Artículos
El siglo XXI representa un presente que no augura un futuro positivo.

El auge y la extensión del capitalismo de vigilancia conforman una realidad totalizadora que no habría, prácticamente, ningún ser humano ajeno a ella. Éste explota un mercado donde las personas somos el producto a vender.

Para el capitalismo (o liberalismo, como muchos también lo definen), los únicos balances válidos son los contables.
Aunque hayan sido desestimados por diversos motivos en el transcurso de la historia humana, los sectores populares de nuestra América podrían ser capaces de conjugar un tipo de socialismo comunal (cuya práctica es, además, ancestral y sobrevive, hasta el presente, en diferentes modalidades) con la visión de una gran nación democrática.
El triunfo electoral de Gustavo Petro, convirtiéndose en el nuevo presidente de Colombia e identificado como de izquierda, ha producido en muchas personas, dentro y fuera del hermano país, cierta euforia sobre los cambios que éste impulsaría.
Teniendo como fondo los combates entre tropas rusas y ucranianas (lo que sería igual decir entre Rusia y Estados Unidos junto con la OTAN), definir el estado de situación del imperialismo resulta, en este tiempo de confusiones creadas a propósito, un asunto de primer orden para la acción revolucionaria.