La caída del Muro de Berlín hace ahora 20 años supuso el establecimiento de regímenes democráticos en Europa del Este y el desmoronamiento de la Unión Soviética. Dos décadas después, sus habitantes siguen apoyando la democracia, aunque con menos entusiasmo que en 1991. Estos son algunos de los resultados de un estudio realizado por el […]
La caída del Muro de Berlín hace ahora 20 años supuso el establecimiento de regímenes democráticos en Europa del Este y el desmoronamiento de la Unión Soviética. Dos décadas después, sus habitantes siguen apoyando la democracia, aunque con menos entusiasmo que en 1991.
Estos son algunos de los resultados de un estudio realizado por el Pew Research Center bajo el título El fin del comunismo celebrado pero ahora con más reservas, y que se ha llevado a cabo en Alemania, República Checa, Eslovaquia, Polonia, Hungría, Lituania, Rusia, Bulgaria y Ucrania. En general en todos estos países la aprobación al paso del comunismo a la democracia ha perdido apoyo siendo los casos más acusados los de Ucrania, donde se ha pasado del 72% en 1991 al 30% actual; Bulgaria, del 76 al 52%; Lituania, del 75 al 55%; y Hungría, del 74 al 56%. Por contra, el 85% de los alemanes del este están satisfechos, al igual que el 80% de los checos o el 71% de los eslovacos.
En cuanto al paso al capitalismo, se repite la tendencia, registrándose la caída más acusada en el apoyo en Hungría, del 80 al 46%; Lituania, del 76 al 50%; Bulgaria, del 73 al 53%; y Ucrania, del 52 al 36%. En el resto de países, el respaldo es superior al 60%, siendo en el caso de los habitantes de la antigua RDA del 82%.
Por otra parte, el estudio también ha constatado el incremento del sentir nacionalista entre los rusos. Así, el 58% se muestra de acuerdo con la afirmación que «es una gran desgracia que la Unión Soviética ya no exista», mientras que el 54% defiende actualmente que «Rusia debería ser para los rusos», frente al 26% de 1991, y el 47% ve «natural que Rusia tenga un imperio», frente al 37% de hace casi 20 años. Otro de los puntos clave de este estudio elaborado por el centro estadounidense es cómo ven los europeos del Este su vida actual. El porcentaje de los que se muestran satisfechos no supera el 50%.