Humberto J. González Silva

Artículos

Que la clase media conservadora sea la base del fascismo no es raro. Se siente especialmente amenazada por la clase trabajadora cuando ésta se alza y de ahí al odio le queda poco trecho. Que sectores populares desclasados sean los más virulentos tampoco es extraño. Se suman al fascismo intentando demostrar una afinidad que no tienen con los sectores medios y altos: en su fidelidad ante los amos está el resentimiento por no ser como ellos y lo vuelcan contra sus iguales. Esa es la base tradicional del fascismo.