confiesa que a veces ni siquiera ha sido capaz de llorar la muerte de los asesinados políticos porque los miembros de la familia están aterrados y no quieren que la Resistencia asista al funeral.

Por ejemplo, sé de otras fuentes que el 5 de julio de 2009, cuando Manuel Zelaya trató de aterrizar en Tegucigalpa, no murió solo Isis Obed Murillo, sino, tal vez otros dos muchachos, y por temor a represalias no se denunciaron como mártires de la Resistencia.

¿Y qué están buscando las feministas en resistencia? Que se haga justicia, que se apliquen las leyes democráticas para castigar a los culpables y que se convoque de manera pacífica la Asamblea Constituyente.

Todos sabemos que los gorilettis son los verdaderos culpables, los feroces asesinos que están matando, uno por uno, a los que se niegan a inclinar la cabeza a la solución militar habitual propuesta por Estados Unidos ante el enésimo golpe de Estado en Honduras, todos sabemos que en realidad la Resistencia ha ganado moralmente, cualquier comparación con esta pesadilla de un presidente falso (que, para mi vergüenza, es nativo de mi país, del cual sólo heredó la peor parte, que son los métodos sangrientos de la mafia)… pero no pasa nada.

Como dice Radio Progreso en un sarcástico boletín, «Notinada«, «Honduras es el país donde no pasa nada»: todas estas muertes y la represión son las armas del goriletti para limpiar el país contra la violencia organizada.

El hecho más grave es que la derecha fascista levantó su cabeza, el monstruo que creíamos derrotado en América Latina borró el sueño de igualdad del pueblo hondureño, «en una madrugada de gorilas y terror secuestraron el presidente y violaron la Constitución», como canta el himno de la Resistencia.

Quiso demostrar que está más que vivo y nada ha cambiado desde el trágico 11 de septiembre del 1973.

Los gorilas traidores, además de matar y destruir, robaron todo el dinero que pertenecía a los proyectos sociales del ALBA; no contentos con pertenecer a las familias más ricas del país, fueron capaces de birlar el dinero que la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América entregó a Honduras para dar aliento al pueblo del tercer país más pobre de América Latina.

El ministro de Comercio e Industria de la administración de Manuel Zelaya, Fredis Cerrato, confirma que los bancos en Honduras, (antes de goriletti) importaron grandes cantidades de dinero del ALBA: gracias a las facilidades para la compra de petróleo de Petrocaribe, el país había acumulado 120 millones de dólares; 50 millones de dólares de la venta de bonos en Venezuela y 30 millones de dólares para programas de desarrollo agrícola.

¿Y ahora? Incluso en términos financieros, ¿quién pagará por esto? ¿Qué harán los países del ALBA estafados por el tirano para reclamar su detención y sobre todo el dinero de vuelta a los Pueblos de Nuestra America?

Todo se mantiene en silencio, ahora el «nuevo» hombre del golpe de Estado, que ha ganado sólo una farsa que el gorila quiere llamar elecciones, Porfirio Lobo, comenzará su «viaje de la convicción» a los países latinoamericanos, como de costumbre bajo el manto protector del país que se autoproclama único «defensor de la democracia», Estados Unidos, pidiendo ser reconocido como ¡un presidente elegido por el pueblo!

Ese mismo oportunista que cambia de dirección política y de partido de acuerdo a la conveniencia (con un historial muy colorido, de donde se sabe de sus estudios realizados en la antigua Unión Soviética…) Y es el mismo que para derrotar a Mel había propuesto la represión y la legalización de la pena de muerte en las últimas elecciones, las de verdad, que afortunadamente fueron ganadas por el mensaje progresista de Zelaya cuando todavía se podía respirar la democracia en Honduras.

Y finalmente, añadir un llamamiento muy sincero que ha hecho un poeta hondureño, Fabricio Estrada, a todos los poetas del mundo, «es urgente redoblar los esfuerzos y la solidaridad combativa, una permanente presencia de sus acciones y voces para no dejarnos solos cuando apenas todo comienza. Estar en contra de los resultados de estas elecciones farsantes es estar contra la consolidación del poder en esta casta primitiva, criminal y absolutista. Nuestra Resistencia no cederá lo conquistado, sin embargo, seguimos manteniendo una posición vulnerable ante la fuerza bruta. La comunidad internacional debe conocer el espanto silencioso que se está gestando hoy en día en Honduras, en pro de la «estabilización del terreno» que los militares pretenden.

Ustedes pueden salvar a muchos del destierro o la muerte.

Nunca tuvimos tanta fe en la luz de la palabra.

Ida Garberi es responsable de la página italiana del sitio Web de Prensa Latina

Rebelión ha publicado este artículo con permiso de la autora, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.