Recomiendo:
0

Austeridad autoritaria: Merkel y Samaras

Fuentes: A l'encontre

EL 9 de octubre de 2012, en la primera página del International Herald Tribune, al pie de la foto de los jubilados que se manifestaban delante de las oficinas de la Unión Europea el 8 de octubre, se planteaba la siguiente cuestión: «¿Puede una memoria USB acabar con un sistema político?» Se refería a lo […]

EL 9 de octubre de 2012, en la primera página del International Herald Tribune, al pie de la foto de los jubilados que se manifestaban delante de las oficinas de la Unión Europea el 8 de octubre, se planteaba la siguiente cuestión: «¿Puede una memoria USB acabar con un sistema político?» Se refería a lo que se conoce como la pérdida de una lista de 1.991 personas griegas con cuentas en la sucursal de la HSBC en Ginebra. Christine Legarde, en esas fechas ministra de Finanzas [del gobierno de Sarkozy] había informado de esta lista a su colega griego Georges Constantinou. Éste confirmó a una cadena de televisión haberla recibido a finales de 2010 y añadió que informó de unos cuantos nombres de la lista al organismo responsable de la perseguir del fraude fiscal a principios de 2011. Finalmente añadió que en junio de 2011 transmitió la lista completa al responsable de este organismo, Yannis Diotis. Éste último confirmó ante el Parlamento griego el 11 de junio haber recibido la memoria USB con los nombres. Y añadió que transmitió ese documento sensible al entonces ministro social-demócrata de finanzas, Evangelos Venizelos, pero que éste no le dio ninguna instrucción en relación al tema. Así pues, no hubo investigación. Venizelos no tardó en reaccionar afirmando que trasmitió dicha lista al primer ministro Antonis Samaras.

Este asunto pone de manifiesto las tensiones que existen en el seno de la coalición que apoya el gobierno Samaras ante la gravedad de la crisis, las reacciones sociales y los dictados de la Troika; es decir, las tensiones en el acuerdo tripartido entre Nueva Democracia, el PASOK de Venizelos y la Izquierda Democrática de Fotis Kouvelis (escisión de derechas de Synaspsysmos, principal fuerza de la coalición Syriza). La memoria USB mostraba simplemente, con nombres y apellidos, quiénes son los ricos griegos que desde hace algún tiempo -y algunos casos, desde hace mucho tiempo- han colocado sus fortunas en Suiza y en otros paraísos fiscales. Pero también nos lleva a otra operación de blanqueo.

Para recuperar cierta credibilidad, el gobierno ha publicado una lista de 36 políticos sospechosos de diversos actos de corrupción y «crímenes económicos». Será difícil que la recuperen en un contexto en el que la recesión hunde la economía en un 25% y el paro alcanza al 52% de la juventud comprendida entre los 15 y los 24 años y cuando los dos partidos (provenientes de clanes familiares) que compartieron el poder, el PASOK y la Nueva Democracia, están considerados, con razón, como los principales responsables políticos de la corrupción institucional.

Hasta ahora, tras una vuelta por el purgatorio, estos politicastros reemergían limpios de toda sospecha de corrupción. La situación actual ya no permite recuperar esa virginidad. Syriza ha emprendido una batalla política para que se haga la luz tanto sobre los actos de corrupción como sobre la lista de 1.991 nombres, al tiempo que rechaza los planes de austeridad impuestos por la Troika. Los neonazis de Alba Dorada, si bien avalan los planes de austeridad de Samaras, no escatiman medios contra la corrupción bipartidista y atacan físicamente a la población inmigrante, a la que consideran el «origen de todos los males».

Toda política de austeridad viene acompañada de una política autoritaria. Los trabajadores de la naval de Skaramangas, que desde hace seis meses no cobran sus salarios, fueron reprimidos violentamente tras haber ocupado el Ministerio de Defensa, ya que los pedidos a la naval provenían fundamentalmente de ese Ministerio. El 4 de octubre, 106 de ellos fueron arrestados y acusados de desórdenes públicos. A doce de ellos se les imputaron acusaciones mucho más graves: posesión y utilización ilegal de armas, atacar a las «fuerzas del orden», desafiar el orden público, etc. Acusaciones que pueden acarrear largas condenas de prisión. El día del juicio, 5 de octubre, se organizó una manifestación en solidaridad con ellos. Varios diputados de Syriza participaron en el acto, lo que supuso que los determinados medios de comunicación y la derecha acusaran a Syriza de avalar actos ilegales contra el Estado. Esta actitud de los diputados de Syriza se opone a la declaración realizada por el portavoz de esta coalición de la izquierda radical, Panos Skourletis, en la cadena de TV Mega, calificando como errónea la acción de los trabajadores navales.

El 7 de octubre, 18 asalariados de la empresa estatal de electricidad en vías de privatización, fueron arrestados cuando ocupaban las oficinas de la sociedad. Muchos sindicalistas de este sector están afiliados al PASOK. Nikos Fotopoulos, presidente del sindicato GENOP-DEI, se encuentra entre las personas arrestadas. Se le acusa de alterar el orden público, igual que a los 12 sindicalistas del sector naval. Los empleados de la sociedad de electricidad denunciaron las artimañas de la empresa pública para reducir el impuesto inmobiliario modificando la factura de electricidad, que Fotopoulos definió como «un insulto a los pobres».

