El Gobierno británico planea cerrar sus fronteras a los trabajadores extranjeros poco cualificados y a los que no hablan inglés como parte de una polémica reforma que endurece las leyes de inmigración
Imagen de trabajadores en un restaurante en Londres (Reino Unido)
Reino Unido planea cerrar sus fronteras a los trabajadores extranjeros poco cualificados y a los que no hablan inglés como parte de una polémica reforma que endurece las leyes de inmigración y supone el mayor cambio estructural en su mercado laboral en décadas. El Gobierno británico ha asegurado que, con esta modificación, pondrá fin a años de «mano de obra barata» procedente de la Unión Europea en fábricas, hoteles y restaurantes. A partir de 2021, según su proyecto, los inmigrantes europeos y los del resto del mundo que quieran vivir en Reino Unido serán tratados con el mismo rasero.
Este miércoles el Ejecutivo de Boris Johnson ha detallado en un documento político algunos de las líneas básicas que desarrollará en el proyecto de ley que pretende que se apruebe en el Parlamento en los próximos meses. El núcleo de los planes del Gobierno es crear un sistema de puntos, similar al vigente en Australia, para poder optar a solicitar un visado de entrada en el país
Si se cumplen los planes del Ejecutivo, los cambios entrarán en vigor el 1 de enero de 2021. Es decir, una vez haya concluido el periodo de transición del Brexit, en el que Reino Unido continúa manteniendo la libre circulación de personas para ciudadanos de la UE. En el documento, hace breves referencias a los europeos que ya están en el país, que tienen derecho a quedarse y trabajar «sin restricciones» tras la salida de la UE, aunque tienen que que registrarse en el programa de asentamiento. Hasta finales de enero, ha habido 3,2 millones de solicitudes. Los ciudadanos de la UE tienen hasta el 30 de junio de 2021 para inscribirse, y, como «medida de transición», el Gobierno establece que los empresarios acepten sus pasaportes y DNI «como prueba de permiso» hasta esta fecha.
Quienes quieran obtener un permiso para entrar en el país para trabajar a partir de enero del año próximo, podrán hacerlo siempre y cuando superen los requisitos que les imponen las nuevas normas de inmigración. Todos los extranjeros, ya procedan de la UE o no, tendrán que demostrar que tienen una oferta de trabajo de una empresa certificada, que la oferta esté al nivel de las habilidades requeridas y que hablan inglés al nivel requerido.
Sin embargo, estas condiciones no son suficientes. En total, para tener derecho a solicitar la entrada en Reino Unido, hay que obtener 70 puntos en el sistema diseñado por el Gobierno. Estos tres requisitos obligatorios solo suman 50. En la mayoría de los casos, el trabajador deberá cobrar un salario de 25.600 libras o más (cerca de 30.600 euros) al año, lo que añade los 20 puntos necesarios para alcanzar el mínimo. Se trata de una reducción respecto a las 30.000 libras que se exigen ahora a los extranjeros no comunitarios.
No obstante, se podrá entrar en el país si se va a cobrar un mínimo de 20.480 libras en sectores especiales en los que puede haber una escasez de trabajadores (un criterio que añade 10 puntos más), como la enfermería, o si tienen un doctorado en «materia relevante» para el puesto de trabajo (10 puntos).
Fuente: https://www.eldiario.es/internacional/Atencion-migratorios-Reino-Unido-Brexit_0_997401222.html