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La Corte Internacional de Justicia ordena a Italia que desista de reclamar indemnizaciones por el nazismo

Antes de Nuremberg

Fuentes: Il Manifesto

Traducción Susana Merino

Desde la Corte Internacional de Justicia de La Haya llega una horrible sentencia. Pésima para los italianos que fueron deportados a Alemania. Pésima para los sobrevivientes de la Wehrmacht y de las SS y para los hijos de las víctimas. Pésima también para todas las víctimas civiles de las guerras actuales y futuras. Ninguna persona privada podrá recibir reparaciones de los estados responsables de los estragos, torturas, deportaciones, cuando pidan justicia ante los tribunales de los países en los que se cometieran esos crímenes. No podrán hacerlo dicen en La Haya, porque el derecho internacional, como se halla hoy «predominantemente» entendido continuará garantizando la inmunidad a los estados por los actos cometidos durante el ejercicio de su soberanía. Actos que los juristas llaman, latinizándolos, iure imperii. La Corte le ha dado la razón a la República Federal alemana, declarando inadmisibles las sentencias con que el Tribunal de Casación italiano reconocía a las víctimas el derecho a demandarla en juicio con el objeto de obtener resarcimiento. Según la casación los graves crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad son el punto de ruptura en el que cesa el uso tolerable de la soberanía. Para los jueces de La Haya en cambio, la inmunidad de la jurisdicción de otros (países) – y por lo tanto la impunidad – vale también para los actos iure tertii imperi, del Tercer Reich.

En cierto modo volvemos a la situación precedente al proceso de Nuremberg. Entonces los aliados invalidaron la inmunidad del estado alemán, sosteniendo que esta no podía invocarse frente a los crímenes contra la humanidad. Ahora nos informan que los derechos de los Estados prevalecen sobre los derechos humanos.

Pero la Corte de La Haya, ata de manos a nuestros tribunales, lanzándoles la pelota a los políticos: «La Corte entiende que los reclamos originados en el tratamiento de los militares italianos deportados ( N. de T. en Alemania), junto a otros reclamos no reglamentados hasta ahora, pueden ser objeto de ulteriores negociaciones entre los estados «involucrados» entre Alemania e Italia.

El ministro de Relaciones Exteriores Giuliomaria Terzi, al enterarse ha expresado ayer «que se negociará para encontrar una solución» Italia se propone «continuar» como lo ha hecho hasta ahora, enfrentando junto a Alemania todos los aspectos que derivan de los dolorosos hechos ocurridos durante la segunda guerra mundial en el terreno del diálogo y de respaldo a las apelaciones a la justicia de las víctimas y de sus familiares».

En esta declaración no nos gusta el «como lo ha hecho hasta ahora» porque Italia desde De Gasperi a Berlusconi, ha hecho causa común con Alemania en contra de las víctimas. Terzi debe pedirle inmediatamente al ministro Guido Westerwelle que incluya a los deportados italianos en el programa de resarcimientos alemanes de los que han sido absurdamente excluidos – se trata de un miserable monto de 2500 euros per cápita – y compense a los familiares de las víctimas de los masacres. Y a la ministra de Justicia Paola Severino, que reparando las cómplices omisiones de Alfano y Palma, firme los pedidos de proseguir en Alemania las condenas ordenadas en contumacia a ex militares alemanes por los tribunales militares italianos.

Fuente: http://www.ilmanifesto.it/attualita/notizie/mricN/6410/