Esta política represiva, gemela de la política de austeridad, adquirió una dimensión excepcional el martes día 9 con ocasión de la visita de Ángela Merkel. El Ministerio del Interior y la policía declararon que las manifestaciones en el centro de Atenas estaban prohibidas debido a la visita de la canciller alemana. No obstante, hubo una gran manifestación. Según los sindicatos, 80.000 personas. Más allá de las declaraciones de Ángela Merkel que dijo sentirse triste por la «mala suerte» del pueblo griego, lo fundamental de su mensaje se resume en exigir la aplicación de todas las medidas de austeridad presupuestaria como condición para desbloquear los 31 millardos de euros que irán directamente a manos de los prestamistas. Pero, sobre todo, Ángela Merkel envió el siguiente mensaje: entre las prioridades, la fundamental es la de las privatizaciones. Especialmente cuando los industriales alemanes están interesados en la adquisición de la compañía pública de electricidad -cuyos trabajadores sufrieron la brutal represión -, la compra de los terrenos adyacentes al antiguo aeropuerto de Atenas (Ellinilo), y en la compañía ferroviaria OSE. Merkel contaba con el apoyo de los empresarios alemanes que, paralelamente a los encuentros de la canciller con Samaras, elaboraban minuciosos planes de posibles privatizaciones con sus correligionarios griegos durante una reunión en la Cámara de Comercio greco-alemana.

A continuación publicamos las notas de Panagiotis Grigoriou referentes a la vista de Merkel escritas el 8 de octubre de 2012. Redación a l’encontre]

————————————–

Desde ayer, lunes 8 de octubre de 2012, la ciudad de Atenas vive una tensión sin precedentes. Se prepara para recibir a Ángela Merkel. En las paradas de autobús, en las ventanillas del metro o entre la gente que circula en la calle, la gente se preguntaba cómo se desarrollará «en la práctica» la jornada de este martes. «¿Hasta dónde llegará el autobús B5? Ah, no se sabe aún; será como una operación de ciudad desierta». En el autobús, una pasajera responde con avidez: «Pero bueno, vosotros no habéis comprendido nada; mañana Atenas será una ciudad prohibida».

La verdad es que ya se conocía la noticia: «El Ministerio del Interior, acababa de prohibir cualquier reunión pública así como la circulación de vehículos en una gran parte del centro de Atenas». A la tarde, los sindicatos dieron a conocer que esta prohibición no afectaba ni a la Plaza de la Constitución, donde se iban a concentrar, ni a la Plaza Omonia, donde se concentraría el sindicato PAME (próximo al Partido Comunista, KKE). Ya el lunes a la mañana, el cortejo de los jubilados y jubiladas desfiló frente los locales de la representación de la Comisión Europea en Atenas, quemando la bandera de la UE que, está claro, no aprecian mucho.

Efectivamente, este martes 9 de octubre de 2012, 7.000 policías y 200 tiradores de élite garantizan la seguridad y el orden de esta primera gran visita oficial a nuestro país del «nuevo orden europeo», que desata todos los demonios. Desde el lunes, nuestros medios de comunicación quisieron recordar que la fecha del 9 de octubre se conmemora a «los muertos del primer bombardeo de Atenas por las fuerzas de ocupación nazis en 1944, tres días antes de que se retiraran las tropas.» No es más que el inicio. «Estaremos en la calle en prueba de … amor y reconocimiento hacia ellos. ¿Se dan Vds. cuenta? Ángela Merkel viene a Grecia para demostrar a Europa que ella es la jefa aquí y en todas partes. Más aún, se trata de una visita oficial vinculada a los problemas internos de Alemania«, ironizaba el periodista Giorgos Trangas durante su emisión matinal del lunes en Real-FM.

En ese momento no sólo algunos pequeños comerciantes se plantean la cuestión (o la imposibilidad) del futuro en términos de «ruptura». De forma cada vez más asidua, algunas empresas aún en buenas condiciones, se deslocalizan por primera vez; a ser posible fuera de la zona euro e incluso a veces fuera de la Unión Europea. Como una empresa conocida que hace poco decidió instalar sus filiales en los Estados Unidos y Turquía. Esta decisión, al contrario de lo que podría creerse, no estuvo motivada por la falta de competitividad a causa de costes laborales insostenibles. En su caso, se trata, sobre todo, de escapar a la imparable caída de la demanda y de la solvencia interna. Digamos que esta empresa, que no está endeudada, acaba de crear su propio departamento jurídico para hacer frente a los numerosos impagos que le vienen encima. No se trata sólo de que los pequeños revendedores no le reembolsen el dinero de las ventas realizadas, sino que tampoco lo hacen algunos grandes distribuidores del sector. Este «agujero negro» representa ya un valor equivalente al 20% de la facturación anual de la empresa. Por el momento, la empresa no se plantea ni reducir salarios ni despedir personal.

Porque, como explica su dueño (que quiere guardar el anonimato), «ni siquiera una reducción del 50% de los salarios resolvería el problema. Lo que haría sería reducir aún más la productividad a causa del hundimiento moral de los cuadros y los empleados. Todo el mundo sabe que a partir de un nivel de remuneración, ya no se trata de vivir sino de sobrevivir». Sin embargo… desde hace algunos meses las indemnizaciones por despido se han reducido al mínimo simbólico, al mismo tiempo que los nuevos contratos de trabajo «tipo Memorándum» imponen salarios de 550 euros netos al mes para la nueva gente contratada a tiempo completo. En otros tiempos se diría que «esto no tiene ningún sentido».

La crisis supone también una contaminación de la razón y convierte al país en un basurero. Nos hemos convertido en desechos «reciclados» por la Escuela de Chicago (Milton Friedman & consortes).

Yo diría incluso que más allá de todo el énfasis nacional cristalizado por la visita de Ángela Merkel a Atenas, ella se presenta en «su» territorio sobre todo como una alumna aventajada de Milton Friedman. (…) Panagiotis Grigoriou

Fuente: http://alencontre.org/europe/austerite-autoritaire-merkel-et-samaras.html

Traducción: VIENTO SUR